La invitación de la administración saliente de Bolivia al líder opositor venezolano, Juan Guaidó, a la toma de posesión del presidente izquierdista electo Luis Arce, provocó un «pequeño impasse» entre La Paz y Caracas, señaló este jueves el equipo del gobierno entrante, favorable al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
«Hemos tenido un pequeño impasse con el gobierno de Venezuela, porque lamentablemente la canciller Karen Longaric emitió la invitación a Juan Guaidó, el presidente autoproclamado de Venezuela, y esto ha generado un impasse con un socio estratégico de Bolivia», afirmó Freddy Bobaryn, miembro del equipo de Arce que coordina con el gobierno saliente los actos de posesión de este domingo 8.
Como presidente del Parlamento venezolano -único poder en manos de la oposición-, Guaidó se declaró en enero de 2019 mandatario encargado después de que la Cámara declarara «usurpador» al presidente Maduro, acusándole de haber sido reelecto fraudulentamente en mayo de 2018.
Longaric invitó el mes pasado a Guaidó, alegando que el gobierno de la presidenta derechista Jeanine Áñez lo reconoce como presidente encargado de Venezuela, al igual que medio centenar de países.
Por la misma razón, excluyó a Maduro, lo que provocó las protestas de la administración entrante de Arce, que reivindica los estrechos lazos políticos que se forjaron desde las gestiones del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y el mandatario boliviano Evo Morales.
Longaric dijo esta semana que Arce optó por invitar a Maduro, pero Bobaryn, citado por la agencia católica de noticias Fides, explicó que «el mandatario venezolano aún no ha confirmado su participación en el evento, porque no se le invitó como corresponde».
Arce será investido presidente de Bolivia el próximo domingo, tras su contundente victoria en las elecciones del pasado 18 de octubre con el 55% de los votos.
La cancillería reveló que hasta ahora confirmaron su asistencia los mandatarios de Paraguay, Mario Abdó, de Chile, Sebastián Piñera, de Colombia, Iván Duque, de Argentina, Alberto Fernández, el rey Felipe VI de España, y el vicepresidente español, Pablo Iglesias.