Irán anunció un «presupuesto de resistencia» para afrontar las asfixiantes sanciones económicas de Estados Unidos, su gran enemigo, algunas semanas después de sangrientos disturbios causados por una fuerte alza del combustible.
El presupuesto presentado al parlamento por el presidente Hasan Rohani se eleva a cerca de 33.000 millones de euros (USD 37.000 millones) al cambio en el mercado libre, e incluye una «inversión» rusa de 5.000 millones de dólares que está en curso.
El presupuesto tiene como objetivo «reducir las dificultades» de los iraníes, en un país que padece una grave crisis económica: el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que en 2019 el PIB iraní caerá 9,5%.
Además, la divisa nacional, el rial, se ha derrumbado generando una espiral inflacionaria del 40% anual.
En 2018, Estados Unidos se retiró unilateralmente del acuerdo sobre el programa nuclear de Irán firmado en 2015 y restableció duras sanciones económicas que hundieron al país en una fuerte recesión, afectando fundamentalmente a su vital sector del petróleo.
«El año próximo, como durante este año, nuestro presupuesto será un presupuesto de resistencia y de perseverancia contra las sanciones», dijo Rohani en declaraciones difundidas por la radio estatal.
«Este presupuesto anuncia al mundo que a pesar de las sanciones estaremos en condiciones de administrar el país, particularmente en el ámbito petrolero», agregó Rohani, cuyo país es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
– Manifestaciones y represión –
El proyecto de presupuesto, cuyo ejercicio comienza a fines de marzo del 2020, fue anunciado unas semanas después de un fuerte aumento del precio de la gasolina, lo que provocó a mediados de noviembre manifestaciones severamente reprimidas.
La ONG de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional afirmó que al menos 208 personas habían perdido la vida por la represión, y que el balance podría aún ser superior.
Las autoridades dela República Islámica confirmaron la muerte de cinco personas, cuatro miembros de las fuerzas de seguridad y un civil, y calificaron de «mentiras absolutas» las cifras proporcionadas por «grupos hostiles».
Por su lado, Estados Unidos, tras expresar su apoyo a los manifestantes, habló de más de 1.000 personas muertas en la «brutal» represión, pero el emisario estadounidense para Iran, Brian Hook, admitió que este balance «no era seguro».
Rohani había justificado el aumento de la gasolina diciendo que el estado no tenía otra solución para ayudar a las «familias de ingresos medios y bajos que sufren la situación económica creada por las sanciones» estadounidenses.
Este domingo, en el discurso ante el parlamento, Rohani anunció un aumento de 15% para los trabajadores del sector público.
«Sabemos que este régimen de sanciones (…) pone a prueba a la población. Sabemos que su poder adquisitivo ha disminuido», dijo Rohani en el Parlemento.
«Nuestras exportaciones, nuestras importaciones, las transferencias de dinero, los tipos de cambio encuentran muchas dificultades» agregó, aunque precisó que pese a las sanciones, los sectores de la economía no vinculados con el petróleo serían «positivos» este año.
«Contrariamente a lo que los estadounidenses piensan (…) hemos elegido el camino correcto, y seguimos avanzando», aseguró.