«La policía de la moral no tiene nada que ver con el poder judicial» y fue suprimida por los que la crearon, afirmó el sábado por la noche el fiscal general de Irán, Mohammad Jafar Montazeri, según informó el domingo la agencia de noticias ISNA.
«La mejor manera de hacer frente a los disturbios es prestar atención a las verdaderas demandas del pueblo», en su mayoría relacionadas con «cuestiones de subsistencia y económicas», dijo el domingo el portavoz de la presidencia del Parlamento, Seyyed Nezamoldin Moussavi, citado por Isna.
El anuncio, considerado como un gesto hacia los manifestantes, se produce un día después de que las autoridades anunciaran que estaban revisando la ley de 1983 sobre el velo obligatorio.
La norma fue adoptada cuatro años después de la Revolución Islámica de 1979, que derrocó a la monarquía del sah, y establece que tanto las mujeres iraníes como las extranjeras, independientemente de su religión, tienen que cubrirse el pelo con un velo y llevar ropa holgada en público.
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Irán está sumido en una oleada de protestas desde la muerte el 16 de septiembre de Amini, una joven kurda iraní de 22 años que falleció tras ser detenida por la policía de la moral por no llevar correctamente el velo.
Las autoridades afirman que la muerte de Amini se debió a problemas de salud, pero según su familia, falleció tras haber sido golpeada.
Desde entonces, las mujeres han encabezado las protestas, gritan consignas como «mujer, vida, libertad», se quitan y queman sus velos.
«Socavar los valores»
Después de 1979, «Comités de la Revolución Islámica», dependientes de los Guardianes de las Revolución, patrullaban para hacer cumplir los códigos de vestimenta y la «moral» en Irán.
Pero la policía de la moral, conocida como Gasht-e Ershad [patrullas de orientación], fue creada bajo el mandato del ultraconservador presidente Mahmud Ahmadineyad [de 2005 a 2013] para «difundir la cultura de la decencia y el hiyab», el velo femenino.
Sus unidades están formadas por hombres con traje verde y mujeres que llevan un chador negro, una prenda que cubre todo el cuerpo salvo la cara. Las primeras patrullas empezaron a trabajar en 2006.
Gasht-e Ershad fue creado en su momento por el Consejo Supremo de la Revolución Cultural, ahora dirigido por el presidente ultraconservador Ebrahim Raisi, elegido en 2021.
En julio, Raisi pidió la movilización de «todas las instituciones para reforzar la ley sobre el velo», afirmando que «los enemigos de Irán y del Islam quieren socavar los valores culturales y religiosos de la sociedad».
El papel de esta policía cambió a lo largo de los años, pero siempre generó divisiones en la clase política.
Bajo el mandato del presidente moderado Hasan Rohani, en el poder entre 2013 y 2021, era común ver a mujeres con pantalones vaqueros ajustados y velos coloridos.
Pero su sucesor, el ultraconservador Ebrahim Raisi, llamó en julio a «todas las instituciones estatales» a reforzar la aplicación de la ley del velo.
«Los enemigos de Irán y del Islam» querían «socavar los valores culturales y religiosos de la sociedad difundiendo la corrupción», declaró entonces.
Las mujeres que infringían este estricto código de vestimenta se arriesgaban a ser detenidas por la unidad policial.
Ley del velo
El fiscal Montazeri anunció el sábado que «el parlamento y el poder judicial» estaban examinando el asunto de la obligatoriedad del velo, aunque no precisaron si la ley iba ser modificada.
El tema del velo sigue siendo muy delicado en la República Islámica. Por un lado están los conservadores, que defienden la ley de 1983. Por el otro, los progresistas, que desean que las mujeres puedan decidir libremente si llevarlo o no.
Desde el inicio del movimiento de protestas, hay cada vez más mujeres que salen a la calle sin el velo, especialmente en el norte acomodado de Teherán, la capital.
El principal partido reformador de Irán instó el 24 de septiembre a anular la obligatoriedad del uso del velo.
Irán acusa a Estados Unidos y a sus aliados, así como a su archienemigo Israel, de estar detrás de las protestas, que califica de «disturbios».
Según un último balance difundido por el general iraní Amirali Hajizadeh, del Cuerpo de la Guardianes de la Revolución, más de 300 personas murieron en las manifestaciones desde el 16 de septiembre.
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