Johnson: la negociación sobre el Brexit no es una farsa
El primer ministro británico, Boris Johnson, insistió este miércoles en que su objetivo de renegociar los términos del acuerdo del Brexit no son una «farsa», pese al escepticismo reinante en Bruselas por la situación política en el Reino Unido.
Expertos en fronteras y aduanas tanto del Reino Unido como de la Unión Europea (UE) mantuvieron este miércoles en la capital europea discusiones a nivel técnico, pero, según diplomáticos, la pérdida de mayoría parlamentaria de Johnson reduce las posibilidades de progresos.
La Comisión Europea, que negocia en nombre de los 27 socios de Reino Unido, apunta que Londres no presentó todavía una alternativa al principal escollo, la salvaguarda irlandesa, y Johnson enfrenta además las acusaciones de que su voluntad es un divorcio sin acuerdo.
«Estas negociaciones de las que habla son una farsa», dijo el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, a lo que el ‘premier’ respondió que estaban realizando «progresos substanciales». «Conseguiremos un acuerdo» que el Parlamento «pueda aprobar», agregó.
Pero no existen señalas de este tipo de avances en Bruselas, donde los funcionarios de la UE se encuentran centrados en sus preparativos para prevenir los eventuales impactos económicos del temido Brexit sin acuerdo, el próximo 31 de octubre.
«Puede que haya giros en los acontecimientos políticos en Londres en estos momentos, pero nuestra posición es estable», dijo la portavoz de la Comisión, Mina Andreeva, al presentar un documento que prevé destinar 780 millones de euros para mitigar los daños del Brexit.
El centro del desencuentro entre Reino Unido y la UE es la llamada salvaguarda irlandesa (backstop), la fórmula que en noviembre la entonces primera ministra británica, Theresa May, acordó con sus 27 pares europeos para evitar una frontera para bienes en la isla de Irlanda tras el Brexit.
Este mecanismo de último recurso prevé mantener a todo Reino Unido en la unión aduanera de la UE si no se logra otra solución para mantener abierta la frontera entre Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. Johnson pide su retirada para firmar un acuerdo.
La Comisión defiende esta salvaguarda como la «única solución identificada» para proteger los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998 y para preservar el mercado interior europeo. Los europeos acusan además al jefe del gobierno británico de no presentar alternativas.
Mientras tanto, un grupo de expertos británico liderado por un diplomático de alto rango británico David Frost se reunió en Bruselas con el equipo del negociador europeo Michel Barnier, quien por su parte se reunió con los comisarios y con los embajadores europeos ante la UE.
«Problema fundamental»
Una fuente oficial británica dijo a la AFP que las conversaciones se prolongarían durante todo el mes y se «intensificarían», argumentando que el primer ministro «quiere llegar a un acuerdo y está dispuesto a trabajar de manera enérgica y decidida para lograrlo».
«El equipo tiene la intención de abordar una seria de cuestiones, incluida la eliminación de la salvaguarda», asegura la fuente, explicando que las conversaciones mostraron hasta ahora el distanciamiento en cuestiones clave y la disposición de trabajar duro para solventarlo.
Los funcionarios europeos son escépticos, tanto sobre la sinceridad de Johnson como de que el primer ministro británico disponga de una mandato para negociar mientras se prepara para unas elecciones que podrían irrumpir tras su derrota parlamentaria.
Un diplomático europeo dijo que la UE acordaría una tercera prórroga si los británicos se lo piden y «si se evita un Brexit caótico», pero subrayó que el «problema fundamental» es que «el Parlamento y el gobierno británicos no están de acuerdo sobre lo que quieren».
«Es posible que las elecciones aporten aclaraciones. Tener un gobierno en el poder que obviamente no tiene mayoría en el parlamento es por supuesto un problema», agregó el diplomático a la AFP.
El gobierno británico no hará ninguna propuesta pública sólo para ver cómo la rechazan unos europeos escépticos. Y los expertos de la UE dicen que, a falta de una solución mejor para evitar una frontera en la isla de Irlanda, la salvaguarda irlandesa es el único mecanismo.
«Si yo fuera un defraudador, es una oportunidad de negocio, sin duda», dijo un funcionario de la UE encargado de la lucha contra la corrupción sobre la perspectiva de una frontera porosa entre Irlanda e Irlanda del Norte tras una retirada de Reino Unido sin acuerdo.
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