José Aristimuño: A Clinton le preocupa Venezuela y está de acuerdo con sanciones a funcionarios
Mantenerse en la Casa Blanca, aumentar el peso en las 12 gobernaciones en juego y recuperar el control del Congreso son las metas del partido demócrata estadounidense para las elecciones del 8 de noviembre. Desde el mes pasado, José Aristimuño es parte del equipo, ejerciendo dos cargos paralelos: Subsecretario Nacional de Prensa y Director de Prensa Hispana.
La lucha por esos objetivos múltiples le ocupan a Aristimuño al menos 12 horas diarias de trabajo en Washington DC y en gira en uno de los campos electorales más anchos del mundo. Este martes saldrá en autobús a recorrer estados donde el apoyo a Obama no es fuerte: Georgia, Carolina del Norte y la apetecida Florida. Ello, mientras monitorea el último debate presidencial que se realizará el miércoles al otro lado del país, en Las Vegas, para luego comentarlo como vocero oficial ante diversos medios.
Emigró de Venezuela en 1998, pero viaja al menos una vez al año, la última vez en febrero. De momento, obviamente, no hay tiempo para nada que no sea urgente y prioritario. Aunque el candidato Donald Trump vive un “colapso” y ha cedido en las encuestas frente a Hillary Clinton, el resto de la tarea no luce fácil para el partido de gobierno: la oposición republicana disfruta la mayoría legislativa más contundente desde 1929. También controla 31 de las 50 gobernaciones, el número más alto desde 1999.
A continuación entrevista a Aristimuño publicada por El Universal:
—¿Qué cualidades lo respaldan para esos retos, con apenas 28 años de edad?
—Tuve la bendición y oportunidad de estudiar en American University y graduarme como politólogo en Washington DC. Después empecé mi carrera en una firma de consultoría, Dewey Square Group, donde tuve la oportunidad de aprender bajo la guía de una de las latinas más respetadas en la política estadounidense, María Cardona. En ese período logré aprender mucho de lo que significa la importancia de desarrollar un mensaje político, controlar la conversación, y cómo llegarle a tu audiencia de una forma creativa y culturalmente inteligente. Después trabajé en la (pre) campaña presidencial del gobernador O’Malley (se retiró en febrero de la contienda), donde tuve el privilegio de ser el Subsecretario de Prensa Nacional y el Director de Medios Hispanos. Luego fui a trabajar en el gobierno del presidente Obama, en el Departamento de Salud y Servicios Humanos, como Director de Medios Especializados.
—Ésta ha sido una campaña presidencial atípica, con muchas acusaciones graves entre ambos candidatos, que cuentan además con amplio rechazo. ¿Qué previsiones está tomando el partido demócrata para que ello no afecte sus posibilidades en gobernaciones y curules legislativos? ¿Esperan recuperar la mayoría en alguna o ambas cámaras?
—Actualmente la prioridad del partido demócrata es asegurarse de que Hillary Clinton sea la próxima presidente, al igual que elegir a la mayor cantidad de demócratas a través del país. Estamos muy optimistas sobre los resultados y la cantidad de congresistas que tendremos en la Cámara de Representantes y en el Senado.
—EEUU y Venezuela tienen la relación más tensa del hemisferio, sin embajadores desde 2010. Aparte, legisladores de ambos partidos cabildean por una ley que beneficie a los “refugiados venezolanos”. Sin embargo, el país no ha sido tema en esta campaña electoral más allá de la ex Miss Universo Alicia Machado. ¿Por qué?
—En esta campaña no se ha hablado de política exterior, más allá de los ataques a la gestión de Clinton, de los que ha tenido que defenderse. Ella quisiera hablar también de sus logros como Secretaria de Estado, pero no ha habido oportunidad en los debates.
—¿Ha conversado con la candidata Clinton sobre Venezuela?
—La postura de la (ex) Secretaria Clinton es la misma del partido demócrata. Nos vemos con frecuencia, aunque no hemos tenido conversaciones largas. Pero yo siempre llevo la bandera venezolana donde voy y me comunico diariamente con su equipo de campaña y ellos están muy interesados en Venezuela. Como Secretaria de Estado ella trató de mejorar las relaciones y ha dado declaraciones sobre los presos políticos, recortes a la libertad de prensa, escasez de alimentos y medicinas, que son amenazas a la democracia. Le preocupa Venezuela y está de acuerdo con las sanciones a funcionarios venezolanos, no al pueblo. Su postura es que la solución debe involucrar a las instituciones internacionales, como la OEA.
—El pasado 12 de septiembre un editorial del Wall Street Journal criticó el “silencio vergonzoso” de Obama ante la crisis en Venezuela. ¿Cómo cambiaría esta situación en caso de que el partido demócrata se mantenga en la Casa Blanca?
—De ser presidente, Clinton continuará la política actual y expandirá lo que sea necesario. Cualquier funcionario venezolano acusado de corrupción o violación a los derechos humanos, no es bienvenido en EEUU.
—¿Qué podrían aprender los políticos de EEUU sobre sus colegas venezolanos y viceversa?
—En EEUU son extremadamente organizados, hay mucha especialización, departamentos para cada cosa. No he trabajado en la política venezolana. Creo que en cualquier parte los intereses de la comunidad deben ser el enfoque principal. En su mayor parte, la política es una profesión noble, que requiere muchos sacrificios. Sacrificios de estar lejos de tu familia, tener una vida a veces muy transparente, entre otras cosas. La política verdadera es aquella donde se entiende que en la unión está la fuerza, entender que juntos se pueden crear grandes cosas. Yo trabajo con los republicanos cuando puedo, para buscar soluciones, igual que con mis colegas demócratas.
—Su abuelo, Pedro Aristimuño, fue Diputado y candidato a la gobernación del estado Monagas por Copei. ¿De allí nació su interés por la política?
—Mi papá ha escrito sobre filosofía y política. Y mi abuelo ha sido y sigue siendo uno de mis grandes mentores y asesores. Ambos están en Caracas. No se puede negar que la política la llevo en la sangre. Recuerdo a muy temprana edad sus enseñanzas sobre la importancia de la paciencia, habilidad de realmente escuchar y no perder el rumbo de la razón por la cual hacemos las cosas. A parte de eso, mi experiencia en EEUU como inmigrante latino ha creado una responsabilidad y deber en mi persona que ha construido valores de siempre ayudar a los demás, dar a la comunidad y tratar de hacer el bien aunque no te beneficie a ti mismo.
—¿Tiene aspiraciones a cargos de elección popular?
—Yo me metí en la política porque es la herramienta para ayudar a la mayor cantidad posible de gente. Cambié de carrera tres o cuatro veces y me decidí por Ciencias Políticas cuando Obama fue electo (2008). Soy católico y creo que Dios va poniendo las cosas en el camino. Hasta ahora he desarrollado el mensaje de otros políticos. Consideraría postularme a un cargo, pero no lo sé. Tal vez sea candidato o jefe de campaña de alguien. No saco ninguna opción de la mesa.
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