Juan Requesens en #YotePregunto: Mañana Maduro podría agarrar el teléfono y decir que va a renunciar
El diputado Juan Requesens (PJ), más allá de la función que ejerce tanto en la Asamblea Nacional como en la coordinación de acciones de calle de la Mesa de la Unidad, tiene claro lo que se requerirá tras proceder a una transición en el poder en Venezuela: Un gobierno de amplia base, al que pueden incorporarse factores del chavismo que decidan ponerse del lado de la Constitución y las Leyes.
Este joven parlamentario caraqueño, que representa al estado Táchira en el hemiciclo, es politólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela, donde además fue presidente de la Federación de Centros Universitarios, máximo cargo de representación estudiantil de la casa de estudios también conocida como La Casa que vence Las Sombras.
A continuación, Requesens aborda temas propios de la coyuntura política, la visión económica y la reconstrucción del país para #YotePregunto, en BancayNegocios:
¿Las acciones de la Fiscal General de la República marcan una posibilidad de destrabar la crisis institucional y recuperar la legitimidad de las instituciones?
No, no es una forma de destrabar la crisis. Tenemos que actuar apegados a derecho y tomar acciones importantes en el marco de visualizar incluso mucho más la crisis institucional que vive el país. La Asamblea Nacional (AN) debe cumplir una serie de requisitos para nombrar los magistrados. Nos han reclamado por no tomar esta acción mucho antes, pero la dinámica nos envuelve y la AN ha venido cumpliendo unos tiempos y requisitos necesarios para la designación de magistrados.
La primera acción que tomamos en el marco del actual Tribunal Supremo fue dejar sin efecto la decisión del poder legislativo anterior por ser ilegal. En un país donde el gobierno hace lo que quiere, se desestimó la medida declarándola inconstitucional. Luego viene el proceso de admitir las diferentes opciones, revisar credenciales, extender la invitación para poder ser candidatos a magistrados y eso requiere un tiempo, una dinámica y cumplir unos pasos fundamentales. No podemos combatir una ilegalidad con otra ilegalidad.
No podemos criticar la designación de magistrados express y dejar pasar los requisitos de tiempos, credenciales y meritocracia para los nombramientos. Nombrar a nuevos magistrados para el TSJ es necesario en vista que estos señores fueron designados ilegalmente. La Asamblea tiene que erigirse como una institución con credibilidad, legitimidad y que toma las decisiones correctas en el marco de una crisis institucional.
Esta designación va a ser como la destitución de Maduro por abandono del cargo: una destitución que en Venezuela quizás sea meramente para la narrativa, agudizará las contradicciones, agudizará los mecanismos de represión del gobierno, los pondrá a contestar en esta dirección, pero eso no va a garantizar aún que los nuevos magistrados puedan instalarse y empezar a trabajar en pro de la Constitución. Sin embargo hay que hacerlo para agudizar la crisis, para dar lineamientos claros en la hoja de ruta y por la comunidad internacional.
Más allá de lo jurídico, ¿el aumento de la presión hacia el TSJ puede ser indicio del impulso a una transición?
Como político y politólogo puedo afirmar que las transiciones son un tema complejo. Tienen que ver mucho más que con un cambio de gobierno, son momentos de cambio de mentalidad cultural y política. La sociedad ya está viviendo una transición bajo la cual podemos hablar de movimientos concretos. Lo que aún no podemos afirmar es si esa transición va a ser efectiva para un sector político o no.
Estoy convencido que vamos a obtener el triunfo, vamos a salir de esto, pero creo que en Venezuela hay que llegar a un grado de conflictividad que nos permita seguir avanzando en el terreno de la movilización, de la presión internacional, de los puentes y quiebres internos del chavismo para concretar definitivamente un cambio de gobierno.
Esta lucha tiene que ver con la restitución del estado de derecho, con el cese de la crisis humanitaria, pero también tiene que ver con quien detenta el poder en Venezuela. Tenemos que llegar al poder, de manera democrática y por los canales que establece la Constitución. Al gobierno hace tiempo se le venció la opción de rectificar. Maduro tuvo la oportunidad de rectificar a tiempo, hacer las cosas bien y establecer canales de comunicación entre las élites. No lo hizo y creo que una rectificación a estas alturas no ayudaría.
En este contexto, ¿existen verdaderos puentes con sectores del chavismo que están en desacuerdo con la Constituyente?
En una crisis como esta necesitas un gobierno de amplia base, incluso dentro de lo que es la cúpula de toma de decisiones del Gobierno. Hay actores que son fundamentales para un proceso de transición. Maduro, Diosdado y Reverol quizás son barajas perdidas, pero si hay actores dentro del Gobierno que nos permiten concretar la ruta que nos hemos trazado, es importante decirlo sin miedo.
Nosotros nos hemos planteado enfrentar de manera pacífica un gobierno dictatorial, que tiene armas, que es violento, que tiene grupos paramilitares, nos hemos planteado enfrentarlo y desplazarlo de manera pacífica. Eso en el fondo.
¿Que en la forma tenemos muchachos de la resistencia con los que compartimos y a los que reconocemos que defienden las manifestaciones y el derecho a protestar? Sí, eso está bien. ¿Que rechazamos la quema de instituciones publicas? Sí, también lo rechazamos. ¿Que este gobierno tiene armas y nosotros no y combatir así no tiene ningún sentido? Quizás sea verdad pero en el mundo -y eso lo dice la historia- no ha habido transiciones que no sean pacíficas, no ha habido cambios de gobierno violentos que no terminen en años de conflictividad.
El caso ucraniano generó mas de 600 muertos y hoy en día aun no se resuelve del todo. Las transiciones pacíficas son clave para la estabilidad de cualquier nación, me refiero a transiciones consensuadas por actores clave entre los que tienen el poder y los que no lo tienen.
Mañana Maduro podría agarrar el teléfono y decir que va a renunciar, y tenemos que atenderle la llamada y decirle, bueno, vamos a negociar los términos en que tú te entregas. Eso es Política, el arte de la conquista, la obtención y la conservación del poder.
En una crisis como esta se desempeñan distintos roles. Están quienes se encargan del lobby internacional para generar la presión debida: Eudoro González, Ángel Medina, Luis Florido y Julio Borges van por el mundo convenciendo a gobiernos y Estados a que se sumen a la causa venezolana. Eso es importante. Hay otros actores que tienden puentes con el gobierno, se comunican, buscan las debilidades, promueven las fisuras; esos son clave, hacen su trabajo en silencio y son más discretos.
¿Qué balance puede hacer tras más de dos meses de protestas?
Todos los roles son importantes. A mi me corresponde la función de agitador, las condiciones físicas, todo influye en ese sentido. Hay sectores extremistas de bando y bando, pero no se pueden acelerar los tiempos políticos o tomar decisiones apresuradas. Nadie puede decir que nosotros fomentamos hace 70 días que el país estallara de la forma en que lo hizo. Se advirtió, se generaron las condiciones y se dio el discurso, pero son chispas que surgen en momentos específicos.
¿Qué pasará si la Constituyente se instala y entra en funciones?
Lejos de las consignas del gobierno, creo que vendría a generar una guerra entre quienes tienen el poder y el pueblo.
¿Qué harían ante ese escenario los integrantes de la Unidad?
Voy a hablar por mi, pero creo que esto puede generar una gran crisis en el país y no solo de ingobernabilidad. Frente a la probable detención de diputados y lo que plantea el gobierno para mantener todo el poder nos tocaría asumir mecanismos no convencionales de lucha y eso sería lamentable.
¿Cómo afrontar la amenaza de acusaciones por traición a la Patria?
Desde que Chávez llegó al poder el gobierno constituyó una narrativa, reescribió conceptos y estableció categorías en la sociedad, lo cual es típico de este tipo de gobiernos. Polarizar es un elemento importante para construir en el imaginario colectivo, hablar de traidores y enemigos externos son los elementos que usan los gobiernos de extrema izquierda para construir su narrativa. Nadie piensa que alguno de los diputados sea un traidor, el pueblo sabe que el Gobierno los traicionó. Confío en mis compañeros de todos los partidos.
Entrando en el ámbito económico, en un eventual gobierno de transición, ¿qué hacer para resolver los problemas más graves como inflación, desabastecimiento y producción local?
Hay que llamar a la empresa privada local e internacional. Siempre que se logra un cambio de gobierno en una crisis como esta, al llamar a la empresa global se corre el riesgo de aplastar a la industria nacional. Fomentar la pequeña y mediana industria venezolana es importante porque fortalece el capital nacional, pero llamar a la industria extranjera para impulsar el empleo y desarrollo es clave. Es importante sentarse con todos los actores y no tomar decisiones unilaterales.
Fortalecer la moneda es clave. No soy amigo de la dolarización. El capitalismo es cíclico. Tener una moneda fuerte depende de cuánto de que lo que consumimos se produzca en el país. Y en Venezuela tenemos las condiciones atmosféricas y el capital humano para producir lo que consumimos. Con una moneda fuerte y una economía abierta al capital internacional tenemos muchas posibilidades de producir e incluso exportar para generar divisas.
También es muy importante que acabemos con la corrupción y reorientemos los subsidios. Hay que hablar con las empresas y proporcionarles mecanismos para salir adelante, pero en un país con inflación de 500%, otorgar un crédito agrícola al 12% con cuatro años de gracia es un inmenso subsidio. Es regalar los bolívares del Estado para que otro produzca.
¿Qué haría un nuevo gobierno ante el fuerte cronograma de pago de deuda externa que enfrenta el país? ¿Qué pasará con casos como el de Goldman Sachs? ¿Han considerado acudir a organismos como el Fondo Monetario Internacional?
El FMI de 2017 no es el mismo de la época de los 80. En los 90 surgió un movimiento tecnocrático que pensaba la economía como la solución a la crisis. Al no entender los procesos políticos se terminó en coyunturas que no resolvieron los verdaderos problemas. Las élites pensaban que la solución a todo era producir y se dejaron de lado temas como la libertad, la solidaridad y la paz. Hoy el FMI entiende que hay medidas que se deben tomar con los consensos necesarios para que no pase lo que ocurrió en Venezuela en 1989.
La banca también es un tema muy importante al que la clase política le tiene pánico. Es un tema profundo a estudiar, debatir y analizar, considerando si el capital de la banca alcanza para financiar obras de cientos de millones de dólares, si puede ayudar a la reconstrucción del país.
El default no lo veo como una opción, creo que podemos renegociar con todos los acreedores… hasta con Goldman. Hay que revisar cuáles son las deudas legítimas y en qué casos debe haber sanciones para los funcionarios venezolanos.
¿Cómo evaluar la posibilidad de un paro o huelga nacional?
Estoy de acuerdo con el paro como instrumento de lucha, como la penúltima herramienta a utilizar para generar un desenlace. Habría que hablarlo muy bien con los actores involucrados para medir las consecuencias, en vista de que ha habido experiencias fracasadas en el pasado. No convocaría un paro ahorita porque siento que la calle está en una escalada que puede seguir. Hay que crear una hoja de ruta clara.
¿Cómo obtener justicia y reparación ante las violaciones evidentes a los derechos humanos?
Lo primero es filtrar al poder judicial e ir a los principios meritocráticos, acabar con el clientelismo, la repartición de cuotas y el adoctrinamiento. Parte de la efectividad de las transiciones pacíficas tiene que ver con la aplicación de justicia. El que aquí cometió delitos, tiene que pagar frente a los tribunales. Puede haber actores que se pongan del lado de la democracia y pidan garantías, lo cual hay que evaluar.
Preguntas finales
Para finalizar la entrevista, el diputado Requesens contestó una serie de preguntas muy concretas con respuestas específicas:
¿Qué te haría perder la fe en el país?
Que la gente deje de salir.
¿Qué respuesta han recibido de los sectores populares de la sociedad?
Están con nosotros, absolutamente movilizados y entregados a la causa.
En una palabra, ¿qué pasará si se instala la Constituyente?
Guerra
¿Cuál es el partido de mayor arraigo popular actualmente?
La organización y vocación popular que tiene Primero Justicia creo que lo convierte en el partido más organizado y dedicado a los estratos C, D y E en el país.
¿Qué significa una escalada en las protestas de calle?
Cambio de estrategia, aumento de los sectores donde se protesta y aumento del grado de conflictividad.
¿Dónde te ves en cinco años?
Reelecto como diputado, o bien como alcalde, ministro o gobernador; pero en un país distinto, en una Venezuela productiva.
¿Creen que cuentan con el apoyo de la FANB? ¿Esperan un respaldo activo?
Sì, y ojalá eso ocurra. Para eso se está trabajando también.
¿Quién es tu mentor político?
Mucha gente ha influido en mi carácter y personalidad, no podría mencionar solo uno, desde mis padres hasta mis jefes.
¿Cuál es el dream team para la transición?
No lo he pensado, pero quisiera que Henrique (Capriles) fuera presidente. Sin embargo, confío en el que sea.
¿Incluso un chavista moderado?
No lo se, no lo he pensado, pero debe ser alguien dispuesto a dirigir un gobierno de amplia base.
¿Qué haría en los primeros 100 días un gobierno de transición?
Reactivar el aparato productivo de manera urgente. Desarrollar una política humanitaria dura. En este país hay mucha gente viviendo en un rancho de lata de zinc que no tiene qué comer. Hay que disminuir a cero el hambre en este país y se tiene que dar una inyección de recursos, eso no es populismo. Hay que llevar comida para superar la desnutrición infantil y abrir el canal humanitario para superar la crisis sanitaria.
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