La aspirina puede hacer más efectivos las terapias contra el cáncer
Las plaquetas de la sangre ayudan a disfrazar el cáncer frente al sistema inmune mediante la supresión de las células T (linfocitos T), según han concluido científicos de la Universidad Médica de Carolina del Sur (MUSC, por sus siglas en inglés) en un artículo que se ha publicado este viernes en Science Immunology.
En extensas pruebas preclínicas, una terapia prometedora con células T potenció más eficazmente la inmunidad contra el melanoma cuando se añadieron fármacos antiplaquetarios comunes, como la popular aspirina.
El equipo del doctor Zihai Li, investigador en el Departamento de Microbiología e Inmunología de MUSC y líder del Programa de Investigación sobre la Inmunología del Cáncer en el Centro de Cáncer Hollings en MUSC, ha descubierto que las plaquetas liberan una molécula que suprime la actividad de las células T que combaten el cáncer. Esa molécula es TGF-beta, que ha sido reconocida durante décadas por su papel en el crecimiento del cáncer, reseñó el poratl web El Economista.
La clave de la coagulación
La mayoría de TGF-beta está inactiva. Li y su grupo encontraron que la superficie de las plaquetas tiene una proteína llamada GARP, un gancho molecular que es únicamente capaz de atrapar y activar TGF-beta. Las plaquetas, que son fragmentos de células pequeñas que circulan por toda la sangre y que normalmente están involucradas en la coagulación, se convierten en la principal fuente de TGF-beta activado que las células tumorales invasoras usan para suprimir las células T. En otras palabras, las plaquetas ayudan a dar a los tumores su capa de invisibilidad frente al sistema inmunológico.
Enseñando a las células T
Los científicos han sabido durante varios años que ciertos cánceres suprimen las células T para evitar el sistema inmunológico. Es por eso que un tipo de inmunoterapia llamado terapia de células T adoptiva es uno de los avances más prometedores en el tratamiento del cáncer moderno, ya que despierta al sistema inmunológico reciclando las células T de un paciente para que reconozcan su cáncer. Se aíslasn las células T de la sangre de un paciente y se reciclan o se preparan para reconocer las células tumorales y, posteriormente, se inyectan de nuevo en el torrente sanguíneo del paciente, donde pueden cazar y luchar contra el cáncer.
Los investigadores descubrieron alguna evidencia de que las plaquetas podrían empeorar el cáncer. Por ejemplo, los pacientes que tienen coágulos excesivos relacionados con su cáncer casi siempre tienen un peor pronóstico, según Li. «Con los años, se ha apreciado que las plaquetas están haciendo algo más que sólo la coagulación», afirma Li.
La primera pista de que las células T que combaten el cáncer podrían ser suprimidas por el propio sistema de coagulación del cuerpo surgió cuando los investigadores provocaron melanoma a ratones con plaquetas genéticamente defectuosas. Los tumores de melanoma crecieron mucho más lentamente y las células T preparadas fueron mucho más activas que en ratones con plaquetas normales.
A continuación, el equipo aisló plaquetas y células T de sangre extraída de humanos y ratones. En ambos casos, las plaquetas con actividad de coagulación activada suprimieron la respuesta de las células T. Luego, emplearon la espectrometría de masas para identificar a fondo las moléculas liberadas por las plaquetas activadas que más suprimieron la actividad de las células T. La molécula con mayor supresión de células T fue TGF-beta.
Mayor éxito al eliminar una proteína
Li y su equipo estudiaron entonces cómo las plaquetas activan TGF-beta. En ratones modificados genéticamente sin GARP, el gancho molecular en la superficie de las plaquetas, la terapia con células T adoptivas tuvo más éxito en el control del melanoma. Esto significa que las plaquetas sin la capacidad de unirse y activar TGF-beta no fueron capaces de suprimir las células T que combaten el cáncer. Experimentos similares confirmaron este resultado en ratones con carcinoma de colon.
Por último, los ratones con plaquetas normales que recibieron melanoma y luego terapia de células T adoptiva sobrevivieron más tiempo y recayeron menos cuando se les proporcionó también ‘Aspirina’ y ‘Clopidogrel’, dos fármacos antiplaquetarios. Los investigadores observaron que los fármacos antiplaquetarios por sí mismos no tuvieron éxito en la lucha contra el melanoma en sus experimentos.
Este estudio podría informar el tratamiento futuro del melanoma y otros tipos de cáncer y ofrecer una buena razón para probar fármacos antiplaquetarios en ensayos clínicos de terapia de células T adoptiva. En pacientes con melanoma u otros cánceres, la terapia con células T adoptiva puede tener éxito si se añaden al tratamiento medicamentos de bloqueo de plaquetas altamente disponibles, como ‘Aspirina’. Sin embargo, el estándar actual de atención para el melanoma no es la terapia de células T adoptiva, sino los llamados inhibidores de punto de control.
Li y su equipo quieren saber si la terapia combinada con fármacos antiplaquetarios podría mejorar el tratamiento del cáncer existente. Están esperando la aprobación para comenzar un ensayo clínico que analizar ciertos inhibidores de punto de control en combinación con ‘Aspirina’ y ‘Clopidogrel’ para el tratamiento de pacientes con cáncer avanzado.
El trabajo de Li complementará los ensayos clínicos que ya están probando la terapia de células T adoptivas como un único tratamiento para el cáncer. «Estoy muy entusiasmado con esto -dice Li-. Podemos probar agentes antiplaquetarios sencillos sin receta para mejorar realmente la inmunidad y marcar una diferencia en cómo tratar a las personas con cáncer».
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