La fascinante historia de Howard Schultz, dueño de Starbucks
Howard Schultz nació con todas las probabilidades en contra. Criado en el seno de una familia pobre de Brooklyn, Nueva York, a los 7 años vio como su padre perdía el empleo que sostenía a toda la familia. Pero el pequeño Schultz era un gigante de corazón, y no iba a permitir que las circunstancias marcaran su destino.
Pasaron los años y hoy Schultz es el magnate dueño de Starbucks, una franquicia con más de 24.000 sucursales distribuidas a través de los cinco continentes. La revista Forbes, le estima a Schultz una fortuna personal de $2,9 mil millones (€2,45 MM) y la marca que representa se ha hecho habitual en la lista Fortune 500, reseñó el portal megaricos.com.
Schultz pudo darle vuelta a su historia. La mayoría se queda abajo, se conforma, y por eso la relevancia de su testimonio.
Tras sufrir en carne propia las dificultades de la clase obrera, Schultz sabía que debía encontrar una forma de surgir.
Desde muy temprano demostró cualidades de atleta, mostrando interés en el beisbol, el fútbol americano y el baloncesto. Estudió en Canarsie High School y tras graduarse en 1971 recibió una beca como deportista en la Universidad de Michigan. Era el primer miembro de su familia que asistía la universidad.
Pero entonces sufrió una lesión que le impidió continuar en los deportes y perdió la beca. Eso lo llevó a tomar medidas desesperadas para poder pagar la universidad, como vender su propia sangre.
Pudo superar esas y otras dificultades hasta recibir la licenciatura en Comunicación en 1975. En la fraternidad Tau Kappa Epsilon trabajó junto a grandes personalidades como el ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan.
Sus inicios en los negocios
Durante algún tiempo trabajó como vendedor de Xerox y luego consiguió empleo en la compañía Hammarplast, que vendía máquinas cafeteras a Europa y Estados Unidos.
Sus habilidades y eficiencia le merecieron rápidos asensos en las líneas corporativas hasta convertirse en director de ventas. Entonces notó que la mayoría de las ventas se dirigían a una pequeña tienda de café en Seattle, Washington, llamada Starbucks Coffe Tea and Spice Company, y decidió acercarse hasta el lugar para ver el proyecto en persona.
La primera vez que Schultz se acercó a la tienda original de Starbucks fue en 1981 cuando ésta cumplía 10 años de existencia. Fue amor a primera vista. Él reconoció que sintió haber llegado a casa.
“Nunca había probado una taza de café tan buena. Conocí a los dueños y fue genial. Me dije: ‘Dios, un negocio así es lo que he estado buscando toda mi vida’”, recuerda Schultz.
Para 1982 él ya estaba casado con Sheri Kersch y tenía tres hijos. Ese mismo año fue contratado como director de ventas minoristas de Starbucks. En 1983 hizo un viaje a Milán, Italia, y vio que en esa ciudad ofrecían muchos tipos de café. Entonces tuvo la gran idea. Starbucks debía comenzar a vender variedad de café y no solo el tradicional que ofrecían para ese momento.
Schultz quería que los clientes tuvieran una experiencia más personal con su café, que lo eligieran exactamente como lo deseaban. Tenía a su favor que para entonces no era común en Estados Unidos tanta variedad en esa bebida. Pero cuando le planteó la idea a los dueños de Starbucks (Jerry Baldwin, Gordon Bowker y Zev Siegl) ellos no se mostraron tan convencidos de la propuesta ya que habían fracasado en una idea similar en los años 70.
Pero Schultz se mantuvo firme en su proyecto y debido a su insistencia la compañía cedió a que se instalara una barra de café en nuevas tiendas que se abrieron en Seattle.
La primera tienda Starbucks aun se encuentra activa en Pike Place Market en Seattle.
El éxito fue inmediato. El crecimiento de la compañía comenzó a ser acelerado, pero los creadores de la empresa decidieron que no era el camino que ellos deseaban, ya que al parecer querían una franquicia de café más pequeña y no compartían los ambiciosos sueños de Schultz. Entonces el aguerrido emprendedor tuvo que crear su propia marca llamada “IL Giornale”. Antes de tener éxito con esta nueva marca, Schultz tuvo que escuchar muchas negativas.
“Hable con 242 personas y 217 me dijeron que no. Muchas veces escuché que mi idea no valía la pena. Fue un tiempo muy humillante”.
Esta aventura le permitió a Schultz ganar suficiente dinero para, con ayuda de algunos inversores, comprar la marca Starbucks por $3,8 millones (€3,2 millones) y dirigir dos franquicias exitosas de café a la vez durante dos años. Después se enfocó solamente en Starbucks, convirtiéndose en CEO y presidente, y llevando la franquicia a todos los rincones de Estados Unidos.
En 1992 la compañía comenzó a cotizar en NASDAQ. Ese año 165 tiendas generaron ganancias de $93 millones (€78,6 millones). Y para el año 2000 Starbucks ya era conocida en el mundo entero con más de 3.500 tiendas que produjeron ingresos de $2,2 mil millones (€1,86 MM) en un año.
El éxito trajo montañas de dinero y Schultz, como un empresario inteligente, apostó por la diversificación. Compró el equipo de la NBA Seattle SuperSonics por $200 millones (€170 millones) pero su filosofía de negocios no fue bien aceptada en el mundo deportivo. Por eso en el 2006 vendió el equipo a Clayton Bennett.
Fue en esa época cuando conoció al jugador de baloncesto Vin Baker, quien luego de derrochar una fortuna de $100 millones (€84,6 millones), le pidió un empleo como un trabajador más de Starbucks.
Siendo una figura pública en Seattle, fue noticia en el 2013 cuando Starbucks anunció que apoyaba la legalización del matrimonio homosexual en el estado de Washington. Esto le ocasionó algunas discrepancias con otros accionistas de Starbucks, pero todo fue superado.
En el 2000 renunció a su cargo como CEO, pero después de ocho años tomó las riendas nuevamente antes de ser reemplazado en el 2013 por Goldman Sachs y David Viniar. “No estamos en el negocio de llenar estómagos, estamos en el negocio de llenar almas”, es una de sus frases favoritas.
Schultz ha querido compartir sus claves del éxito con el mundo. Por eso ha escrito dos libros que se han convertido en bestsellers. “Pour Your Heart Into it: How Starbucks Built a Company One Cup at a Time” (1999) / “Onward: How Starbucks Fought For Its Life Without Losing its Soul” (2012).
Starbucks sigue creciendo. Actualmente sus ingresos se ubican en $16 mil millones (€13,5 MM) al año, con presencia en más 65 países.
Mansión en Hawái
Schultz no es un multimillonario excéntrico que le gusta llamar la atención, pero como la mayoría de los mega ricos adora darse lujos.
El año pasado adquirió una propiedad de 8 habitaciones en Hawái por $25 millones (€21,5 millones). La casa se encuentra en el lujoso resort Four Seasons de Hualalai. Es una propiedad ubicada sobre 1.8 acres y tiene un espacio habitable de 10.641 pies cuadrados [988.5 m2].
Empleo para los veteranos de guerra
En el 2003 Starbucks se unió a varias empresas de Estados Unidos en el movimiento de dar empleo a los veteranos de guerra, la mayoría militares que han prestado servicio en los conflictos de Afganistán e Irak.
“Esto no es caridad ni filantropía. Estas son personas muy calificadas y bien instruidas, con una capacidad de liderazgo significativa y que aportarán mucho a Starbucks”, dijo Schultz en aquella oportunidad.
El ejecutivo indicó que para el 2018 esperaban haber empleado a más de 100.000 ex militares.
Fue una medida muy elogiada, ya que la tasa de desempleo de los ex militares es mayor al promedio nacional en Estados Unidos.
La historia de Howard Schultz es la confirmación de que cuando se quiere, se puede. La pasión por lograr los sueños es más importante que las circunstancias que te rodeen en este momento. Si tienes tus objetivos claros y estás dispuesto a superar todos los obstáculos que se presenten, entonces el éxito llegará y nada lo podrá impedir.
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