La Fed afianza su papel ante Covid-19 y se convierte en el banco central más importante del mundo
A pesar de las continuas críticas por parte del mandatario estadounidense, Donald Trump, la Reserva Federal liderada por Jerome Powell ha dejado patente un papel proactivo y sin precedentes para paliar los efectos económicos derivados de la pandemia del coronavirus (Covid-19).
El banco central de Estados Unidos ha engordado su balance hasta superar los 5 billones de dólares, rebajado las tasas de interés hasta el 0% y lanzado multitud de iniciativas.
La más reciente, anunciada esta misma semana, afianzó el papel de la Fed como banquero central del resto del mundo al tratar de proporcionar al sistema financiero global la liquidez en dólares que necesita para evitar que la crisis económica acabe por transformarse en una crisis financiera.
De esta forma, la Fed anunció el martes que a partir del próximo 6 de abril y por un periodo de seis meses establecerá una mesa recompra temporal para permitir a los bancos centrales extranjeros cambiar sus títulos del Tesoro estadounidense a cambio de efectivo en dólares. Un paso más allá de las acciones que tomó durante la crisis financiera de 2008 y que en algunos casos reta el propio mandato del banco central estadounidense.
Prueba de ello quedó patente la semana pasada cuando anunció una nueva oleada de programas e iniciativas que actuarán de salvavidas para que los mercados financieros funcionen de manera más eficiente a raíz de la crisis del coronavirus.
Entre estos planes se incluyó el compromiso de Powell, presidente del banco central, y el resto de funcionarios de continuar su programa de compra de activos «en las cantidades necesarias para respaldar el buen funcionamiento del mercado y la transmisión efectiva de la política monetaria a las condiciones financieras más amplias y la economía».
A ello se sumó un programa de préstamos de 300.000 millones de dólares a las empresas de Main Street, es decir, a los pequeños y medianos comercios, además de una línea de crédito a plazo fijo respaldada por activos implementada durante la crisis financiera.
De esta forma, el banco central respaldará «el flujo de crédito a empleadores, consumidores y empresas mediante el establecimiento de nuevos programas que, en conjunto, proporcionarán hasta 300.000 millones de dólares en nueva financiación», según explicó la propia Fed.
La Fed también dijo poder anunciar pronto «el establecimiento de un programa de préstamos comerciales de para la economía de a pie (main street) para apoyar los préstamos a pequeñas y medianas empresas, complementando los esfuerzos así los esfuerzos de la Administración de Pequeñas Empresas (SBA, por sus siglas en inglés)».
Además se crearon dos programas más para apoyar a los grandes empleadores: un servicio de crédito empresarial en el mercado primario para la emisión de nuevos bonos y préstamos, y un servicio de crédito corporativo en el mercado secundario para proporcionar liquidez al mercado de deuda corporativa.
Otro de los planes dados a conocer incluyó un servicio de préstamo de valores respaldados por préstamos estudiantiles, préstamos automovilísticos, préstamos de tarjeta de crédito, préstamos garantizados por la SBA y otros activos».
El banco central también dijo que también expandiría la Línea de Liquidez del Fondo de Inversión Mutua en el Mercado Monetario para incluir una gama más amplia de valores, incluyendo así notas de demanda municipales a tasa variable, un paso destinado a ayudar a los estados y ciudades.
Finalmente, la Fed también expandió el Servicio de Financiación de Papel Comercial ya vigente para incluir también deuda municipal de alta calidad, otra medida para ayudar a los estados y ciudades con problemas de liquidez.
El paquete de estímulo fiscal rubricado el pasado viernes por Trump también beneficia directamente a la Fed. Las medidas para ayudar a las empresas, por un valor aproximado de 500.000 millones de dólares y que gestionará el Departamento del Tesoro también contribuirán a inyectar un mayor capital para los programas de préstamos de la Fed, lo que multiplica su capacidad hasta más de 4 billones de dólares.
La Reserva Federal acometió su primera acción contra el coronavirus el pasado 3 de marzo, cuando redujo las tasas en 50 puntos a 1,00% a 1,25% en una decisión de emergencia. Nueve días más tarde comenzó lo que más tarde se convirtió en un programa de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) completo al trasladar sus compras de deuda a corto plazo de 60.000 millones / mes fuera de la curva para comprar un rango de vencimientos más largos (hasta el 13 de abril de 2020). Además, la Fed también anunció un aumento de tamaño mucho mayor de lo esperado a sus programas de repos.
El 15 de marzo, la Fed rebajó tasas de nuevo en 100 puntos básicos hasta el 0%-0,25% y oficializó un programa de compra de bonos (QE) a mayor escala, que se comprometía a comprar 500.000 millones en bonos del Tesoro y 200.000 millones en activos respaldados por hipotecas.
Dos días después, la Fed estableció el Fondo de Financiación de Papel Comercial (CFPP) para respaldar el mercado de papel comercial, con el apoyo de 10.000 millones de dólares del Departamento del Tesoro, que liberó hasta un billón de dólares.
?Durante esa misma jornada, la Fed desempolvó el PDCF (efectivo el 20 de marzo) que otorga préstamos a los operadores primarios contra una amplia gama de garantías (que incluyen bonos del Tesoro, activos respaldados por hipotecas, agencias internacionales, deuda corporativa, papel comercial y acciones). Esto funciona de manera similar a los préstamo de su ventana de descuento, pero los distribuidores primarios pueden acceder directamente a él, mientras que la ventana de descuento solo es accesible por las instituciones depositarias (bancos).
El 18 de marzo, el banco central de EEUU estableció un servicio de financiación dentro del mercado monetario (MMFL, por sus siglas en inglés) (efectivo a partir del 18 de marzo) que otorga préstamos a bancos y operadores primarios hasta el vencimiento final del papel del fondo monetario principal. El papel comercial no gubernamental puede financiarse a la tasa de descuento + 100 puntos básicos y los bancos recibirán alivio de los requisitos de apalancamiento y capital para sus compras.
Con información de El Economista
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