Lo que Trump no ha contado sobre la mayor reforma fiscal de la historia de EEUU
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha querido dar un nuevo impulso a su mandato y, en una demostración de fuerza cuando se cumplen 100 días de su llegada a la Casa Blanca, ha presentado su proyecto de reforma fiscal revelando un amplio conjunto de medidas para la reforma tributaria de la primera potencia mundial. La reforma clave para el presidente Trump.
Aunque es cierto que el plan del mandatario incluye un ambicioso paquete de medidas orientadas a impulsar el crecimiento económico y el empleo con más bajadas de impuestos e incrementos del gasto, tanto en infraestructuras como defensa, no es menos cierto que ha dejado muchas preguntas sin responder. Una de ellas, quizá la más importante, es cómo pretende la Administración Trump sufragar los recortes de impuestos anunciados.
Algunos economistas ya han estimado que las medidas de Trump podrían reducir los ingresos del Estado en billones de dólares en los próximos 10 años… El Financial Times ha querido desgranar algunas de las medidas clave y responder alguna de las preguntas que se han quedado en el aire.
Cambios en el impuesto de sociedades
Como anunció Trump durante las elecciones, el plan se compromete a reducir el impuesto de sociedades del 35% actual al 15%. También aseguró que las pequeñas empresas con diferentes estructuras legales podrían disfrutar de los beneficios de esa bajada. Sin embargo, no fue claro sobre cómo se financiaría esta reducción ni sobre los detalles de cómo se manejarían las llamados «pass-through» -exacción dirigida directamente a los dueños de las empresas para evitar un doble impuesto que podría darse si un empresario es sometido a pagar un impuesto corporativo y también un impuesto a las ganancias-.
Si bien es cierto que el presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Paul Ryan, ha defendido y promovido que la tasa impositiva fuera del 20%, y que estuviera parcialmente financiada por un impuesto a las importaciones, la Casa Blanca se ha negado a aceptar ese plan. Donald Trump recaudará por IRPF más de lo que perderá en Sociedades.
Por su parte, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ha sugerido que un mayor crecimiento financiaría la reducción del impuesto de sociedades, pero este escenario es algo con lo que no están de acuerdo los organismos de control presupuestario del Congreso, cuyas opiniones son importantes desde el punto de vista del procedimiento.
Repatriación de los beneficios en el extranjero
Trump prometió una importante rebaja de la exacción sobre las ganancias en el extranjero de las empresas norteamericanas para alentar su «vuelta a casa». Se estima que las compañías estadounidenses tienen 1,2 billones de dólares en el extranjero, dinero que no quieren en suelo americano porque sería gravado con un 35% con la ley actual.
Los intentos de acceder a esta suma a través de otros medios han estimulado numerosas estratagemas de evasión fiscal, incluyendo las operaciones de inversión que las empresas estadounidenses han utilizado para trasladar sus sedes en el extranjero. Trump, durante la campaña, condenó esos movimientos. Pero, para calcular el efecto final de su exacción requiere conocer el porcentaje que se aplicará, y la Casa Blanca no le ha puesto cifra al impuesto.
El plan fiscal de campaña de Trump apuntaba al 10%, aunque los republicanos de la Cámara han adoptado un enfoque más matizado: un 8,75% sobre el efectivo y un 3,5% sobre ingresos ya reinvertidos en activos -como las fábricas-. Establecer una tasa demasiado baja alienaría a los demócratas, mientras que ponerlo demasiado alto perturbaría a los republicanos pro-empresarios que no quieren que las empresas sean castigadas.
Ganadores y perdedores de los impuestos personales
El equipo de Trump reducirá el número de tramos del impuesto sobre la renta individual -el equivalente al IRPF español- de siete a tres, bajando el porcentaje máximo del 39,6% actual al 35%. Los otros dos tramos serían del 25% y 10%. Otra de las propuestas clave es la de ampliar las desgravaciones fiscales para las familias, sobre todo cuando tienen hijos y dependientes a cargo. En concreto, las parejas casadas no tributarán nada por los primeros 24.000 dólares de ingresos anuales frente a los 12.600 actuales.
Muchas otras deducciones han sido eliminadas, pero las rebajas clave para los intereses hipotecarios y las contribuciones caritativas permanecerán. Entre otras medidas se encuentran la derogación del Impuesto de Sucesiones, que, hasta ahora, permanecía vigente para las herencias de más de 5,5 millones de dólares, y eliminar el impuesto del 3,8% asociado al Obamacare que afecta a las pequeñas empresas.
Estos cambios ayudarán a las familias de clase media, pero también a las muy ricas, que sacarán particular provecho del desmantelamiento del impuesto mínimo alternativo (AMT por sus siglas en inglés). Cabe recordar que en EEUU el 10% más rico de los contribuyentes paga el 90% de los impuestos sobre bienes, según el Centro de Política Tributaria.
Efecto sobre los hedge funds y el capital privado
Mnuchin insistió en que el presidente se mantendría fiel a su promesa de campaña de eliminar la exención tributaria sobre los «intereses devengados», algo con lo que los administradores de hedge fund y de capital privado se juegan miles de millones de dólares. Pero los planes de Trump escondían un caramelo para el público de Wall Street que aliviaría con creces el dolor causado por esta medida.
El pequeño truco está en que los directivos individuales podrán definirse como empresas y aprovechar la rebaja al 15% del impuesto de sociedades para las pequeñas empresas. Mnuchin dijo estar al tanto y alerta del riesgo que existe de que las personas ricas incluyan sus activos en pequeñas empresas para disfrutar de ese 15% y avanzó que tratará de prevenir cualquier abuso, pero no ha dicho cómo.
Impacto en el déficit
Los republicanos, preocupados por el escaso detalle de las propuestas, advirtieron el miércoles a Trump sobre el intento de costear el paquete anunciado como si se tratara de un plan tributario tradicional. Sin embargo, esta maniobra sería inmensamente costosa para las arcas públicas si no se compensa con medidas recaudatorias, o con un crecimiento económico estelar.
El Comité para un Presupuesto Federal Responsable estimó que en un período de 10 años las propuestas conducirían a una pérdida de entre 3 y 7 billones de dólares, a la espera de conocer los detalles. Entre las propuestas más costosas se encuentra el recorte de impuestos a las empresas, con el que se pierden 2,2 billones de dólares y la reducción de la tasa impositiva de las pass-through.
Perspectivas en el Congreso
El breve documento presentado el miércoles fue preparado a toda prisa después de que Trump ordenara a su equipo que diera forma a la reforma tributaria presentando una hoja de ruta. Ahora, una de las preguntas clave es saber cómo estas propuestas casan con el plan de Ryan, que pretende ser lo más neutral posible hablando de los ingresos.
Ryan arrojó luz sobre la propuesta diciendo que el paquete era «exactamente las mismas líneas que querían», mientras que Mnuchin dijo que la administración estaba «en la misma página» que los líderes republicanos.
Sin embargo, y a pesar de la aparente sintonía, son muchos los puntos que les separan. Por ejemplo, Mnuchin no ha descartado un paquete temporal de recortes de impuestos que aumente el déficit -algo que muchos legisladores verían como una mejor solución que una reforma permanente.
Por su parte, Trump no ha mencionado nada sobre la piedra angular de los republicanos de la Cámara de Representantes, el BAT (Border Adjusted Tax). Aunque, para ser justos, el presidente de EEUU no ha dicho ni que sí ni que no, dejando a los republicanos que continúen debatiendo la medida.
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