El gobierno venezolano, asfixiado por la falta de liquidez y sanciones de Estados Unidos, adjudicará una mina de oro a cada gobernación para financiar su presupuesto, anunció el presidente Nicolás Maduro.
«Voy a proceder a entregar una mina de oro en pleno proceso productivo, en plena capacidad productiva, a cada gobernación», dijo Maduro en una transmisión obligatoria de televisión desde el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas.
El mandatario apuntó que los gobernadores dispondrán «de inmediato» de los recursos provenientes de los yacimientos para invertir en las «tantas necesidades» de sus estados y así sortear el «bloqueo» económico dispuesto por Washington.
«Recurso directo de la mina de oro al Estado, de la mina de oro a la gobernación, al pueblo», celebró el líder chavista tras reunirse con los mandatarios regionales de línea oficialista, destacando que quienes administren mejor los recursos recibirán como premio nuevas minas.
Sin embargo, no ofreció detalles sobre cómo se realizará la explotación del mineral ni su comercialización.
Inmerso en una pugna política con el opositor Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino por medio centenar de países, Maduro es blanco de sanciones de la administración de Donald Trump para expulsarlo del poder, que incluyen un embargo petrolero y el congelamiento de activos del país en Estados Unidos.
«Que nos bloquean, que nos persiguen ¡No me importa!», espetó sobre las medidas que también afectan al oro venezolano desde marzo, ya que el Tesoro sancionó a la minera estatal Minerven y a su presidente Adrián Perdomo, a los que acusa de realizar operaciones ilícitas que sostienen a Maduro.
Venezuela está sumida en la peor crisis política y económica de su historia reciente, con una inflación estimada en 200.000% para el cierre de 2019, según el FMI, un desplome de su vital producción de crudo y un serio conflicto de poder con la oposición, entre otros problemas.
Como una forma de recuperar el «sistema de ahorro nacional», el presidente también ofertó bonos respaldados en pequeños lingotes de oro en agosto de 2018, aunque se desconocen los resultados de esa operación.
Además del exótico anuncio de la mina de oro, Maduro tomó otras decisiones:
– Asignación, a todos los estados del país, de 1 millón de petros bimensuales.
– Transferencia de las industrias a las gobernaciones de los estados Portuguesa, Guárico, Apure y Barinas.
– Creación de fondo especial por 55 millones de euros para “la adquisición de materia prima” necesaria para las industrias a cargo de las gobernaciones.
– Creación de un fondo especial de 36.500.000 euros para importación de insumos y maquinarias necesarias para la producción agrícola.
– Creación de un fondo de 115.800.000 euros para el Plan de Siembra ciclo norte verano.
– Aprobación de nuevas inversiones de 73.214.285 euros en el servicio eléctrico; 44.891.679 euros en el servicio de agua potable; y 153.478.431 euros para el plan de siembra comunal, plan textil y otros proyectos.
– Exoneración del pago de impuestos para el plan de acción prioritaria de servicios públicos y mantenimiento de las ciudades.
El mandatario dijo que su administración está «pariendo» los recursos para llevar adelante estos proyectos, ante el «bloqueo del imperio norteamericano».
Igualmente, ordenó a los gobernadores y «protectores», una figura ajena al ordenamiento jurídico que el chavismo designa en aquellos estados y municipios donde pierde las elecciones para seguir controlando competencias y recursos a despecho de la voluntad popular, que hicieran alianzas con el sector privado, sin «falsos prejuicios»; pero, eso sí, los planes «los manejamos nosotros».