La superficie sembrada con trigo en Argentina será de 6,2 millones de hectáreas, la menor de los últimos 12 años por la sequía, cuando se teme una crisis alimentaria mundial derivada de la guerra en Ucrania, según proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Argentina, uno de los principales productores de trigo del mundo, enfrenta «un escenario muy complejo para la siembra» del cereal por el impacto por tercer año consecutivo del fenómeno de La Niña, según un informe de la Bolsa de Rosario.
Para el periodo 2022-23, se sembrarán unas 700.000 hectáreas menos que la campaña 2021-22 cuando las 6,9 millones de hectáreas implantadas resultaron en una cosecha récord este año de 23 millones de toneladas, según las últimas mediciones.
Argentina se ubicó como octavo productor mundial de trigo en la campaña 2021-22, de acuerdo con cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Este año, la siembra de trigo comenzó a mediados de mayo, aunque muchos productores han demorado la implantación a la espera de lluvias, no obstante los pronósticos de heladas empeoran un panorama de por sí adverso.
«En este junio de 2022 la situación de falta de agua es más grave que la de 2020. Para encontrar una situación más ajustada de humedad hay que retroceder a junio de 2009», según el estudio.
Como resultado «la siembra (de trigo) está detenida en gran parte de la región pampeana (la de mayor producción) donde el avance de implantación es de 17% contra 30% del año pasado» para esta fecha, explicó.
La estimación de siembra de trigo que en mayo era de 6,35 millones de hectáreas, se redujo en junio a 6,2 millones de hectáreas, por lo que la proyección de cosecha se ubica en 18 millones de toneladas, según la Bolsa.
«La posibilidad de lluvias en los próximos quince días es fundamental para finalmente sembrar trigo o cambiar de cultivo», destacó el informe.
Sin embargo «los pronósticos de corto plazo indican el ingreso de otro frente de aire frío y seco que provocará un nuevo descenso de temperaturas y el desarrollo de heladas, alejando la posibilidad de lluvias sobre la región pampeana».
La ventana de siembra termina en los primeros diez días de julio, aunque los productores que decidan incorporarse a último momento enfrentan mayores riesgos de enfermedades en sus cultivos.
Además de su posición predominante como productora de trigo, Argentina es líder mundial en exportaciones de aceite y harina de soja, un cultivo que no se ve afectado por la sequía.
La cosecha de soja alcanzó 42,2 millones de toneladas en el final de la campaña 2021-2022 sobre 16,11 millones de hectáreas sembradas con la oleaginosa, el cultivo estrella del país sudamericano.