Estados Unidos y Brasil registraron más de 1.000 muertos en 24 horas cada uno, en un continente americano donde la pandemia de covid-19 sigue progresando rápidamente, a diferencia de Europa, que sigue su lento retorno a la normalidad.
En los cinco meses que han transcurrido desde que surgió en Wuhan (centro de China) a finales de diciembre, el coronavirus ha matado a unas 360.000 personas y ha infectado a más de 5,8 millones. Cifras oficiales que sin duda están por debajo de la realidad.
Estados Unidos, de largo el país más afectado, con más de 1,7 millones de casos, había registrado menos de 700 muertes diarias durante tres días, pero la curva comenzó a aumentar nuevamente el miércoles y el jueves, con 1.401 y 1.297 fallecidos, lo que elevó la cifra de decesos a más de 100.000.
Después de tuitear y retuitear más de cuarenta veces desde que se cruzó este umbral sin hacer ninguna mención a las víctimas, el presidente Donald Trump expresó sus condolencias el jueves a los familiares de los fallecidos por la pandemia.
Brasil también registró el jueves por sexto día consecutivo más de 1.000 muertes en 24 horas e informó de 26.417 contagios más, lo que eleva la cifra a cerca de 440.000, aunque el número de casos, según los científicos, podría ser hasta 15 veces mayor.
La crisis sanitaria se combina en algunas partes con una crisis alimentaria, como en el noreste del país. «En 26 años, nunca había visto tanta gente viviendo angustiada o hambrienta», dice Alcione Albanesi, fundadora de la organización benéfica Amigos do Bem. «Todo se ha detenido. Pero el hambre continúa».
– Segunda ola –
Mientras Europa respira un poco más tranquila, a América del Sur le falta el aire. Países como Chile y Perú registraron el jueves cifras diarias récords: el primero por el número de muertos (49), y el segundo de casos (5.874).
Sin embargo, algunos países están mejorando, como Bolivia (alrededor de 300 muertes y 5.400 casos), hasta el punto de anunciar el jueves una relajación de las medidas de confinamiento a partir del lunes.
El coronavirus se contagia, mata, traumatiza. Como en el barrio del cementerio Pascuales de Guayaquil, la capital económica de Ecuador, muy afectado por la enfermedad de la covid-19. El primer contenedor lleno de víctimas del virus llegó el 9 de abril. El hedor de los cuerpos en descomposición se percibe en el vecindario en los días de viento fuerte.
Bella Rojas continúa vendiendo sus rosas de plástico en la calle, pero ya nadie las compra. «Estamos muertos, estamos paralizados», dijo la mujer, que ya no puede alimentar a sus tres hijos.
La reactivación de la económica a veces se enfrenta al temor a una segunda ola de contagios, como en este balneario en el sur de Inglaterra: «¡No vengas a Margate!», dice un grupo de comerciantes aterrorizados ante un posible rebrote.
Un temor desatado en Asia, el primer continente golpeado por la pandemia y que parecía dejarla atrás, donde han aparecido dos nuevos brotes.
Las autoridades de Corea del Sur, un país a menudo calificado como ejemplo de cómo controlar el coronavirus, restablecieron el jueves las restricciones que habían levantado recientemente después de detectar 79 nuevos casos en un día, incluidos 69 en el almacén de una empresa de comercio electrónico cerca de Seúl, el mayor aumento contagios en casi dos meses.
Por su parte, Sri Lanka reactivará las medidas de confinamiento el domingo, luego de registrar su mayor aumento diario de casos, en su mayoría habitantes que regresan de Kuwait y marineros de una base cercana a la capital, Colombo.
– Un café en París –
Estos casos hacen recordar la importancia de la prudencia para dejar atrás la pandemia. A diferencia de Nueva York, la ciudad más afectada del mundo, Washington se salvó relativamente del coronavirus y la capital de Estados Unidos comienza este viernes el levantamiento de las restricciones.
En Austria se reabren los hoteles y las infraestructuras turísticas este viernes, y en Turquía lo harán parcialmente las mezquitas.
Europa dio el jueves otro paso en su desconfinamiento. El gobierno francés autorizó, desde el martes, la reapertura de los parques, bares y restaurantes, cerrados desde mediados de marzo, con ciertas restricciones, especialmente en París y sus alrededores.
En la capital será posible tomar café en la terraza pero no en el interior de los establecimientos. «La libertad se convertirá finalmente en la regla otra vez y la prohibición será la excepción», dijo el primer ministro, Edouard Philippe.
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció también el jueves una relajación del confinamiento. A partir del lunes, las escuelas y las tiendas podrán abrir, y se permitirán las reuniones al aire libre de hasta seis personas siempre y cuando mantengan una distancia de dos metros entre ellas.
El mismo día se anunció la reanudación de la liga inglesa, la más poderosa del mundo, para el 17 de junio. Lo mismo hará Italia el 20 de junio. Será poco después de que lo haga la Liga española, que volverá la semana del 8 de junio. Alemania fue el primer país europeo importante en jugar fútbol a mediados de mayo, y el viernes se reanuda el campeonato femenino.