¡Más impuestos a los ricos!, el grito de las nuevas caras demócratas
La política fiscal, especialmente la subida de impuestos a las rentas más altas, se ha convertido en la punta de lanza de los primeros aspirantes demócratas a las elecciones presidenciales de 2020, y muestra el auge del ala más izquierdista del partido.
Alexandria Ocasio-Cortez, una joven congresista en ascenso dentro del partido, y la senadora Elizabeth Warren desvelaron este mes ambiciosas propuestas fiscales que incluyen agresivas alzas impositivas para los más ricos, con el objetivo de encarar la creciente desigualdad de ingresos y financiar programas sociales.
Warren propuso algo sin precedentes en EEUU, una tasa a la riqueza, que busca gravar a los patrimonios de más de 50 millones de dólares con un 2% anual, al que se añadiría un punto adicional para las fortunas de más de 1.000 millones de dólares.
«No nos podemos permitir estar solo con remiendos -una exención fiscal aquí, una regulación allá. Nuestra lucha es por un cambio grande, estructural», dijo la senadora al lanzar a comienzos de mes su campaña para convertirse en candidata demócrata a la Presidencia en 2020.
«Millones y millones de familias estadounidenses están luchando por sobrevivir en un sistema que está amañado por los ricos y poderosos», afirmó Warren, de 69 años.
Por su lado, Ocasio-Cortez presentó su llamado «Green New Deal», que conjuga un sistema de bienestar basado en la sanidad pública, el combate contra el cambio climático como prioridad y un alza de la tasa impositiva marginal al 70%, desde el actual 37%, a las rentas de más de 10 millones de dólares.
En apenas un mes en el Congreso, la legisladora demócrata parece haber logrado revolucionar la agenda del partido con una inyección de ideas frescas.
«Hay un elemento donde, claro, la gente va a tener que empezar a pagar su parte correspondiente en impuestos. Quiere decir que a medida que subes la escalera (de ingresos), deberías contribuir en mayor medida», explicó Ocasio-Cortez, de 29 años.
Ambas legisladoras se suman a la senda abierta en 2016 por el senador Bernie Sanders, que se define como un «demócrata socialista», y quien logró disputar hasta el último momento la candidatura a Hillary Clinton, representante del ala moderada y liberal del partido.
Pese a su derrota, Sanders logró situar en la agenda pública un tema que parecía tabú en la sociedad estadounidense hace apenas unos años: el de la salud universal frente al actual sistema de mercado de seguros privados, con excepciones para los mayores de edad y personas de bajos recursos.
El veterano senador aún no ha confirmado si luchará por la candidatura demócrata en 2020, pero se rumorea que lo hará pronto.
El empuje logrado por Sanders ha llevado a que otros aspirantes demócratas, enmarcados en el ala moderada, hayan expresado ya su respaldo de la salud pública universal, como es el caso de la también senadora demócrata Kamala Harris, y su disposición a discutir sobre la subida de impuestos.
Pese al encendido respaldo en las redes sociales y entre los más jóvenes, estos planteamientos han despertado recelos en el seno del progresismo liberal, especialmente entre algunos de los que se verían afectados.
Uno de ellos fue el cofundador de Microsoft y segundo hombre más rico del mundo según Forbes, Bill Gates, quien comentó la semana pasada la propuesta de Ocasio-Cortez, sin citar a la congresista por su nombre.
«Hay algunos políticos que son tan extremistas que les diría ‘No, eso es ir demasiado lejos’. Eso es crear desincentivos y animar a evadir impuestos o a tributar en otros países. Podemos ser más progresivos sin amenazar la generación de ingresos», apuntó Gates en una entrevista con el portal tecnológico «The Verge»,
Asimismo, el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien está analizando lanzar su candidatura demócrata para 2020, ha marcado distancias.
En un acto en Nuevo Hampshire, Bloomberg aseguró estar «un poco cansado de escuchar cosas que son castillos en el aire, que nunca van a ser aprobadas y no nos podemos permitir».
La cuestión es hasta qué punto estas propuestas pueden atraer a los votantes en 2020 cuando los demócratas se enfrentarán previsiblemente al actual presidente, el republicano Donald Trump, quien ha hecho de la rebaja de impuestos y el escepticismo sobre el cambio climático dos de sus pilares políticos.
«El ambicioso Green New Deal se lee más como directrices para una sociedad ideal que como una propuesta política definida», indicó Samantha Gross, investigadora del centro de estudios Brookings.
Y como tal, para Gross, tiene diversas interpretaciones en función del punto de vista político, lo que muestra su indefinición.
«Algunos demócratas lo ven como una prueba del compromiso con el clima de los potenciales candidatos para 2020. Otros en la izquierda se quejan de que no aboga por una total eliminación del uso de combustibles fósiles. En la derecha, por su parte, se describe como un ejemplo de la llegada del socialismo», agregó.
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