Mercosur vive un renovado brío y busca acelerar nuevos acuerdos comerciales
El Mercosur inicia una etapa de renovado brío gracias al acuerdo comercial logrado con la Unión Europea (UE) y ahora busca acelerar pactos de libre comercio con varios países y bloques económicos, así como su consolidación y modernización.
Los cancilleres del bloque fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay se reunieron este martes en la ciudad argentina de Santa Fe para pulir los documentos que firmarán mañana los presidentes en la cumbre semestral de este organismo.
Tras el histórico acuerdo con la UE después de casi 20 años de negociaciones, el Mercosur busca cerrar acuerdos con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por su sigla en inglés, integrada por Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein), con Canadá y con Corea del Sur.
Para los países del Mercosur, el hecho de haber firmado el acuerdo con la UE lanza un mensaje al mundo de que el bloque suramericano está abierto a las negociaciones comerciales y consideran que eso va a acelerar las conversaciones que ya están en marcha.
En el caso del acuerdo con EFTA, cuya próxima ronda se celebrará en agosto próximo, las negociaciones están muy avanzadas, según dijeron a Efe fuentes del Mercosur, y con Canadá se estima que el pacto podría ver la luz a inicios de 2020.
En cuanto a Estados Unidos, que es un socio estratégico de los cuatro países del bloque, el diálogo existe pero todavía no hay una fecha de inicio de negociación, mientras que con la Alianza del Pacífico, que integran Perú, Chile, Colombia y México, hay un interés del Mercosur de profundizar un acercamiento estratégico.
Otro de los ejes que centran los debates es la búsqueda de mecanismos que permitan que el acuerdo alcanzado con la UE comience a regir de manera provisional en el menor tiempo posible, una vez que sea aprobado por el Parlamento Europeo.
Para ello, el Mercosur está dispuesto a que el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, que crea un mercado de bienes y servicios de 800 millones de consumidores y engloba casi una cuarta parte del producto interior bruto mundial, entre en vigencia provisionalmente de modo bilateral una vez el Parlamento Europeo lo ratifique.
El objetivo para el Mercosur, con un mercado de 300 millones de habitantes, es que las economías del bloque puedan sacar lo mas rápido posible el máximo provecho de este acuerdo, para cuya entrada en vigor definitiva se calcula un mínimo de dos años.
Para el canciller argentino, Jorge Faurie, el acuerdo con la UE es un «punto de inflexión» en la historia del bloque suramericano, y consideró que es una «excelente carta de presentación muy valiosa» de cara a otras negociaciones externas del Mercosur.
Como avances de esta cumbre, destacó un acuerdo para eliminar el cobro del «roaming» en las comunicaciones móviles en el Mercosur, y la «voluntad política» para avanzar en el proceso de revisión del arancel externo común (AEC) de la unión aduanera suramericana.
Además, el Mercosur busca aprobar en esta cumbre una serie de resoluciones para modernizar su estructura y dinamizar su funcionamiento.
Para ello se plantea avanzar hacia la firma digital de acuerdos, reuniones virtuales, así como contar con un presupuesto único para la organización.
La crisis política en Venezuela, que permanece excluida de las reuniones después de que en 2017 fuera suspendida como miembro pleno al dictaminar los socios fundadores que hubo una «ruptura del orden democrático» por parte del Gobierno de Nicolás Maduro, también se espera que sea objeto de debate de la cumbre y se apruebe alguna declaración al respecto.
En solo seis meses, el Mercosur ha pasado de vivir momentos de incertidumbre sobre el futuro del bloque con la llegada al poder del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, a un clima de euforia tras el acuerdo con la UE.
El presidente argentino, Mauricio Macri, entregará este miércoles la Presidencia rotativa del mecanismo de integración a Bolsonaro, quien en los últimos meses ha dado un giro en su posición hacia el Mercosur al considerar que ahora ha desaparecido la tendencia ideológica que, en su opinión, antes afectaba a este bloque.
A la politización del bloque también se refirió hoy el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Argentina, Horacio Reyser, quien aseguró que «el Mercosur, para que sirva, debe ser una plataforma desideologizada»
«Fue una plataforma que durante muchos años se había utilizado políticamente para alinearse con líderes y países totalmente ideologizados», sostuvo.
A la cumbre de este miércoles, además de Macri y Bolsonaro, asistirán los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y Paraguay, Mario Abdo Benítez, así como Sebastián Piñera, de Chile (país asociado al Mercosur), y Evo Morales, de Bolivia, que está en proceso de adhesión plena al bloque.
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