Michael Penfold: Negociación es la única vía para la transición

El proyecto electoral chavista no es competitivo en la Venezuela de 2017, un país inmerso en una profunda recesión económica y cuyos habitantes cada días son más pobres. Por tal motivo, la clase dirigente oficialista hace todo lo posible por postergar los eventos electorales pendientes, a la espera de un milagro o situación inesperada que permita que Nicolás Maduro incremente su popularidad antes de que culmine el período presidencial en enero de 2019.

De esta tesis parte el politólogo y analista de entorno Michael Penfold, quien participó en el foro Perspectivas 2017, organizado por el Instituto de Estudios Superiores en Administración- IESA-.

Advierte que en el caso de que el oficialismo acepte medirse en un proceso electoral, de carácter presidencial, Maduro tendría la primera opción de ser candidato, lo cual tampoco agradaría a un sector el Psuv.

«Maduro perdería cualquier elección si decide medirse, inclusive si la oposición va con varios candidatos: Henrique Capriles, Leopoldo López o Henri Falcón», dijo a una audiencia empresarial y académica.

El también docente del IESA señala que la crisis del modelo chavista es tan grave que ese grupo no ganaría ningún comicio cercano o lejano. solo podría tener éxito bloqueando institucionalmente a los partidos políticos » o si logra reducir la competitividad de los candidatos de la oposición», reflexiona Penfold.

De convocarse a elecciones con una oposición hecha a la medida del Gobierno, ya que se inhabilitaron o sacaron del juego electoral a los líderes naturales de los antagonistas al Psuv, el costo de imagen ante la comunidad internacional sería muy alto esto traería más deterioro de la precaria imagen que el Gobierno tiene fiera del país.

A Penfold le preocupa la rapidez como se ha deteriorado la calidad de vida del venezolano en los tres últimos años, «en ese lapso retrocedieron todos los indicadores sociales a niveles, inclusive, más bajos reportados en 1999, año en el cual llegó al poder el chavismo»

Destacó que la popularidad de Maduro no es proporcional con el enorme descontento social del venezolano contento social del venezolano. «Esta crisis económica y social tan severa no precipitará un cambio de Gobierno», y añadió que esto se daría en el caso de que haya una serie de negociaciones entre factores políticos y de poder. «Esta es la única forma de iniciar un proceso de transición que sentaría las bases una nueva institucionalidad en el país».

Políticas sociales

Este analista cuestionó la implementación de medidas que pretenden ser un paliativo a la crítica situación económica y que afecta a los más pobres. Criticó a las bolsas o cajas de los Clap, medida que acaba de cumplir un año, con un dudoso éxito.

«Los Clap son un paliativo político para el muy corto plazo. No tendrán permanencia porque se están haciendo con productos importados y sin la necesaria corrección de las distorsiones de la economía nacional». Vaticinó que para 2017 el Gobierno privilegiará este tipo de programas para reducir el riesgo político e intentar de subir algunos puntos. «La efectividad va a ser muy baja debido a los altos índices de inflación».

En relación con la macroeconomía. Michael Penfold estimó que el Gobierno no modificará el esquema cambiario por lo cual seguirán las múltiples tasas de cambio. Continuarán las restricciones en la adjudicación de divisas subsidiadas al sector privado nacional, el cual deberá importar alimentos e insumos con dólares propios, «como se ha hecho hasta ahora», puntualiza.

No cree que haya default pues el Gobierno pagaría un costo muy alto si deja de pagar sus compromisos de la deuda externa. «Pagará como sea, como lo ha hecho hasta el presente y seguirá reduciendo importaciones».

Sobre la expropiación de panaderías que impulsa la Superintendencia de Precios Justos- Sundee-, Penfold opina que es una medida que fracasará y que traerá más escasez. «El Gobierno se mete con los valores que representa una panadería: trabajo continuo de la pequeña y mediana empresa y que está muy cercana a la quiebra por los controles de precios».

Finalmente, fustigó a la Ley de Precios Justos, «tampoco es sostenible y es una de los principales distorsiones de la economía venezolana».