Migrar y reinventarse: el éxito de emprendimientos venezolanos en Colombia
Cifras del Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá indican que los migrantes representan el 4,8% de la fuerza laboral de la capital colombiana.
Colombia, ha sido el destino principal de muchos migrantes venezolanos, entre los que se incluyen desde profesionales en busca de estabilidad económica y social, hasta familias enteras que aspiran tener mejores condiciones de vida. Para muchos, trabajar en emprendimientos ha sido la manera de establecerse económicamente e insertarse socialmente.
Aspectos como la irregularidad migratoria, la sobreoferta de empleo y los choques culturales forman parte de las trabas para la inserción laboral de los migrantes. Por ello, el emprendimiento se ha convertido en una herramienta para generar ingresos y aportar al desarrollo económico tanto local como nacional del vecino país.
Según la especialista en Economía y Empresa, Jenny Patricia Amaya, la integración de la migración venezolana en Bogotá ha sido favorable para el tejido social y económico.
La especialista indica que la regularización de los emprendimientos es básico para fortalecer las finanzas locales y dinamizar sectores estratégicos, consolidando así el impacto positivo de la migración en la economía de Bogotá.
Para 2024, los migrantes representan el 4,8% de la fuerza laboral de la capital colombiana: 223.000 personas están activas en el mercado laboral y 204.000 ocupadas, según cifras del Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá.
Un ejemplo de los emprendimientos venezolanos en el vecino país es Luisa García, una trabajadora bancaria que emigró desde Monagas en 2007 acompañando a su esposo y actualmente es propietaria de un negocio de comida.
García es propietaria de El Toque Venezolano, negocio que hace una década inició como una pequeña venta de pasapalos y que ahora puede alcanzar a producir 1.500 hallacas en los meses más pesados del año: octubre, noviembre y diciembre.
El establecimiento, que labora únicamente por pedidos, emplea a dos colombianas y está formalmente inscrito en la Cámara de Comercio.
Otro ejemplo es Maureen Manrique, una diseñadora gráfica que se estableció desde 2017 en Bogotá y junto a su esposo colombiano dio los primeros pasos para fundar Bamboo Color, una empresa de diseño gráfico sostenible.
Manrique avanzó en su emprendimiento y consolidó una cartera de clientes gracias al apoyo de capital semilla y formación técnica que ha conseguido en parte por contar con el Permiso por Protección Temporal (PPT), reseña una nota del medio colombiano Semana.
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