Los organizadores del concurso Miss Venezuela afirmaron que buscarán alejarse de los estereotipos en la edición de 2019 y apostarán por una «belleza diferenciada» que no obligue a las candidatas a operarse para cambiar de aspecto.
El evento de más larga tradición en la industria venezolana del entretenimiento presentó 24 concursantes a quienes, según sus organizadores, «no se les ha impuesto cambios físicos», como cirugías plásticas.
«No estamos construyendo desde el comité ejecutivo un prototipo de mujer (…). No queremos mujeres todas estereotipadas», recalcó Nina Sicilia, gerente del Miss Venezuela, durante la presentación a la prensa de delgadas candidatas, todas maquilladas a la perfección.
Tras haber sometido en el pasado a la mayoría de sus participantes al bisturí, el certamen apuesta esta vez por «una belleza diferenciada», aseguró Gabriela Isler, directora de comunicaciones del concurso del que han salido siete Miss Universo y seis en el Miss Mundo.
Aunque la directiva no relacionó la estética de las aspirantes con la debacle económica, Sicilia reconoció a la AFP que la organización tiene limitaciones de recursos para montar el próximo show, que se celebrará el 1 de agosto.
Venezuela atraviesa la peor crisis de su historia reciente, con escasez de bienes básicos, una caída de su vital producción de crudo y una inflación proyectada en 10.000.000% por el FMI.
«No estamos abstraídos de la realidad del país», afirmó la gerente, aunque prometió un Miss Venezuela «a la altura» para su audiencia.
De hacerse en el poliedro de Caracas, con un aforo de 20.000 personas, pasó a un estudio de la televisora dueña de los derechos -Venevisión- con capacidad para unas 200.
El certamen, empañado por la debacle que vive el país, sigue siendo un escape para los venezolanos, que se jactan de ser una fábrica de reinas de belleza.