La inflación amenaza el futuro inmediato y la estabilidad política en América Latina, advirtieron varios observadores de la región en el foro de Davos, un diagnóstico pesimista para el que preconizan reforzar las instituciones y el multilateralismo.
«América Latina está entrando en un periodo muy peligroso», dijo el venezolano Moises Naïm, ministro al final de los años 1980 y desde entonces analista en política internacional, en uno de los debates que organiza el foro esta semana en la localidad suiza.
«Ahora la inflación está llegando a todo el mundo y también a una generación de latinoamericanos que no saben como vivir con ella. Y las consecuencias económicas y sociales pueden ser nefastas», dijo Naïm, que advierte en este contexto del riesgo de que algunos regímenes autocráticos se consoliden o lleguen al poder.
Las previsiones varían según las instituciones pero las «ondas sísmicas» provocadas por la guerra en Ucrania, como las calificó recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI), afectarán directamente a la economía latinomericana.
Aunque la región tiene menos vínculos directos con Europa que otras zonas del planeta, también se verá afectada por la inflación y el endurecimiento de las políticas monetarias, advirtió la institución en abril.
También recordó que, incluso antes de que Rusia invadiera Ucrania el 24 de febrero, la inflación ya había aumentado en muchos países de la zona por los precios de materias primas y los desequilibrios de la oferta y la demanda provocados por la pandemia.
En este sentido, la Cepal un organismo regional de la ONU, redujo a finales de abril su estimación de crecimiento del PIB de América Latina y el Caribe para este año, de 2,1% a 1,8%.
– «Deterioro democrático» –
La inflación podría sobre todo provocar inestabilidad política.
«Son tiempos duros para ser latinoamericano», dijo el chileno Andrés Velasco, exministro de Hacienda con el gobierno de Michele Bachelet y ahora decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics.
«Tenemos un problema con la capacidad de nuestros gobiernos, de derecha o de izquierda, más o menos democráticos, para conseguir resultados» aseguró, citando el ejemplo de Perú, que tiene la mayor tasa de mortalidad por covid-19 en el mundo y sufre gran inestabilidad política.
La combinación de mala gestión y presión inflacionaria podría llevar a un «deterioro democrático», con sistemas lastrados por «la fragmentación, el cortoplacismo y los gobiernos a base de Twitter», según Velasco.
En este contexto, muchos abogan en Davos por el multilaterialismo y por más presencia de la región en las instituciones internacionales.
«Si miramos a la escena internacional, vemos una ausencia total de liderazgo latinomericano», dijo la española Arancha González Laya, antigua ministra socialista del gobierno de Pedro Sánchez y ahora decana de uno de los centros del Instituto de Estudios Políticos de París.
También citaron como ejemplo de falta de cooperación regional la IX Cumbre de las Américas, prevista el mes que viene en Los Ángeles, un foro multilateral amenazado de boicot por varios gobiernos de la región tras las críticas de Estados Unidos, el país anfitrión, a Cuba, Nicaragua o Venezuela.
Frente a este panorama de «vaso medio vacío», algunos optan por el optimismo económico, en particular si América Latina logra convertirse a medio plazo en un productor y exportador de energía verde (solar y eólica en particular).
Otros ven en la revolución del teletrabajo desencadenada por la pandemia una manera para que los profesionales que no encuentran trabajo en su país de origen pueden hacerlo, a distancia, en otro de la región.