#NotaEditorial: Alícuota de 0% del IGTF es una decisión positiva, pero urge una reforma tributaria integral

Sorpresivamente, aún en campaña electoral, el presidente Nicolás Maduro anunció, justo al cierre de este Informe Privado, su decisión de rebajar a 0% el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) a las operaciones en bolívares realizadas por Sujetos Pasivos Especiales (SPE), designados por el Seniat, cuya alícuota era de 2% del monto de cada operación.

Sin duda, esta es una noticia positiva para el sector empresarial, pues implica una reducción de costos importante, sobre todo cuando se ha añadido a la fuerte presión impositiva que soportan las empresas en el país, una contribución de 9% del costo integral de las nóminas como aporte al sistema de pensiones.

La rebaja a 0% del IGTF en bolívares es una medida correcta, que va en la vía adecuada para incentivar la producción, las inversiones y, algo muy importante, para estimular un mayor volumen de transacciones en moneda nacional, sobre todo cuando el bolívar ha dejado de depreciarse de manera acelerada, en un entorno de inflación moderada.

En consecuencia, esta decisión puede mirarse como parte de la estrategia de “desdolarización” de la economía que el gobierno nacional ha venido implantando, sin mucho ruido, y que tiene en la continuada disminución de la proporción de divisas en los depósitos bancarias una expresión muy concreta.

Además, el sector privado venía solicitando esta eliminación, desde hace ya un buen tiempo, prácticamente desde que se implantó este tributo, porque, como se ha dicho, era una carga innecesaria, que no correspondía a una sana lógica tributaria y, que no tenía ningún efecto positivo concreto, salvo desde el punto de vista recaudatorio.

Hay que rescatar, más allá del anuncio, el hecho de que el presidente Nicolás Maduro haya reconocido expresamente que en este momento el país no necesita una mayor carga de tributos y lo que impone es una mayor eficacia en la recaudación por parte del Estado, lo que se traduce en una señal adecuada y positiva.

Evidentemente, el gobierno ha decidido un enfoque más pragmático de política económica, que permite un clima más adecuado para realizar inversiones en el país. Hay que reconocer que el vínculo entre el gobierno y el sector privado se ha fortalecido y eso es positivo para el país, más allá de cualquier posición política legítima.

Esperamos que esta sea una señal de certeza dentro de la incertidumbre propia de este período político-electoral, porque independientemente del resultado que surja de las urnas el próximo 28 de julio, uno de los consensos más importantes que se debe consolidar es el crecimiento de la economía en un clima de justicia que priorice, por ejemplo, la recuperación de las remuneraciones de la población trabajadora, con una mayor generación de empleo formal.

Entendemos, por lo que dijo el presidente Maduro, que la medida de eliminación del IGTF en bolívares tiene carácter de inmediato con efecto inmediato, lo que significará un alivio para el sector privado que tiene que soportar una carga de impuestos que absorbe más de 50% de las utilidades, una situación compleja en una economía que aún no recupera su verdadero potencial.

Esperamos, además, que este sea el comienzo de una revisión integral de la estructura tributaria para que exista un equilibrio adecuado entre una justa retribución de las inversiones de las empresas y las necesidades fiscales del Estado.

Para ello, es necesario que se inicie un proceso de diálogo concreto sobre esta materia que no solo convoque al Gobierno y a los agentes económicos, sino a expertos, académicos y representantes del sector laboral, en función de construir un modelo impositivo que convenga a todos y potencie el crecimiento de la productividad nacional en condiciones competitivas.

En todo caso, estas decisiones son favorables y esperamos que en un futuro no muy lejano se reforme la norma sobre contribución al sistema de pensiones para que se le dé más transparencia al uso de estos recursos; es decir, garantizar que los beneficiarios reciban de manera directa este aporte, de manera que mejore su situación socioeconómica de una manera más concreta y eficaz, siendo ese el objetivo de esta recaudación.

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* El autor es economista cum laude, director general de Aristimuño Herrera & Asociados y de Banca y Negocios.

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