#Exclusivo Nuevo mapa geopolítico eleva riesgo petrolero: ¿Cómo queda Venezuela en ese tablero?
Expertos insisten en ver con realismo el papel de Venezuela en el mercado petrolero global afectado por graves conflictos geopolíticos y bélicos.
La guerra entre Hamas e Israel ha echado a correr un mar de lágrimas, pero también unas cuantas sonrisas en los países productores de petróleo. Nomás arrancó el conflicto, los precios del crudo comenzaron a subir; expertos advierten que si a la guerra entre Hamas e Israel se suma Irán, lo precios podrían alcanzar niveles increíbles.
“La subida de los precios tras el estallido de una guerra se debe a varios factores, entre ellos la escasez de recursos, la inflación, la especulación y la incertidumbre. Estos factores afectan tanto a la oferta como a la demanda de bienes y servicios, provocando un desequilibrio en el mercado que se refleja en un aumento de los costes”, analiza, de su lado, Elio Ohep, analista experto en el sector energético.
El analista señala como una causa esencial -y más si es en el medio oriente- principalmente la incertidumbre que genera el conflicto en los factores relevantes del mercado: interrupción de la producción, del transporte, “y que conllevan a una posible escasez y esto afecta a las economías de los países importadores”.
Interrupción de los suministros
Las consecuencias de una verdadera interrupción de los suministros petroleros –explica Ohep- en los países importadores es incalculable “ya que sus economías se pararían una vez que se les agoten sus reservas y si no hay otros países productores que puedan compensar suministrándole el recurso sería catastrófico”, apunta la fuente.
Y va más allá: “Esto afecta además de las economías, a la sociedad a través de los bienes y servicios que se dejan de producir, afectando directamente al consumidor y generando pobreza”.
-Se prevé que los precios seguirán subiendo. ¿Cuál es el techo y que piensa usted que hará la Opep?
-A la afirmación de que los precios seguirán subiendo es muy difícil de proyectar, ya que, en este caso, ni la guerra Rusia-Ucrania, ni la última Hamas-Israel han generado interrupciones en la producción y los precios por lo contrario ha bajado. Esta semana tenemos los precios del mercado en un bajón a menos de 80 dólares el barril, precios de hace dos meses. Sin embargo, no podemos decir que esto se mantendrá, los factores que influyen en los precios, tales como la especulación, la incertidumbre y los fundamentos del mercado son muy variantes.
-¿Cómo impacta este proceso a Venezuela?
-Venezuela es actualmente un país importador de petróleo, ya no es un productor, ni proveedor mundial importante que afecte los mercados, por consiguiente una subida de precios nos afectaría, ya que los productos importados como la gasolina, que ya no producimos suficientemente, aumentaría su precio y todos los demás derivados importados igualmente.
«Nuestra economía se afectaría por un alta inflación. Sin embargo, los esfuerzos que estamos haciendo para incrementar la producción, ahora que se han levantado las restricciones a nuestros hidrocarburos para ser exportados, nos ayudarían a minimizar un poco el impacto de la subida de precios», apunta el analista.
Una prima de riesgo
Por su parte, el investigador del Baker Institute, en la Universidad de Rice, Francisco Monaldi pone sus cartas también sobre la mesa.
“La razón por la que suben los precios es por una prima de riesgo, por, evidentemente, el ataque de Hamas y la posterior reacción de Israel. ¿Por qué hay un riesgo? Porque puede entrar Irán en el conflicto, y es uno de los grandes productores de petróleo. Los Estados Unidos han atacado ya bases en Siria para evitar que Irán y Hezbollah apoyen a Hamas”, toca un punto sensible.
Todo esto genera tensiones con aliados de EEUU como Arabia Saudita y Emiratos Árabes, refiere el analista. “Todo eso genera riesgo, pero no impacta la producción si no involucra a Irán”.
Si Irán se mantiene al margen –dice- es posible que los precios se rijan por una prima de riesgo, pero con límites moderados que, incluso, impacte poco a los precios. Si entra Irán las cotizaciones podrían llegar incluso a los 140 dólares por barril.
El mercado –razona Monaldi- está en alerta. Una de las razones que generan preocupación ante una eventual entrada de Irán al conflicto entre Hamas e Israel es que hay sanciones sobre Rusia e Irán, y habría menos flujo de petróleo iraní.
Venezuela puede beneficiarse de este eventual incremento de precios. “Sin tomar en cuenta el efecto precios, esto genera un nuevo mapa geopolítico, en el sentido de que hay crisis en el medio oriente, en Rusia, y en Asia Central”, relata.
Se están afectando las dos zonas del mundo que más producen petróleo en el mundo, fuera de Estados Unidos y América Latina.
En petróleo –sin meter en el saldo de la oferta a EEUU y Canadá- Brasil y Guyana están aliviando la situación, y Venezuela, mucho más en la medida en que se prolongue la crisis en el Oriente Medio.
“Si hay fallas en las medidas para que haya elecciones competitivas en 2024, igual Europa y EEUU preferirían tener algún tipo de flexibilidad para que Venezuela no esté fuera del mercado del petróleo y el gas”, remata Monaldi.
Las expectativas reales
«Si se disparan los precios del petróleo, el efecto en Venezuela es que entran muchos más dólares al gobierno por los mismos barriles, pero no va a tener -en el corto plazo- un impacto en producción muy diferente».
¿Por qué? Porque los montos que están entrando al país, en términos de inversión, corresponden a gastos básicos de empresas que tienen licencias de actividad muy específicas, como es el caso de Chevron, o Maurel & Prom«, apunta el experto petrolero Francisco Monaldi.
En consecuencia, el también investigador y docente descarta que se vayan a ver muchos cambios en la capacidad instalada de 50% con la que opera PDVSA en la actualidad.
En efecto, sazona Monaldi, con precios más altos el flujo de caja es mucho mayor, se le puede pagar a contratistas a quienes se debe dinero, y se pueden enfrentar inversiones pendientes, pero en una escala limitada.
No obstante, calibra que -para él- los escenarios siguen siendo los mismos, con precios altos o bajos. Espera un aumento en la producción de alrededor de 150.000 barriles, al cierre de 2024.
«Comenzaríamos 2025 con unos 900.000 barriles diarios Si el precio por barril está mucho más alto, la proyección puede subir a 950.000 b/d. No veo cómo la producción se pueda incrementar mucho más rápido», sugiere el investigador de la Universidad de Rice.
Si se pone el asunto en un contexto de largo plazo, es muy diferente, pero hay que ver si levantan las sanciones por tiempo indefinido o no, entre otras cosas.
«En el corto plazo, puede haber un relativo boom de ingresos que va a dinamizar relativamente la economía; pero es no significa la garantía de una crecimiento prolongado, sostenido y sin volatilidad», pronostica.
En consecuencia, para Monaldi, Venezuela sigue condenada a cumplir un rol secundario como proveedor petrolero, al menos en el corto plazo y, quizás, en el mediano, porque las reservas -inmensas, ciertamente- que posee el país no valen nada si no se explotan adecuadamente.
Puede darse un aumento de 20% en la producción, pero ni siquiera Venezuela volvería al lugar que ocupaba en el mercado internacional antes de las sanciones, cierra el también profesor del IESA.
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