El deterioro de la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe provocó el año pasado que 42,5 millones de personas fueran afectadas por el hambre, un flagelo que golpea con especial fuerza a Venezuela, alertó, este lunes 15 de julio, la Organización de Naciones Unidas.
El informe, realizado por FAO junto a otras oficinas dependientes de ONU y divulgado simultáneamente en Nueva York y Santiago, destaca que América del Sur influyó con el crecimiento global de las tasas de subalimentación, un índice que sigue siendo liderado por África.
«En América Latina y el Caribe, las tasas de subalimentación han aumentado en los últimos años, en gran parte como consecuencia de la situación en América del Sur, donde el porcentaje de personas con hambre aumentó del 4,6% en 2013 al 5,5% en 2018«, señala un comunicado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que tiene su sede regional en Chile.
Sudamérica es afectada por la extensa y profunda crisis económica que vive Venezuela. En los últimos años, la prevalencia de la subalimentación en el país caribeño se multiplicó casi cuatro veces pasando de 6,4% en 2012-2014 a 21,2% en 2016-2018, puntualiza el documento.
«Durante los primeros 15 años de este siglo, América Latina y el Caribe redujo la subalimentación a la mitad. Pero desde 2014 el hambre ha ido aumentando», alertó Julio Berdegué, representante regional de la FAO.
En América Central y el Caribe los porcentajes de personas afectadas por hambre siguen en retroceso, con 6,1% y 18,4%, respectivamente, pero aún por encima del dato de América del Sur (5,5%).
Con estos números, «tenemos que rescatar, en promedio, a más de 3,5 millones de personas del hambre cada año desde ahora hasta 2030 si queremos alcanzar la meta de hambre cero del Objetivo de Desarrollo Sostenible», aseguró Berdegué.
– Economías de capa caída –
Naciones Unidas destaca que el aumento del hambre refleja la desaceleración económica que vive la región, afectada en los últimos años por la caída en los precios de productos básicos que son motores del Producto Interior Bruto (PIB) de la mayoría de los países latinoamericanos.
La caída del PIB y el aumento del desempleo en muchos países provocó que retrocediera el ingreso en los hogares, provocando una recaída en la lucha contra la pobreza.
Tras varios años de caída en los índices de pobreza, «el número de personas pobres aumentó de 166 millones a 175 millones entre 2013 y 2015, aumentando de 28,1% al 29,2% de la población», puntualiza FAO.
– Hambre, un drama global –
A escala global, el hambre sigue ganando terreno. Unas 821,6 millones personas sufrieron falta de alimentos el año pasado, lo que marca un crecimiento de 10,6 millones de personas respecto a la cifra registrada en 2017.
La desnutrición sigue prevaleciendo en varios continentes: África (casi el 20% de la población afectada), América Latina y el Caribe (menos del 7%) y Asia (más del 12%), señala el informe «El estado de seguridad alimentaria y nutrición en el mundo».
Cifras alarmantes para un mundo que libra batallas paralelas: la desnutrición y la obesidad.
Si el hambre avanza a paso firme, el sobrepeso no se queda atrás y sigue aumentando en todas las regiones del mundo afectando especialmente a los niños.
Unos 40 millones de niños menores de cinco años tenían exceso de peso el año pasado. En 2016, las cifras ascendían a 131 millones de niños de 5 a 9 años, 207 millones de adolescentes y 2.000 millones de adultos con sobrepeso, según el informe.