OPEP enfrenta una mayor pérdida de mercado y teme impacto de un rebrote de #Covid19
La OPEP vislumbra una mayor pérdida de presencia en el mercado de crudo, al prever una considerable caída del volumen de barriles que el mundo requerirá de sus 13 países miembros y un aumento de la oferta de productores independientes.
En su informe mensual de agosto con datos de julio, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con sede en Viena, ha corregido a la baja la demanda de crudo proyectada para sus socios, tanto la de este año como la del próximo.
Ahora estima que en 2020 será de una media 23,4 millones de barriles diarios (mbd), es decir, 400.000 bd menos de lo que había calculado hace un mes y 5,9 mbd menos que el nivel de 2019. En 2021 se recuperará hasta los 29,3 mbd, volumen que, sin embargo, supone una revisión a la baja en 500.000 bd respecto a lo calculado en julio.
Por otro lado, el informe pronostica que los suministros de fuera de la OPEP subirán en 980.000 bpd el próximo año, hasta situarse en 63,10 mbd en 2021, mientras que los miembros de la organización deberían mantener limitada su producción si cumplen al cien por cien con el recorte pactado en abril.
En julio, el bombeo conjunto de la OPEP sumó 23,172 mbd, 980.000 bd más que el mes anterior, según las estimaciones de «fuentes secundarias», es decir, de institutos independientes, publicadas en el informe.
Fue sobre todo Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo y líder natural de la organización, quien abrió los grifos, con un incremento de 866.000 bd que se esperaba en los mercados al vencer una reducción voluntaria por dos meses -mayo y junio- que Riad puso en práctica, adicional a su participación en el histórico recorte de la producción del grupo que entró en vigor en mayo.
De forma similar, hubo más suministros de los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, que aplicaron medidas similares. Pero también subió la producción de Irak, un país que, a diferencia de los anteriores, se había comprometido a reducir aún más sus extracciones para compensar lo que bombeó de más en mayo y junio.
El recorte vigente, de 9,7 mbd -cerca del 10 % de la oferta mundial del llamado «oro negro»- es el mayor de la historia de la industria petrolera y fue acordado por la OPEP y sus diez aliados independientes, entre ellos Rusia, para hacer frente al desplome de la demanda y de los precios desatado a raíz de la pandemia de coronavirus.
– Temor al rebrote –
La OPEP vigila con atención la situación epidemiológica de EEUU, Brasil, India y España, entre otros países, y teme que una segunda ola de contagios de coronavirus frene la gradual recuperación del mercado mundial de crudo que espera en los próximos meses.
En su informe mensual, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) considera «necesario» mantener la vigilancia y los esfuerzos, tanto de países productores de crudo, como de consumidores, para impulsar el consumo energético y elevar el valor del barril.
El nivel actual de los «petroprecios», si bien supera en cerca de 20 dólares a los de abril, está lejos de ser satisfactorios para los productores. «Han experimentado una excesiva volatilidad en 2020, tras la crisis sin precedentes de la demanda de petróleo en el primer semestre de 2020 causada por la pandemia de COVID-19», destaca la OPEP.
Recuerda así como en abril el petróleo intermedio de Texas (WTI) entró en terreno negativo, y el Brent se devaluó hasta menos de 20 dólares, un 70 % menos que a principios de año. Los precios, que actualmente superan los 40 dólares/barril, «comenzaron a recuperarse gradualmente desde mayo», principalmente gracias al recorte de los suministros de la OPEP + (la OPEP, Rusia y otros aliados) por un volumen equivalente al 10 % de la oferta mundial de crudo, recuerda el informe.
Pero siguen lejos de los cerca de 70 dólares que llegaron a marcar en enero pasado, una situación que «apunta a la necesidad de seguir» limitando la oferta, por un lado, y estimulando el consumo energético, por el otro, opina la organización.
– Mayor descenso de la demanda –
El parón económico causado por las medidas para frenar la expansión del coronavirus ha sido en algunos países mayor de lo estimado hace un mes, razón por la cual la OPEP ve que su impacto en la demanda mundial de «oro negro» será aún peor de lo que esperaba en julio.
Así, el desplome del consumo será este año del 9,09 % -9,1 millones de barriles diarios (mbd)- respecto a 2019, indica el documento, con lo que revisa en más de un punto porcentual (100.000 barriles diarios) la histórica caída.
Para 2021, la OPEP espera, con base en una mejora de la situación epidemiológica en el planeta, un incremento interanual de 7 mbd, hasta una media de 97,63 mbd.
Eso sí, estos pronósticos parten del escenario de que «el COVID-19 será contenido en gran medida a nivel mundial, sin mayores trastornos para la economía global», resalta la organización.
«De cara al futuro, la evolución de los precios (…) seguirá viéndose afectada por la preocupación por una segunda oleada de infecciones y el aumento de las existencias (reservas de crudo almacenadas) mundiales», advierte.
«Es posible que las existencias de productos (derivados del crudo) sigan siendo elevadas debido a la escasa demanda de combustible para el transporte por carretera y aéreo», añaden.
La previsión de una constante mejora desde el bajón del consumo hasta 81,84 mbd en el pasado trimestre se presenta así ensombrecida por las tendencias al alza de las cifras de contagios en diversos países.
Para la OPEP, «será necesario vigilar de cerca la última oleada de infecciones en Estados Unidos, ya que la continuación de esta tendencia puede dar lugar a una erosión de la confianza de los consumidores y del comportamiento en materia de gastos».
«Lo mismo cabe decir de los acontecimientos en India y Brasil», mientras que en Europa, si bien «se prevé que la situación de la COVID-19 siga mejorando (…), algunos países de la zona del euro, en particular España, se enfrentan de nuevo a considerables desafíos», destacan los expertos de la organización.
En general, el informe refleja una mezcla de factores, unos esperanzadores para la golpeada industria del sector, y otros más pesimistas. Destaca que han disminuido los «almacenamientos flotantes» de crudo, es decir, los que se habían acumulado en buques ante la falta de capacidad de los inventarios tradicionales.
Por otro lado, «el comercio mundial de crudo y productos sigue siendo poco dinámico en comparación con los niveles de hace un año», comenta la OPEP, y recuerda que en junio, «las importaciones de crudo del Japón alcanzaron su nivel más bajo en más de un decenio».
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