Al menos 121 personas murieron en México en las últimas semanas por consumir licores artesanales adulterados, una tragedia que autoridades vinculan a la escasez de bebidas alcohólicas a raíz del freno en la producción industrial por la pandemia del nuevo coronavirus.
Los primeros casos ocurrieron a finales de abril en el estado de Jalisco (oeste), casi un mes después de que el gobierno decretara una emergencia sanitaria para frenar la expansión de la Covid-19.
Como consecuencia de esa medida se suspendieron las clases y las actividades económicas no esenciales, incluida la producción de licores, y se sugirió el aislamiento social.
Las reservas de cerveza se agotaron prácticamente en un mes, según fuentes conocedoras del sector, y los precios del remanente se duplicaron en algunas tiendas.
En el estado de Puebla (centro), con 53 fallecidos y 20 hospitalizados por el consumo de licores, uno de los focos de la tragedia fue un velorio en la comunidad de Chiconcuautla, donde algunos de los asistentes tomaron una bebida conocida como refino, un aguardiente de caña típico de la zona de elaboración artesanal.
Unos 23 pobladores fallecieron en las horas siguientes al velatorio, según las autoridades. La alcaldía de Chiconcuautla señaló que el refino estaba «adulterado», un procedimiento que se asocia al uso de sustancias alternativas para abaratar costos en procesos de elaboración informales.
En la localidad de Cacaloxuchitl (Puebla), Germán Hernández perdió a su padre, intoxicado con una bebida llamada tejón, mezcla de aguardiente con tejocote.
«Se vende en las tienditas y lo puedes comprar para llevártelo. Mi papá empezó a sentir temblor y a debilitarse, nos dijo que se sentía mal y lo llevamos al hospital. Nunca había pasado», relató Hernández a la AFP.
Las autoridades investigan con qué sustancias contenían las bebidas y el motivo de la adulteración.
Las muertes se han registrado además en los estados de Morelos (centro), Yucatán y Veracruz (este), según autoridades estatales y regionales.
– «Mafias» –
En México existen puntos de venta clandestinos que no controlan las materias primas con las que se elaboran las bebidas artesanales.
«Suelen tener unas mafias muy bien estructuradas y algunas escapan a la vigilancia de las autoridades», comentó a la AFP Ricardo Cárdenas, director de Supervisión y Vigilancia Sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.
Esos grupos estarían intentando ampliar sus redes ante el desabastecimiento de bebidas tradicionales.
«Presumimos que derivado de esta escasez y que la demanda es muy alta, algunas personas están ofreciendo o están tratando de vender el alcohol metanol (usado para elaborar combustible, disolventes y anticongelantes) en lugar del alcohol etílico», principal ingrediente de bebidas alcohólicas, dijo la titular de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Jalisco, Denis de Santiago.
Los mayores productores de cerveza del país, Grupo Modelo -que fabrica la popular Corona y propiedad del gigante belga Anheuser-Busch InBev-, y Heineken, con marcas como Tecate y Sol, pararon su producción a inicios de abril. Ahora, se preparan para reiniciarla en junio, de acuerdo con la cámara de empresarios cerveceros.
Además, en algunos estados se fijaron horarios para la venta y distribución de alcohol, y en otros como Yucatán se impuso ley seca.
– «¡Quién iba a pensar!» –
En Yucatán, cuna de los mariachis, 38 personas murieron por consumir metanol, sin saberlo, en sus habituales pajaretes, bebidas preparadas con leche recién ordeñada, chocolate, café, azúcar, vainilla y alcohol puro de caña, normalmente de marca conocida.
En una semana, Humberto Macías, de 36 años, sufrió la muerte de tres parientes, quienes tomaron, en diferentes días, pajaretes con alcohol de una marca local, como lo habían hecho durante años sin problemas.
«Siempre lo habíamos consumido, incluso yo mismo, muchas personas. ¡Quién iba a pensar que estaba así!», dijo Macías, originario de Mazamitla (Jalisco).
En el municipio de Acanceh, Yucatán, con costas en el Caribe, ya cuentan siete muertos en circunstancias similares.
«Es la primera vez que escucho un caso como este, no recuerdo algo similar», comentó a la AFP el alcalde de esa localidad, Felipe Medina.
En Veracruz, Morelos y Yucatán, las autoridades intentan determinar qué sustancias consumieron las víctimas.
Mientras tanto, la COVID-19 sigue expandiéndose en México, que registraba hasta el sábado 5.045 muertes -más que en China, donde se originó la pandemia-, y 47.144 contagios.