#Expertos | ¿Privatizar a PDVSA es indispensable para rescatar la industria petrolera?
Francisco Monaldi, José Toro Hardy y Rafael Quiroz exponen sus ideas sobre qué hacer en PDVSA y si hay que privatizarla para salvar la industria.
“Mi punto de vista es que hay que separar la discusión sobre la privatización de PDVSA y la apertura del capital privado a la industria petrolera”, señala el experto petrolero, Francisco Monaldi. Pero ¿Por qué hay que hacer dicha separación?
Porque Monaldi piensa que PDVSA no es privatizable en estos momentos, ya que “es una compañía quebrada, en default, con acusaciones internacionales de corrupción y sancionada”.
En el caso de que, eventualmente, y como producto de los últimos movimientos en el ajedrez político se levantan las sanciones, la pregunta es cómo cambia el panorama de PDVSA
“Bueno va a seguir en default, tiene que reestructurar toda su deuda, nuestro país debe 150.000 millones de dólares, y Venezuela tiene activos en dólares –digamos- por el valor de Citgo y un poco más que no pasan de 15.000 millones”, se le endurece el talante.
Monaldi precisa que los 150.000 millones de dólares son deuda de Venezuela, no solo de PDVSA, pero se pagan con petróleo.
PDVSA a la Bolsa
La mejor opción dice es recuperar a PDVSA, que quedaría mucho más pequeña, y abrirla al capital privado, “como se ha hecho con Ecopetrol y Petrobras, es decir, colocar un porcentaje de las acciones en la Bolsa. Eso es políticamente factible”, pone los pies en la tierra.
Pero –garantiza Monaldi- ese no es el vehículo, sea que haya un cambio en la presidencia de la República o sea que siga Maduro.
“Para Maduro es más factible tratar de hacer lo que intentó Tareck El Aissami: ofrecer asociaciones a las empresas internacionales con PDVSA, a través de contratos donde las extranjeras controlen la operación y el flujo de caja”, indica el entrevistado.
Eso para ajustarse a la norma, pero si se reforma la Ley de Hidrocarburos –dice Monaldi- es mucho mejor. ¿Por qué? “Lo que se necesita es que los capitales privados no se vean limitados en su capacidad de invertir”.
Siete años de inversión
“Venezuela necesita invertir durante unos siete años en exploración y producción –principalmente en producción- para llegar a una producción cercana a los 3.000.000 de barriles”.
Hay que abrirse más agresivamente al sector privado, opina Monaldi, pero con garantías. Antes se perjudicó gravemente a las multinacionales.
Es difícil que haya un marco institucional en el chavismo, calibra quien fue seleccionado como uno de los cuatro más influyentes analistas petroleros por Offshore Technology / Global Data.
Entonces, y llegados a este punto, la pregunta es: ¿Se puede separar el petróleo de la discusión política? “Se puede separar de forma limitada”, ofrece Francisco Monaldi por toda respuesta.
Se necesitan más de 10.000 millones de dólares para levantar parcialmente a PDVSA, y para obtenerlos tiene que haber un cambio de política o un cambio político, pone en la balanza en académico.
“Mientras no exista institucionalidad, no haya controles eficaces, mientras no se tenga un parlamento y un sistema judicial independientes, es muy difícil lograr inversiones significativas”, un halo de impotencia le ensombrece el rostro a Francisco Monaldi.
Dice que si en países mucho más institucionalizados, como México, ha caído la inversión porque el operador cambió las reglas del juego, “imagínate qué pueden sentir las multinacionales con el chavismo”, remarca.
Pero como nuestro petróleo es muy rentable aún con un gobierno con poca credibilidad, “van a haber inversiones porque los precios del petróleo están altos y el costo de producción en Venezuela es de menos de 10 dólares por barril”, ofrece una cifra.
Sin sanciones, ni descuentos –informa-, el crudo venezolano podría venderse a más de 60 dólares por barril. “Pero si quieres una torta más grande, con una participación del Estado más grande en esa torta, tienes que tener credibilidad”, lanza una sentencia lapidaria.
Hay que permitir el control operativo y de flujo de caja a los inversionistas privados, de la procura y de las exportaciones. Luego, tener un sistema fiscal bien diseñado, donde el gobierno cobre más impuestos cuando haya más ingresos, y menos impuestos cuando la ganancia no sea tan grande.
“El gobierno venezolano cobra altísimos impuestos cuando las ganancias son bajas, porque la regalía es altísima. Entonces, hay que hacer un marco fiscal diferente”, redondea Monaldi.
Si no hay cambio en el régimen de sanciones –aporta- el techo de producción de Venezuela está por debajo del millón de barriles por día.
Relata que algunas consultoras especializadas vaticinan un cierto incremento de producción por la entrada de Chevron, pero una caída posterior, porque piensan que no habrá cambio político.
Pacto PDVSA-Irán: cierto éxito
En otro orden de ideas, Francisco Monaldi dice que el acuerdo para rehabilitar las refinerías con Irán con las refinerías ha tenido cierto éxito.
“Hoy en día procesan más de 200.000 barriles diarios. Eso es más o menos cercano a lo que en la diminuta economía venezolana es el mercado interno. Pero si crece la economía habrá que volver a importar gasolina. Además, constantemente hay accidentes. El acuerdo con Irán es bastante parcial, y no creo que pueda ayudar a incrementar la producción”.
No así los chinos. Si en EEUU gana la presidencia en 2024 un republicano, la única opción que queda es China. Los rusos están descartados por muchos años, porque ellos tienen que invertir en su industria solamente, al menos mientras se mantenga el conflicto con Ucrania, indica Monaldi.
Toro Hardy: US$25.000 millones anuales
De su lado del tablero, y con una obra escrita sobre petróleo -profusa y refinada-, José Toro Hardy fue uno de los directores de la vieja PDVSA, la que llegó a ser la segunda petrolera más importante del mundo. Tuvo una participación militante en la Apertura Petrolera de los 90, que llevó la producción a 3.4 millones de barriles por día.
“La recuperación de la industria petrolera venezolana requiere inyectar 25.000 millones de dólares anuales”, da inicio con una cifra que deja sin corazón a cualquiera.
Eso durante los próximos 8 años, para producir lo que hace 20. La mitad corresponde a gastos operativos, pero la otra mitad es dinero fresco. «El Estado venezolano no tiene recursos para eso”, expresa.
Toro Hardy dice que habría que flexibilizar las condiciones, porque las petroleras foráneas están interesadas en monetizar sus inversiones rápidamente.
“No parece factible que esos capitales entren al país. Lo importante es que los que vengan puedan hacerlo de la forma más competitiva, por eso hay que hacer licitaciones públicas y transparentes”, es contundente.
Toro Hardy es autor de libros como “Venezuela y el petróleo del Islam” (1991) y también “Oil, Venezuela and the Persian Gulf” (1995). Fue miembro principal del directorio de PDVSA entre 1996 y 1999.
Alerta: una gran amenaza
Pero, alerta. Hay una gran amenaza para Venezuela: “tenemos una deuda de 190.000 millones de dólares, de los cuales 90.000 millones ya están en default, y ya hemos sido condenados a pagar –a través de arbitrajes internacionales y otros arreglos- cerca de 20.000 millones de dólares, que no tenemos”, apunta Toro Hardy.
Lo cierto del caso es que los acreedores lograron una decisión para proceder a la subasta de las acciones de Citgo. Perder Citgo –agrega- sería muy grave de cara a una futura reinserción de Venezuela en el mercado del petróleo yanqui.
“Yo creo que Venezuela debería llamar a esos acreedores y explicarles que no estamos en condiciones de pagar e intentar una negociación. Explicarles que debemos aumentar la producción petrolera para poder pagar las deudas, y para eso invitarlos a invertir en Venezuela. Podríamos transformar una amenaza en una oportunidad”, expone.
Pero cree que esos acreedores no vendrían por la falta de seguridad jurídica. “Si no logramos eso, no podremos reinsertarnos en los mercados petroleros internacionales, ni recuperar la economía”.
Toro Hardy piensa que hace falta una nueva Apertura Petrolera mucho más audaz que la que tuvimos en los 90. Dice que sólo el petróleo puede lograr una resurrección de la economía.
Quiroz: Inversión sí, privatización de PDVSA no
Rafael Quiroz Serrano es economista petrolero, profesor de petróleo en pre y post grado de la UCV. Además, es jefe de la Cátedra de Economía y Política Petrolera, y acumula varias obras sobre la materia en su hoja de vida.
El experto subraya que para llevar la producción a un margen de entre 2 y 2.5 de millones de barriles por día hace falta el concurso de las petroleras internacionales. Ni el Estado, ni los capitales nacionales, son suficientes.
Para atraer esos capitales foráneos hay que establecer reglas del juego claras, pone de manifiesto, pues la oferta en el mundo es vasta. Por ejemplo, México. Brasil –dice- tiene una gran cantidad de reservas probadas de petróleo. Vaca Muerta, en Argentina, y pare usted de contar, si nos vamos al Medio Oriente.
Destaca que nuestro petróleo es muy pesado y difícil de procesar. Su costo promedio de producción oscila entre 27 y 35 dólares el barril. “Eso no compromete la privatización de PDVSA, como ha planteado María Corina Machado.
Es un argumento baladí, viniendo de una candidata opositora. Entonces, habría que privatizar las empresas públicas, con lo cual estoy de acuerdo. «Por esa vía que plantea Machado habría que privatizar los ministerios, que son un montón”, echa mano de un humor agridulce.
Argumenta que los primeros 12 años de PDVSA fue un período extraordinario, cuando la empresa llegó a ser una de las mejores petroleras del mundo, y estaba en manos del Estado, pone sus cartas sobre la mesa.
«Si usted coloca un general lleno de soles y condecoraciones al frente de Empresas Polar, ese holding colapsa en poco tiempo», señala Quiroz.
¿Por qué no privatizar?
Quiroz Serrano se opone a la privatización de PDVSA –confiesa- porque el petróleo es un recurso crucial en términos estratégicos y comerciales.
“No hay crecimiento económico, ni guerra, sin petróleo”. Eso no pasa con el carbón, por ejemplo. “El petróleo es un arma política”, apuesta por un rudo verbo pragmático.
Si se entrega el petróleo a los foráneos, Venezuela no podrá diseñar su propia economía petrolera, pone sobre el tapete. “Venezuela perdería su soberanía para diseñar una política petrolera”, apunta.
“Ningún miembro de la OPEP tiene sus empresas manejadas por privados”. Dice que eso es soberanía, a despecho de algunos ingenieros petroleros que solo tienen interés en producir. “En esto hay que tener bastante cuidado”, da un paso atrás.
Venezuela tiene el sello del petróleo
El catedrático recalca que Venezuela tiene el sello de ser un país petrolero. “El petróleo se convirtió para nosotros en todo, menos en crecimiento económico, todo lo que se ha debido hacer en salud, servicios públicos, etcétera, pese a que sí se avanzó sustancialmente”, defiende a la vieja PDVSA.
“Hay 5 artículos de la Constitución de 1999 vinculados al petróleo. Los artículos 11, 12, 302, 303 y 311 que blindan a PDVSA de una posible privatización”. Habría que modificar la Carta Magna, o hacer una nueva, “y eso no lo ha planteado Machado”, sazona Quiroz Serrano.
“Lo que se está haciendo es una especie de demagogia petrolera”, fustiga. Cosa que no le parece nada seria.
Piensa que Machado coincide con el actual gobierno, que ha “avanzado en esa privatización”.
En la Faja de Venezuela hay unas 30 transnacionales. “Bueno, que inviertan. No hay que llamarlas. Fuera de la Faja hay 10. ¿Por qué no invierten? Porque Pdvsa no les paga”.
Varias empresas petroleras extranjeras se fueron con PDVSA debiendo dinero, y por eso están cargando legalmente contra la estatal.
El bloqueo sólo existe en la mente de Maduro
“El bloqueo sólo existe en la mente de Maduro y sus ministros. Todos los días se exporta petróleo. ¿Dónde está el bloqueo cuando un gobernador se da el lujo de decir que importó 70 camionetas de lujo, y todo lo que se coloca en las bolsas CLAP son productos importados?”, declara sin medias tintas y ahorrándose todo ápice de piedad.
Coincide con Monaldi en que es prácticamente imposible separar el petróleo de la política. “El petróleo es la única materia prima con la cual se hace política”, remacha.
– Ahora bien, ¿Cuál es el modelo para el ingreso del capital extranjero?
“Yo creo que el modelo de las empresas mixtas se puede mantener perfectamente”, opina el analista. “Hay muchísimos proyectos petroleros en el mundo por delante de la Faja y con mejores condiciones. El petróleo de la Faja nadie lo quiere donde está y cómo está”.
Quiroz Serrano insiste en que el modelo pueden ser las empresas mixtas, convenios operacionales, convenios estratégicos, entre otros. Lo importante es tener una política con visión estratégica clara, para que pueda haber captación de inversiones.
Con respecto al acuerdo de rehabilitación de refinerías con Irán, Quiroz Serrano dice que la oferta del país persa “no ha dado buenos resultados. Las refinerías no las han recuperado. No hemos pasado de 140.000 barriles diarios. La capacidad de Venezuela es de 1 millón 300 mil barriles”, difiere de Monaldi.
Cuenta que con una producción de 140.000 barriles diarios no satisfacemos la demanda interna. “Por eso es que vemos con mucha frecuencia colas en las estaciones del país. El gobierno abastece a Caracas, pero deja por fuera al resto”, remata Quiroz Serrano.
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