Pemex, en la cuerda floja y expectante ante promesas de López Obrador
La crisis de abastecimiento de gasolina en México refleja parte de los problemas de Petróleos Mexicanos (Pemex), como la corrupción interna o la caída de producción, que llevan a la empresa estatal a una frágil situación que ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador promete revertir.
«Siguen con actos de sabotaje quienes mantenían este negocio ilícito. Siguen rompiendo los ductos, y ayer hicieron precisamente esto», afirmó hoy el líder izquierdista en su conferencia matutina al hablar de la escasez de gasolina.
El combate al «huachicoleo» -así se conoce al robo de combustible- ha propiciado la primera gran crisis de López Obrador con gasolineras cerradas y compras de pánico, si bien los problemas de la compañía estatal vienen de muchísimo antes, y no se atribuyen solo al robo de combustible.
«López Obrador recibió a Pemex en la peor circunstancia porque la reforma energética fue buena en términos generales, pero al mismo tiempo descuidaron a Pemex», dijo hoy a Efe el consultor energético David Shields.
Pemex tiene desde hace años problemas financieros que en el mandato de Enrique Peña Nieto (2012-2018) se quisieron enfrentar con planes de austeridad y recortes de personal en tanto se potenciaba la reforma energética, que abrió el sector a la iniciativa privada tras casi ocho décadas de monopolio estatal.
Sobre la empresa también pesan fuertes acusaciones de corrupción, por ejemplo en contra del que fuera director general entre 2012 y 2016, Emilio Lozoya, por su supuesta vinculación en el caso Odebrecht.
Tras su llegada al poder el 1 de diciembre pasado, López Obrador anunció un multimillonario plan de 75.000 millones de pesos (unos 3.920 millones de dólares) para «rescatar» a Pemex, el cual incluye la construcción de una refinería y la rehabilitación de las ya existentes.
No obstante, Shields recordó que el problema de la estatal es sustancial por el agotamiento de sus mejores yacimientos, las malas condiciones de las refinerías, el abandono de la producción de gas y el elevado pasivo laboral. «Está prácticamente quebrada», resaltó.
Consideró que revertir la situación no será fácil y solo se logrará si se hace «gradualmente», y opinó que propuestas como la construcción de refinerías tendrán un exitoso dudoso, porque estas resultan «caras» y «problemáticas».
Aumentar la producción -que en 2018 se ubicó en torno a 1,8 millones de barriles diarios- tampoco será fácil porque la estatal tiene «reservas muy disminuidas» e importa gasolinas.
Sin embargo, Shields consideró que pese a una situación frágil, el Gobierno mexicano no dejará caer a Pemex por su relevancia en la generación de divisas y su aportación a las finanzas públicas, cercana a 20% de los ingresos totales.
Sobre la problemática en torno a la reciente escasez en varios estados por el cambio en el modelo de suministro de Pemex, que busca acabar con el robo de combustible por ductos, Shields criticó la falta de previsión.
Y alertó que el fenómeno puede convertirse en el primer gran conflicto de López Obrador si el descontento ciudadano se asemeja al que vivió el anterior gobierno cuando subió los precios de los hidrocarburos a inicios de 2017 anticipándose a una liberalización del sector.
«Este es el verdadero ‘gasolinazo’ porque siempre se ha dicho que no hay combustible más caro que el que no se tiene», apuntó el director de la revista Energía a Debate.
En este sentido, la especialista en energía Araceli Espinosa señaló a Efe que Pemex padece una doble «ordeña»: la primera por parte de huachicoleros y la segunda por la corrupción interna que incentiva este delito.
Para evitar este problema, el presidente anunció la investigación de altos funcionarios que controlaban el flujo en ductos, así como acciones para evitar el lavado de dinero.
No obstante, Espinosa criticó que el cambio de modelo de suministro, y toda la publicidad a su alrededor, es una medida un tanto «sensacionalista», pues al final el monto total de lo recuperado hasta el momento es de unos 130 millones de dólares.
Pero opinó que la empresa nunca entrará en una absoluta bancarrota ya que sigue resultando de gran relevancia en el país y porque, al analizar sus resultados trimestrales, sigue con buenos volúmenes e ingresos.
«Tiene flujo de efectivo suficiente como para pagar su deuda, pero todo el dinero se le va en pagar impuestos», agregó la también profesora del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Finalmente, señaló que el plan de autosuficiencia energética que busca López Obrador es positivo, pero en un país lleno de recursos naturales como México no tiene porque implicar más petróleo.
«La autosuficiencia energética podría proceder en buena parte de energías renovables, con mucha inversión extranjera en la parte de paneles solares y eólica», concluyó.
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