El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se opone a invocar la 25ª enmienda de la Constitución para destituir al presidente Donald Trump, pese a la presión de los demócratas y algunos republicanos, informa el New York Times.
Pence no se ha referido en público sobre la idea de apelar a un mecanismo jamás usado en la historia de Estados Unidos, aunque el diario cita a una persona cercana al vicepresidente que confirmó su negativa.
Los pedidos de destitución de Trump se multiplicaron luego de que el miércoles sus seguidores, a los cuales el mandatario había enardecido poco antes, invadieron y cerraron el Congreso cuando se aprestaba a certificar el triunfo electoral del demócrata Joe Biden.
Los demócratas pidieron que se tomara la medida pese a que solamente quedan 13 días de mandato del republicano.
«Esta es una emergencia de la mayor magnitud», dijo la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
«Al incitar a la sedición, como él lo hizo el miércoles, debe ser destituido del cargo».
El Times dijo que la postura de Pence es respaldada por varios miembros del gabinete, cuyo apoyo necesita en caso de apelar a la 25ª enmienda.
El diario agregó que esos funcionarios «ven el esfuerzo como algo que se sumará al actual caos en Washington en lugar de detenerlo».
En tanto, los demócratas en la Cámara de Representantes advirtieron que si la enmienda no es invocada, iniciarán entonces otro proceso de juicio político contra el presidente Trump.
«Tenemos un período de tiempo limitado para actuar», dijo el presidente de Asuntos Legales de la Cámara de Representantes, Jerry Nadler, que lideró un juicio político contra Trump hace un año, antes de que el Senado dominado por los republicanos lo absolviera.
«Apoyo que los artículos para un juicio político vayan directamente al pleno de la Cámara», dijo por medio de un comunicado.
– Trump ofrece transición tranquila –
El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó a la «reconciliación» el jueves tras las impresionantes escenas de violencia de sus simpatizantes en el Congreso, prometiendo una transición «tranquila» de poder con el mandatario electo Joe Biden.
En un video en su reestablecida cuenta de Twitter, Trump se dijo también «escandalizado por la violencia» del día anterior en la sede del Congreso estadounidense, que dejó una mujer fallecida.
«Un nuevo gobierno será inaugurado el 20 de enero. Mi foco será ahora asegurar una transición tranquila, ordenada y sin problemas. Este momento llama a la sanación y a la reconciliación«.
Trump divulgó el video luego de que se multiplicaran los pedidos para su destitución, un día después de que sus seguidores, enardecidos por el magnate republicano, asaltaran el Capitolio el miércoles y obligaran a los legisladores a huir.
Alentada por un furioso discurso de Trump, una turba rompió las barricadas e ingresó en el Congreso, donde saquearon oficinas e ingresaron al normalmente solemne Senado.
Las fuerzas de seguridad tuvieron que disparar gases lacrimógenos durante una operación de cuatro horas para despejar el edificio.
La policía informó que una mujer, aparentemente una seguidora de Trump proveniente de California, recibió un disparo y murió. Otras tres personas murieron en los alrededores en circunstancias poco claras.
La respuesta de Trump a la violencia, utilizando las redes sociales para reiterar sus acusaciones nunca comprobadas sobre un fraude electoral, escandalizaron y generaron suspensiones en las principales plataformas.
Pero empleó un tono más conciliador en el video de 160 segundos divulgado el jueves, donde describió los cuatro años de su presidencia como «el honor de su vida».
Y ofreció una denuncia clara a la violencia del miércoles al pedir que «los temperamentos se tranquilicen y se restaure la calma».
«Y aquellos que violaron la ley, pagarán», advirtió.