Petro arranca mandato con polémica: ofrece "paz total" y confirma dura reforma tributaria
Gustavo Petro ya es presidente de Colombia y el inicio de su mandato de cuatro años arrancó marcado por la polémica, debido a la presencia en el acto de la Espada de Bolívar que se guarda, como símbolo de la república, en el Palacio Presidencial de Nariño, luego que su antecesor, Iván Duque, se negara a permitir la salida de la histórica pieza de la casa de gobierno.
En el caso de la asunción de Petro, la utilización de la espada del Libertador Simón Bolívar se puede interpretar como una reivindicación de su historia como guerrillero, ya que el movimiento M-19, al que perteneció el nuevo Jefe de Estado colombiano, robó esta pieza en 1974 y la retuvo por más de una década como un acto de «recuperación».
En un incidente no aclarado, Duque no permitió que la espada acompañara el desfile de Petro a su toma de posesión, por lo que el primer acto del nuevo mandatario, incluso antes de juramentar a su vicepresidenta Francia Márquez, fue ordenar a la Casa Militar que trajera la pieza a la Plaza de Bolívar donde pronunciaría su primer discurso.
Incluso, Petro ordenó interrumpir el acto de toma de posesión hasta que la espada llegara a la plaza y fuese dispuesta a su lado para leer su discurso inaugural, de marcado tono poético, pero con contadas precisiones sobre sus políticas, a pesar de hablar durante más de una hora.
– Fracasó la guerra contra la droga –
El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, planteó en su discurso de investidura acabar con la fracasada «guerra antidrogas» en el mundo y pasar a una «política de prevención fuerte del consumo» en los países desarrollados.
«Es hora de una nueva convención internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado», dijo el primer mandatario de izquierda del país con la mayor producción mundial de cocaína.
Sin mencionar a Estados Unidos, el principal consumidor de la droga que se procesa en Colombia, Petro cuestionó las «cuatro décadas» de persecución antidrogas que ha alentado Washington.
«La guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados», apuntó, añadiendo que en ese tiempo un «millón de latinoamericanos» han sido asesinados y 70.000 norteamericanos mueren «por sobredosis cada año»
«¿Vamos a esperar que otro millón de latinoamericanos caigan asesinados y que se eleven a 200.000 los muertos por sobredosis en Estados Unidos cada año?», añadió en su primer discurso como jefe de Estado.
En ese sentido, propuso cambiar el «fracaso por un éxito» y terminar la guerra antinarcóticos «por una política de prevención fuerte del consumo en las sociedades desarrolladas».
– Beneficios penales a los violentos –
El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso a los grupos armados «beneficios» penales a cambio de que firmen la paz, tras el acuerdo de 2016 con la entonces guerrilla marxista de las FARC.
«Convocamos (…) a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado. A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia», dijo el primer mandatario de izquierda de Colombia en su discurso de investidura.
Desde su elección, el 19 de junio, Petro ha manifestado su interés de acordar una «paz total» con los grupos que siguieron en armas tras la disolución de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y su transformación en partido político.
La guerrilla del ELN, la última reconocida tras el desarme de las FARC en 2017, manifestó su intención de diálogo con el nuevo gobierno.
Asimismo, los disidentes que no se acogieron al proceso de paz que dio fin a la otrora guerrilla más poderosa del continente se mostraron prestos a acordar un cese bilateral al fuego.
El Clan del Golfo, la mayor banda narco del país, anunció su voluntad de coordinar un alto al fuego para negociar su desarme.
– Reforma tributaria –
El presidente colombiano, Gustavo Petro, confirmó que su administración presentará al Congreso una reforma tributaria enfocada en lo social para conseguir recursos para ayudar a la población más vulnerable.
«La igualdad es posible si somos capaces de crear riqueza para todos y todas, y si somos capaces de distribuirla más justamente. Por eso proponemos una economía basada en la producción, el trabajo y el conocimiento. Y es por ello por lo que proponemos una reforma tributaria que genere justicia», dijo el jefe de Estado en su discurso de posesión.
Petro explicó que llevar una parte de la riqueza de las personas que más tienen y más ganan, para abrirles las puertas de la educación a toda la niñez y la juventud «no debe ser mirado como un castigo o un sacrificio. Es simplemente el pago solidario que alguien afortunado hace a una sociedad que le permite y le garantiza la fortuna».
Se espera que el ministro de Hacienda de Petro, José Antonio Ocampo, presente este lunes al Congreso la reforma tributaria que busca recaudar 50 billones de pesos (unos 11.543 millones de dólares de hoy) de acuerdo con los estimativos del equipo técnico del nuevo Gobierno.
Ocampo ya anunció que dicha reforma tendrá como ejes el aumento del impuesto de renta de los que más ganan y el combate a la evasión fiscal.
En su discurso, el presidente recordó que «el 10 % de la población colombiana tiene el 70 % de la riqueza», lo que consideró «un despropósito y una amoralidad».
«No naturalicemos la desigualdad y la pobreza. No miremos para otro lado, no seamos cómplices. Con voluntad, políticas de redistribución y un programa de justicia vamos a hacer una Colombia más igualitaria y con más oportunidades para todos y todas», agregó.
Según el nuevo presidente de Colombia, la humanidad no ha avanzado compitiendo sino que lo ha logrado «ayudándonos».
«Seremos iguales cuando el que más tiene al pagar sus impuestos lo haga con gusto, con orgullo, sabedor que ayudará a su prójimo, niño, niña, bebé, joven, mujer, a crecer sano, a pensar, a vivir con la plenitud que da la nutrición y la educación del cerebro y del alma», aseguró.
Igualmente, subrayó que «la solidaridad está en el impuesto que paga el que puede pagarlo y en el gasto del Estado que va a quienes lo necesitan por su infancia, por su juventud, por su vejez».
Petro concluyó que los impuestos «no serán confiscatorios, simplemente serán justos, en un país que debe reconocer como aberración la enorme desigualdad social en la que vivimos, en un Estado que debe proteger la transparencia del gasto, y en una sociedad que se merece vivir en paz».
En su discurso inaugural, Petro no hizo referencia alguna al restablecimiento de las relaciones con el gobierno de Venezuela.
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