Plan de Maduro para abandonar el dólar genera escepticismo entre economistas
Numerosos economistas venezolanos han expresado escepticismo sobre la viabilidad del plan del presidente Nicolás Maduro de abandonar el dólar e implementar «un nuevo sistema de pago internacional» basado en una canasta de monedas como el yuan, el euro, el rublo, el yen y la rupia.
«¿Es que vamos a dejar de vender a los EE.UU. los 800.000 barriles diarios que exportamos, que son la caja de la República?», se pregunta en una entrevista con Efe el reconocido economista César Aristimuño, que recuerda que Venezuela ya no recibe dinero por el crudo que envía a China y Rusia, que se manda para pagar préstamos ya agotados.
Maduro anunció el jueves sus intenciones de que el país deje de depender del dólar tras dictar EE.UU. sanciones financieras contra Venezuela.
El Gobierno venezolano aseguró ayer que dejará de firmar contratos en dólares y obligará a las empresas que quieran hacer negocios con el Gobierno a migrar a otras monedas.
De creer a sus autoridades, el Estado -que tiene el monopolio de divisas- pondrá fin además a la asignación de dólares a particulares y empresas.
«Los 10.000 y tantos millones de dólares que le entrarán a la República este año por concepto petrolero son equivalentes a la exportación que le hacemos a los EE.UU,. que es el único proveedor de caja de Venezuela prácticamente», señala Aristimuño, que plantea las consecuencias que supondría haber de cambiar este dinero a otra moneda.
Como explicó Aristimuño, la iniciativa del Gobierno chavista obligaría a convertir a yuanes esta cantidad de dólares absolutamente vital para Venezuela, que se expondría así a la volatilidad del mercado cambiario
«Si se reciben dólares y se asignan yuanes hay riesgo de que la relación de cambio provoque pérdidas gigantescas para la República», declara Aristimuño, que considera difícilmente realizable este proyecto «peligroso, muy delicado y poco serio» que no tiene precedentes y carece de «pragmatismo financiero».
La condición del dólar de patrón de referencia para las monedas del mundo es otro de los problemas de este «nuevo sistema de pago internacional», que según quienes no lo ven posible solo se haría realidad después de grandes trastornos y estaría de todos modos supeditado a la cotización del dólar.
«El poder de paridad de compra de todas las monedas se mide en dólares», ha declarado al portal Efecto Cocuyo Carlos Enrique Ñañez, profesor de teoría y política monetaria de la Universidad de Carabobo.
También Aristimuño hace hincapié en este punto: «Todo es con el dólar, no hay otra forma de referenciar, porque el euro cuando se dice que subió o que bajó es contra el dólar, no contra el yuan, ni contra la moneda rusa ni contra la moneda de la India».
«El Gobierno puede emitir bonos y obtener rublos rusos, euros o yuanes, pero para poder expandir el poder de compra va a tener que adquirir dólares sobre la base del valor que tengan los yuanes respecto del dólar», indica Ñañez.
Como ha adelantado el vicepresidente del Gobierno, Tareck el Aissami, el desplazamiento del dólar requeriría de la apertura de cuentas en otras monedas por parte de todos los actores de una economía que tiene al dólar como divisa indiscutible de referencia.
«La mayoría de los proveedores está en EE.UU., entonces cómo haces, cómo vas a importar la gasolina que te despacha EE.UU. todos los días, entre cien mil y dos cientos mil barriles, ¿le vas a decir que le vas a pagar en yuan?», plantea Aristimuño, que ve descabellado que se obligue a las empresas a comprar en China o Rusia.
El economista destaca asimismo que los propios pagos de Venezuela a Rusia o China por la compra de cualquier bien se hacen con dólares y no en las monedas de estas potencias, y remarca las dificultades que cambiar esto conllevaría.
Otro de los especialistas que se han pronunciado sobre el modelo propuesto por Maduro es Asdrúbal R. Oliveros, director de la firma Econalítica, para quien el cese de las asignaciones de dólares no son sino una excusa para «esconder un período agresivo de restricción de divisas para las importaciones».
Los expertos señalan que Venezuela ha sacrificado la adjudicación de divisas para importar alimentos y otros productos básicos -llevando al país a una grave situación de escasez- para poder pagar sus obligaciones con los tenedores de bonos internacionales, la mayoría de los cuales están radicados en EE.UU.
El Gobierno de Washington prohibió el mes pasado las «negociaciones en deuda nueva y capital emitidas por el Gobierno de Venezuela y su compañía petrolera estatal», unas sanciones dictadas para castigar la supuesta deriva totalitaria de Maduro.
La medida prohíbe también las «negociaciones con ciertos bonos existentes del sector público venezolano, así como pagos de dividendos al Gobierno de Venezuela».
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