Razones por las que Apple no fabrica celulares más baratos
Este año Apple demostró algo: puede cobrar lo que quiera por sus iPhones. Su crecimiento se basa en su capacidad para mantener ese poder de fijación de precios. Mark Gurman y Debby Wu de Bloomberg News revelaron más detalles del cambio de imagen planeado por Apple para sus modelos de iPhone que presentará este miércoles.
Habrá una versión actualizada del iPhone X del 2017; una edición de gama alta y pantalla más grande del iPhone X, presumiblemente con un precio aún más alto; y un modelo similar al iPhone X con algunas partes más básicas que servirá como modelo de más baja gama en las líneas del 2018 de Apple.
Al igual que las ediciones de iPhone 2017 de Apple, habrá tres modelos del año en curso, pero con una segmentación de producto y precios aún más clara: buena, mejor y superior. Pero esta es la cuestión: Apple nunca ha tenido éxito vendiendo los teléfonos «buenos» de su línea.
Pero eso apenas le ha importado, porque los modelos de nivel básico cumplen efectivamente otro deber: empujar a las personas hacia las versiones más caras en las que Apple confía cada vez más para el crecimiento de sus ventas.
La capacidad de Apple para vender el teléfono inteligente más caro de su línea ha sido la mayor sorpresa positiva en el último año de la compañía. El precio promedio de venta del iPhone subió a 758 dólares en los nueve meses terminados el 30 de junio, en comparación con los 661 dólares en el mismo punto de 2017.
Eso es una prueba de la demanda del modelo X de 1.000 dólares y más, que según Apple ha sido el iPhone más vendido desde que salió a la venta. Si el precio de venta promedio de su iPhone se hubiera mantenido constante, los ingresos del iPhone para Apple habrían aumentado solo un 0,4 por ciento hasta ahora en este año fiscal. En cambio, aumentó un 15 por ciento.
La otra cara de la prevalencia del iPhone X es lo poco memorable que fueron otros modelos del 2017 como el iPhone 8 y su hermano de pantalla grande, el 8 Plus. Esas eran las versiones buena y superior, y Apple apenas las menciona ahora. Eso es concordante con un patrón de iPhones de gama relativamente baja de Apple que no causa la euforia entre el público.
¿Recuerdas el iPhone SE lanzado en 2016? Apple dijo en ese momento que algunas personas querían un teléfono inteligente relativamente más pequeño cuando la mayoría de los teléfonos se volvieron gigantes. Podría haber sido el iPhone para las masas, pero el iPhone SE de 399 dólares ha sido relegado a un nicho en la línea de productos de Apple.
El iPhone 5c de 2013 fue considerado una alternativa económica a 100 dólares menos que el modelo insignia de 650 dólares de la época. Es el Voldemort de los iPhones. Nadie habla de él.
Esos teléfonos probablemente llenaron algunos vacíos en la línea de teléfonos inteligentes de Apple, pero no fueron éxitos de taquilla. Y eso está bien. En cada uno de los años en que se lanzaron esos modelos de iPhone, la versión más esencial fue la de gama alta. No hizo daño que el iPhone 5S de 2013 pareciera grandioso en comparación con el iPhone 5c de carcasa plástica.
Está claro que muchos fanáticos de Apple ansiosos por un nuevo teléfono esperaron los modelos de iPhone 8 presentados en septiembre de 2017, hasta que pudieran comprar el iPhone X. El teléfono «mejor» parece ser aún mejor si las personas lo comparan con el simplemente «bueno».
Tanto para su negocio original de computadoras como más tarde para los iPhones, el enfoque de Apple nunca ha sido las ventas por volumen. En efecto, Mac y iPhone han tenido participaciones minoritarias en sus mercados, pero sus precios premium le han dado a Apple la mayoría de las ganancias, tanto en computadoras como en teléfonos inteligentes.
La estrategia de precio sobre volumen de Apple la ha ayudado a convertirse en la compañía cotizada en bolsa con la mayor valoración del mundo. Mientras que Apple confía en hacer que el iPhone premium sea aún más premium, es una muestra de cuánto han cambiado los tiempos para la compañía y para el mercado de teléfonos inteligentes en general.
Los teléfonos inteligentes son herramientas esenciales para miles de millones de personas, pero que no sienten la necesidad de reemplazarlos con frecuencia, lo que ha provocado que las ventas globales anuales se mantengan o disminuyan.
El mismo fenómeno ocurrió en el mercado de las computadoras personales, aunque las ventas de teléfonos inteligentes son mucho más grandes. Apple no es inmune a esta tendencia. Apple merece crédito por detectar la oportunidad de desarrollar un iPhone súper premium.
El rival de teléfonos inteligentes de Apple, Samsung Electronics Co., no tuvo el mismo éxito con sus smartphones Galaxy de 1.000 dólares y más de 2017. No obstante, los observadores de las acciones de Apple están comenzando a preocuparse acerca de la capacidad de Apple de seguir creciendo si no puede aumentar el número de iPhones vendidos.
Eso significa que todas las miradas estarán puestas en las ventas de la compañía del «mejor» iPhone de 2018 de pantalla grande, que probará aún más los límites del poder de fijación de precios de Apple.
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