Luis Brusco Ortega*
¿Por qué los aumentos obligatorios y generalizados de salarios aceleran la inflación?
Es común oír decir que los aumentos obligatorios y generalizados de salarios son medidas que realimentan significativamente una espiral inflacionaria que ha tenido su origen en los problemas financieros del sector público. La comprensión de esta relación causa-efecto pasa por descifrar los factores microeconómicos y macroeconómicos que se conjugan para magnificar el impacto de las mayores remuneraciones sobre los precios de los bienes y servicios.
Desde el punto de vista microeconómico ocurre que necesariamente casi todo el aumento nominal de los salarios debe trasladarse en igual proporción a los precios de los productos que facturan las empresas, creando una inflación por costos que se explica por razones específicas que a continuación se exponen.
Por una parte se tiene que el incremento del salario y de otros ingresos del trabajo de forma obligatoria se traducen sencillamente en un aumento de los costos variables y con ello de los costos totales de las empresas sin crecimiento paralelo de la producción, lo que es lo mismo decir que se eleva el costo unitario o promedio de los bienes (costo total/producción=CT/Q) y mucho más el costo marginal (variación del costo total/variación de la producción=+CT/+Q) de las nuevas e inmediatas unidades por producir, que viene a definir al mismo tiempo el tamaño del costo de reposición futuro a ser cubierto por alzas similares de los precios dentro de una gerencia sana de la empresa, la cual está obligada permanentemente a cuidar la relación adecuada entre incrementos de costos y productividad.
Como se sabe un principio fundamental en la ciencia económica es la relación inversa entre productividad y variación de costos y en este caso ha ocurrido un incremento obligatorio de estos últimos que debe interpretarse como una baja de la primera. De los costos ser absorbidos sin poder trasladarlos al precio final la productividad de la empresa baja, teniendo que dedicar una parte mayor de los mismos ingresos para poder cubrir los aumentos de sueldos y salarios, lo que al final se refleja en una caída de las ganancias de las empresas.
Por otro lado, el justificado aumento de los precios es la única opción que tiene la empresa en el corto plazo para mantener posibles niveles de ventas que no afecten los beneficios nominales, de lo contrario, si la demanda no valida el aumento nominal de la ventas, las empresas con menor poder de mercado se verán obligadas a reducir su tamaño y demanda de empleos para compensar los mayores costos de la mano de obra.
Desde el ángulo macroeconómico, en un escenario donde el gobierno venezolano tiene dificultades para financiarse por la vía ordinaria y emplea más del 30% de la población económicamente activa formal, los decretos que obligan a resaltantes alzas salariales y de otros ingresos del trabajo con propósitos de indexar a los trabajadores frente a la inflación, terminan convirtiéndose en una factor adicional determinante de una mayor monetización de la economía mediante el gasto fiscal y de sostenibilidad del proceso continuo de alzas generalizadas de los precios.
*Profesor de la UCV. Ex-Gte de estudios monetarios del BCV y profesor de la UCV. Jefe de estudios de Aristimuño Herrera & Asociados.
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