#Análisis | Una App para el control de precios: 7 consideraciones sobre su utilidad y efectos en el mercado
El Ministerio de Comercio Nacional lanzó una App para monitorear precios en tiempo real. ¿Este sistema tendrá algún efecto real en los mercados?
Según una nota de prensa publicada por el Ministerio de Comercio Nacional, este avanzaría en la automatización y simplificación de trámites con el lanzamiento de la aplicación “Monitor Nacional de Precios”.
Esta es una herramienta de software diseñada para teléfonos móviles que permitiría a los fiscales de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos de Venezuela (SUNDDE) recolectar en tiempo real el monitoreo de precios en los establecimientos comerciales del país.
El Ministro de Comercio Nacional asegura que dicha automatización del Sistema de Monitoreo de Precios ayudaría al Ejecutivo Nacional a mantener una vigilancia sobre el mercado, además de lograr “la estabilidad de precios y propiciar el acceso a los bienes y servicios a todo el pueblo en igualdad de condiciones, en el marco de un modelo económico y social que privilegie los intereses de la población”.
Algunas precisiones podrían realizarse respecto a dicho anuncio y a la difusión que han hecho algunos medios de comunicación sobre el lanzamiento de dicha “App”:
Primero, las limitaciones a las libertades económicas deben contar con justificaciones previas. Esto significa que efectivamente pueden existir situaciones específicas en las que el mercado no garantiza maximizar el bienestar social o su buen funcionamiento en este sentido.
Dicha justificación previa aplica especialmente para el caso de los controles de precios.
Lo anterior ocurre en sociedades civilizadas que procuran un diseño y perfeccionamiento de un marco institucional y jurídico que tiende a proteger a los ciudadanos para evitar distorsiones que resultan en situaciones sociales peores que un Second Best de mercado libre con fallas.
También para evitar fallas de gobierno -incluso en el caso acciones públicas bien intencionadas-, y para contar con limitaciones a las acciones del Estado sobre las personas y la economía.
Nunca es tarde para que un país inicie una discusión sobre las responsabilidades normativas y regulatorias en materia económica por parte del Estado.
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De hecho, un espacio que podría fungir como plataforma para dar cabida a la discusión de ideas sobre la justificación y/o revisión del marco regulatorio de precios en Venezuela podrían ser las universidades.
Justificación del control de precios
Segundo, los controles de precios cobran justificación ante la existencia e identificación de una situación de monopolio natural.
En mercados potencialmente competitivos los objetivos de política pública deberían apuntar a perfeccionar o completar el mercado.
En este sentido, mejorar la transparencia informativa en el mercado podría constituir una acción pública que coadyuve al ejercicio de la soberanía del consumidor. Sin embargo, esto no se traduce automáticamente en lo que ha sido anunciado como aplicación por parte de la SUNDDE.
Tercero, aun cuando parezca un tema menor, el uso generalizado que suele dársele al término “aplicación” para teléfonos inteligentes, en el presente caso levanta una arista de discusión.
Las aplicaciones o Apps para teléfonos inteligentes, como las que conocemos y son comercializadas o descargadas por medio de tiendas de internet o plataformas eventualmente gratuita por parte del público; no parece corresponder a una descripción para el caso de la aplicación de la SUNDDE.
Como lo mencionara el propio Ministerio esta aplicación constituiría un software que aun cuando funcionaría sobre dispositivos móviles inteligentes no parece resultar de libre acceso al público.
Esta caracterización hace que dicha aplicación no opere como una plataforma digital por resultar de uso cerrado.
Emparejamiento del mercado
Cuarto, cabe preguntarse si un software puede mejorar el funcionamiento, así como las labores de emparejamiento del mercado.
En este tenor debe destacarse que los mercados potencialmente competitivos constituyen espacios descentralizados de emparejamiento y equilibrio entre la oferta y la demanda.
No se requeriría de un administrador tercero para encontrar un equilibrio en el mercado.
De hecho, un fiscalizador que no adolezca de un defecto natural de todo regulador -incluso bien intencionado- como sería problemas de información asimétrica, no podría sino, en el mejor de los casos, simplemente replicar el resultado del mercado.
Y ese resultado no debería ser otro que aquel que garantice el máximo bienestar social en el caso que estemos frente a mercados potencialmente competitivos.
Quinto, solo en el caso de mercados de bienes o servicios con fuerte presencia de efectos de red, un administrador tercero de dichos efectos podría procurar maximizar el valor del ecosistema. Pero de nuevo estaríamos frente a una falla de mercado como sería la presencia de externalidades.
Sexto, el hecho que dicho software resulte cerrado no permite que muestre características de plataforma digital por la ausencia de efectos de red directos entre los usuarios que pudieran alternativamente bajarlo y hacer uso de este de forma libre.
Sin embargo, debe destacarse que en ocasiones resulta del propio seno del mercado que aparecen mecanismos de información y screening que permiten mejorar la situación de información asimétrica a la que pudieran estar expuestos los consumidores finales.
¿Qué pasa con los consumidores finales?
Séptimo, aun cuando se pretenda rediseñar el modelo del software haciéndolo uno del tipo plataforma digital para explotar efectos de red directos entre los consumidores finales que deseen hacer uso del mismo, existen algunos desafíos relevantes: la calidad de la información que introduzcan los usuarios y/o consumidores finales.
Este tipo de plataformas podría reducir costos de búsqueda, imprimir mayor competencia en el mercado, así como reducir asimetrías de información justamente producto de la adhesión de consumidores finales como miembros de la plataforma y de la información que provean a la misma.
Pero, esto tendrá un resultado válido siempre y cuando dicha información resulte fidedigna y no genere o sea generada por dos fuentes de problemas informativos: (1) ruido, y (2) razones estratégicas para generar “fakes”.
El ruido puede tener por origen razones como:
(1) falta de comprensión del sistema de información y del tipo de pregunta o información que se le solicita al consumidor final;
(2) si el sistema de información no solo consiste en el contraste de precios sino en reviews y comentarios respecto al servicio o producto, puede generar ruidos si existen preferencias idiosincráticas, por lo que la información no revela datos que necesariamente resultan útiles para cualquier consumidor;
(3) shocks incontrolables como podría ser una información negativa en contra del oferente o del producto que no depende del oferente como podría ser el tiempo de entrega de un producto que gestiona un tercero.
El diseñador tendrá que pensar en políticas que puedan crear incentivos en favor de dejar información y mecanismos para corregir distorsiones intencionadas o no de la información dejada en la plataforma, o revisar y certificar dicha información por parte del propio diseñador y administrador de la plataforma digital.
*Economista UCV. Profesor de Economía Digital, UCAB. Profesor de Estrategia Competitiva y Digital, Universidad Torcuato Di Tella
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