Las tripulaciones de dos petroleros tuvieron que ser evacuadas este jueves 13 de junio después de que mandaran señales de socorro por un nuevo incidente en el golfo de Omán, que disparó los precios del petróleo.
El incidente, el segundo en pocas semanas que implica a navíos que circulan por esta zona estratégica, llega en medio de las tensiones entre Irán y Estados Unidos, que acusó a Teherán de ser responsable de un primer incidente en mayo.
Según la versión de Irán, dos petroleros se vieron implicados en un «accidente» y su marina rescató a 44 personas. Por su parte la Quina Flota estadounidense aseguró que estaba al corriente de un «ataque» de los petroleros en Omán.
«Las fuerzas navales de Estados Unidos en la región recibieron dos señales distintas de socorro, a las 06h12 hora local y la segunda a las 07h00», indicó un comunicado.
«Los navíos de la marina estadounidense en la zona están dando asistencia», añadió.
Según las autoridades noruegas, el petrolero «Front Altair», propiedad del grupo noruego Frontline, fue «atacado» y hubo tres explosiones a bordo, aunque no hubo heridos.
Un ataque en la misma zona habría alcanzado a otro petrolero, el «Kokuka Courageous», indicó la dirección noruega de asuntos marítimos en un comunicado.
Tras el incidente, anunciado por un servicio de información sobre marina mercante gestionado por la Royal Navy británica, los precios del petróleo se dispararon.
«Reino Unido y sus socios están investigando», dijo el organismo, United Kingdom Marine Trade Operations (Ukmto), en su web, sin dar más detalles.
Tras las primeras informaciones del ataque, los precios del petróleo subieron un 4%. El barril de Brent del Mar del Norte se negociaba en 61,74 dólares el barril, un 3% más.
El golfo de Omán está situado junto al estratégico estrecho de Ormuz, una vía marítima clave por donde transitan cerca de 15 millones de barriles de petróleo y cientos de millones de dólares en otras mercancías.
La agencia de noticias S&P-Platts, que cita fuentes marítimas en Asia, aseguró que el «Front Altair», construido en 2016 y con bandera de las Islas Marshall, se incendió y su tripulación tuvo que ser evacuada.
El 12 de mayo cuatro petroleros –dos sauditas, uno noruego y otro emiratí–resultaron dañados en unos ataques todavía inexplicados en el golfo de Omán, frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos.
Estados Unidos aseguró que el ataque fue provocado «casi con toda certeza» por minas navales iraníes.
Emiratos afirmó las semana pasada que los primeros resultados de una investigación llevada a cabo por cinco países y entregada a Naciones Unidas apunta a la posibilidad de que un estado esté detrás de las bombas, pero indicó que no hay pruebas de que sea Irán.
El incidente del jueves llega después de que Irán, que apoya a los rebeldes hutíes en Yemen, anunciara el miércoles el disparo de un misil contra un aeropuerto Ahba en Arabia Saudita. Según las autoridades sauditas al menos 26 resultaron heridas en el ataque.
Tras los incidentes del mes pasado, el consejero de Seguridad Nacional John Bolton dijo que Irán estaba seguramente detrás del ataque al petrolero, pero no dio pruebas concretas.
Irán rechaza las acusaciones de estar detrás del sabotaje pero Arabia Saudita, su rival regional, le sigue considerando responsable.
El rey saudita Salmán advirtió este mes en una reunión de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) que los ataques «terroristas» en la región del Golfo podrían afectar al suministro mundial de petróleo.
Los presuntos sabotajes de mayo en el Golfo fueron seguidos por un ataque contra un oleoducto en Arabia Saudita presuntamente cometido por los rebeldes hutíes.
El primer ministro japonés Shinzo Abe estaba este jueves en Irán para una reunión inédita con el guía supremo iraní, Alí Jamenei, con el objetivo de rebajar tensiones entre Estados Unidos y la República Islámica.