Los 21 millones de venezolanos inscritos en el padrón electoral están llamados a votar en este proceso de internas, en el que compiten 11 candidatos, sobre los que María Corina Machado, del ala más radical, tiene ventajas astronómicas en las encuestas: su victoria parece cantada.
La primaria está organizada por la propia oposición al descartar la asistencia técnica del Consejo Nacional Electoral (CNE) tras meses de evasivas por parte de la autoridad, que finalmente propuso a último minuto aplazar el proceso un mes para gestionarlo.
Esto ha traído enormes problemas logísticos, desde la definición e instalación de centros de votación, hasta la acreditación de miembros de mesa y testigos.
«Que se logre realizar la primaria es un logro en sí mismo», explicó a la AFP el politólogo y profesor universitario Jorge Morán. «Ha venido sorteando infinidad de obstáculos y amenazas externas».
Machado está inhabilitada para ejercer cargos públicos por 15 años, lo que en teoría le impediría inscribir su candidatura para las presidenciales del año próximo.
La primaria se celebra cinco días después de la firma de un acuerdo dentro de un proceso de negociación entre gobierno y oposición, que fijó las elecciones presidenciales para el segundo semestre del año que viene con observación de la Unión Europea y otros actores internacionales.
Estados Unidos respondió aliviando por seis meses sanciones petroleras contra el país, aunque lo condicionó a que se levanten inhabilitaciones, un tema espinoso en el que el chavismo no quiere ceder.
Primarias: denuncias de última hora
La votación va de 8 de la mañana a 4 de tarde locales (12H00 – 20H00 GMT) antes de un escrutinio manual (el sistema electoral en Venezuela es normalmente electrónico).
La oposición dispuso de unos 3.000 centros de votación, que a máxima capacidad permitirían la participación de 3 millones de electores, aunque ese número puede ser mucho más reducido.
«Y eso pudiera restarle legitimidad», apuntó Morán. Influye la victoria casi cantada de Machado, que desestimula al elector, y el desafío de instalar los centros en plazas, parques, escuelas y viviendas el mismo día de los comicios. También se podrá votar en otros 28 países: Australia, de hecho, abrió el proceso.
Carlos Prosperi, candidato de una fracción del partido tradicional Acción Democrática (AD), que tiene una intención de voto marginal en las encuestas, denunció el sábado, horas antes del inicio de la primarias, «irregularidades» logísticas y un favoritismo hacia Machado.
«Hemos cuestionado la manera con la que se ha venido actuando», lanzó Prosperi.
La oposición está cada vez más fracturada, sobre todo después del fracasado experimento de gobierno paralelo de Juan Guaidó, que colapsó en enero.
«Si la oposición prefiere mantener las fracturas, ganará la desmovilización y el gobierno otros seis años» en el poder, explicó Yoel Lugo Falcón, también politólogo y profesor universitario.
Morán sostuvo que «las primarias no garantizarán un candidato único» y espera «varios aspirantes» de algún sector opositor.
El mismo Prosperi lo asomó el sábado, con todo y que llamó a votar «masivamente» el domingo. «Tengo un compromiso con el país, no estoy inhabilitado, Carlos Prosperi está habilitado no solo para participar mañana sino para gobernar Venezuela».
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