Producción petrolera de Venezuela caerá en 2019 y 2020 aún con cambio político
La producción petrolera venezolana seguirá cayendo en 2019 y 2020 incluso si se produjera un cambio de gobierno, según un estudio de la firma de consultoría e investigación energética Rystad Energy.
La empresa noruega elaboró tres escenarios dependiendo de si ocurre un cambio político o si se mantiene el chavismo en el poder. En el primer caso, consideran que con el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos y si «se aseguran nuevos acuerdos de financiamiento», se puede reducir la tendencia a la baja, «con la producción de crudo bajando a 1,11 millones de barriles de petróleo diarios (bpd) este año y a 1,06 millones de bpd en 2020».
De acuerdo con datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), basado en fuentes indirectas, el bombeo venezolano de crudo culminó el año 2018 en 1,339 millones de barriles diarios.
Afirman que si no ocurre un cambio de gobierno «Venezuela no podrá compensar los efectos de las sanciones de EE UU y asegurar un nuevo financiamiento», y «el país podría ver una reducción adicional de 20% en la producción de crudo este año, cayendo a aproximadamente 800.000 bpd y deslizarse a 680.000 bpd en 2020».
Un factor clave en el análisis de Rystad es que Venezuela depende de diluyentes importados que luego se mezclan con el crudo pesado producido en la Faja del Orinoco y actualmente compra 60.000 bpd de nafta de los Estados Unidos, bloqueado por el gobierno de Donald Trump desde el 29 de enero.
«Rystad Energy pronostica que algunos operadores en Venezuela se quedarán sin el diluyente crucial para marzo. Sin diluyente, los actuales 200.000 bpd de las exportaciones de crudo pesado están en riesgo», dijo la analista de Rystad Energy, Paola Rodriguez-Masiu, en una nota publicada por la firma en su sitio web.
La consultora detalla proyecciones en caso de un cambio de gobierno y apunta a que en el corto plazo «los campos de la Faja del Orinoco, que actualmente operan por debajo de su capacidad, serán relativamente fáciles de rejuvenecer». Sin embargo, aseguran que «los aumentos adicionales de producción se vuelven mucho más complicados a medida que los campos maduros han alcanzado su declive natural de producción y se ha producido un daño significativo en un gran número de pozos».
A mediano plazo aseguran que frenar la disminución de la producción y los daños en los campos maduros, que fueron los que más contribuyeron cuando la producción venezolana llegó a más de 2 millones de bpd, serán un gran desafío, tanto desde el punto de vista técnico como financiero. Por lo tanto, «para aumentar la producción, Venezuela tendrá que desarrollar más campos en la Faja del Orinoco».
A largo plazo Rystad Energy «no espera ver un crecimiento en una escala masiva», pero sí ve un potencial debido a que «la estructura de costos es relativamente baja y el riesgo de exploración es mínimo. Además, las arenas petrolíferas de la Faja del Orinoco son menos intensivas en energía que las de Canadá dado el clima más cálido de Venezuela, lo que significa que se requiere menos energía para permitir que fluya el crudo pesado».
«Este tipo de crudo pesado es abundante en Venezuela y no tiene un riesgo de exploración asociado. Por lo tanto, otras inversiones para procesar estas reservas podrían justificarse», dijo Rodríguez-Masiu.
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