¿Puede el petróleo venezolano ocupar el espacio que dejaría Rusia en el mercado?
Como consecuencia del conflicto que se recrudece día tras día en Ucrania ha resurgido una crisis mundial con precios elevados del petróleo, que afectan principalmente a Europa y Estados Unidos, como principales compradores del mundo.
El panorama de los precios altos puede ensombrecerse aún más, debido a que Estados Unidos está teniendo conversaciones «muy activas» con la Unión Europea (UE) para prohibir la importación de petróleo procedente de Rusia, según informó este domingo el secretario de Estado, Antony Blinken.
Igualmente, este lunes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, dijo en una rueda de prensa que, «dada la imprudencia del Kremlin hacia los civiles», están trabajando en nuevas sanciones y presentarán propuestas sobre «cómo deshacerse rápidamente» de su dependencia de los combustibles fósiles rusos.
Por otra parte, en una visita inesperada este fin de semana, miembros del gobierno de Joe Biden viajaron a Venezuela para reunirse con representantes de Nicolás Maduro, sin que se conozca oficialmente los puntos de la agenda.
Sin embargo, agencias internacionales afirmaron que el propósito de dicho encuentro de alto nivel, es por el interés actual de EEUU de buscar un proveedor cercano de petróleo y alejar a Maduro de la influencia de Vladimir Putin.
Sobre la posibilidad de que el crudo venezolano pueda sustituir la cuota del mercado ruso, el economista y director del Programa de Energía para América Latina del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice, Francisco Monaldi, considera que «a corto plazo, no tendría ningún efecto relevante en el mercado mundial del petróleo, pero quizás podría ayudar a algunas refinerías en el Golfo de México de EE. UU. a reemplazar las importaciones de petróleo ruso».
«Venezuela produce menos de 800 mil barriles por día (bpd) y tiene poco potencial de producción remanente, por lo que en los próximos meses sería un desafío superar de manera sostenible el millón de bpd. Rusia produce 11 millones de bpd y exporta más de 7 millones de bpd. Entonces, la producción adicional de Venezuela sería irrelevante para compensar una importante interrupción de las exportaciones rusas» señala.
Sin embargo, recuerda que cuando el petróleo venezolano fue prohibido en los EEUU, las exportaciones rusas capturaron la mayor parte del mercado que dejó el petróleo pesado de Venezuela, particularmente en la región del Golfo.
Por lo tanto, «redirigir las exportaciones de petróleo venezolano a EEUU, desde los mercados chinos, podría ayudar a aliviar las dificultades que enfrentan las refinerías estadounidenses para reemplazar las importaciones rusas actuales. Eso también proporcionaría una justificación para extender licencias a Chevron y otras empresas occidentales para exportar petróleo de Venezuela, haciendo viables sus operaciones en el país», agrega.
A su vez, el economista Francisco Rodríguez señala en Twitter que, evidentemente los actuales niveles de producción petrolera venezolana son bajos, con respecto a las exportaciones rusas de 7 millones b/d. «Pero lo relevante no es eso, sino la capacidad de Venezuela de aumentar su producción en el corto y mediano plazo».
«Los pesimistas apuntan a cálculos que indican que serían necesarios decenas de millardos de dólares en inversión para que el país pudiese recuperar una capacidad de 2-3 millones de barriles. Argumentan que tales flujos son inviables en ausencia de un cambio de gobierno», resalta.
Sin embargo, a su juicio, «si se permite la entrada de trasnacionales petroleras, no tiene sentido pensar en el monto de inversión como una restricción. La inversión, así como el aumento de producción, dependerá del valor presente neto de la producción esperada y los costos de producción e inversión».
Rodríguez recuerda que, con precios del petróleo muy por debajo de los niveles actuales, «era rentable producir 2,4 millones de barriles diarios, nivel en el que se estabilizó la producción petrolera venezolana entre 2008 y 2015».
A pesar de las anteriores opiniones, Eric Farnsworth, Vicepresidente del Consejo de las Américas, citado por America Quarterly, asegura que «Estados Unidos en realidad no requiere crudo venezolano».
Afirma que «la mayor parte del crudo ruso irá a China e India, probablemente con un descuento, pero no permanecerá por mucho tiempo fuera de los mercados globales. Los precios más altos inducirán una mayor producción global, incluida la nacional de EEUU y Arabia Saudita, que pueden entrar en funcionamiento rápidamente».
Igualmente, Farnsworth señala que el crudo venezolano, «producto de una industria nacional decrépita, requeriría muchos meses y miles de millones de dólares, escasas plataformas de perforación y un número cada vez mayor de ingenieros petroleros para aumentar de manera significativa, justo al mismo tiempo cuando el resto del mundo estará buscando lo mismo. Todo se suma a una jugada curiosa y arriesgada de la Casa Blanca por un producto que Estados Unidos ni siquiera necesita», reitera.
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