El ejército ruso anunció el nombramiento de un nuevo comandante para su «operación militar especial» en Ucrania, tras una serie de duros reveses en el terreno y las crecientes muestras de descontento entre los miembros de la élite rusa.
«El general del ejército Serguéi Surovikin fue nombrado comandante del agrupamiento combinado de tropas en la zona de la operación militar especial» en Ucrania, anunció el ministro ruso de Defensa en Telegram.
Surovikin, de 55 años, es un veterano de la guerra civil en Tayikistán de los años 90, de la segunda guerra de Chechenia (años 2000) y de la intervención rusa en Siria, lanzada en 2015.
Hasta ahora, dirigía el agrupamiento de fuerzas «Sur» en Ucrania, según un informe del ministerio ruso, fechado en julio.
El nombre de su predecesor nunca fue revelado oficialmente, pero según los medios rusos, se trataba del general Alexander Dnornikov, otro veterano de la segunda guerra de Chechenia y comandante de las fuerzas rusas en Siria de 2015 a 2016.
La decisión se produjo tras una serie de derrotas en Ucrania.
Las fuerzas de Moscú fueron expulsadas a principios de septiembre de la mayor parte de la región de Járkov, en el noreste, a raíz de una contraofensiva ucraniana que permitió que Kiev recuperara miles de kilómetros cuadrados de territorio.
Las tropas rusas también perdieron 500 kilómetros cuadrados en la región de Jersón, en el sur de Ucrania, y escaparon por poco a ser rodeados en Limán, un importante centro logístico actualmente controlado por los ucranianos.
Una serie de contratiempos que llevó al dirigente checheno Ramzan Kadyrov a criticar, sobre todo, al mando militar; y a un alto responsable parlamentario, Andréi Kartapolov, a instar públicamente al ejército a «dejar de mentir» sobre sus derrotas.
El anuncio llegó el mismo día en que una explosión destruyó parcialmente el puente de Crimea, clave para el abastecimiento de esa península anexionada por Moscú y de las fuerzas rusas en Ucrania.