Reporte Especial | Los pronósticos sobre la economía venezolana en 2022
Se nos va el año. Ha sido duro. Muy duro. La economía aprieta el cuello de los venezolanos y la pandemia de covid-19 ha hecho todo más áspero. Llegan las Navidades, sin embargo, y los venezolanos que nos quedamos, más los que se fueron, haremos un intento por festejar así sea con poco. Pero, ¿qué nos depara la economía para el año 2022? En este informe especial de Banca y Negocios, los economistas José Guerra y Alejandro Grisanti ofrecen sus estimaciones.
Ex diputado a la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015, José Guerra desplegó una destacada carrera en el BCV. Es economista egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y profesor de Faces en esa misma casa de estudios. Tiene un máster en Economía por la Universidad de Illinois. Publicó en fecha reciente la obra “Anatomía de una catástrofe”.
“Sobre la estimación de inflación del FMI de 2700%, a nosotros en el Observatorio Venezolano de Finanzas nos está dando en 1500% y creo que 2700% me luce muchísimo para el año 2021. Estamos viendo que la tasa de inflación se ha estabilizado un poco, porque justamente el tipo de cambio ha estado bastante planchado. No ha tenido grandes variaciones».
Guerra añade que «es muy difícil hacer un pronóstico en este momento, pero todo indica que la inflación podría ser un poco menor, dependiendo de cómo vaya el tipo de cambio. Ahora, si el tipo de cambio no se puede sostener en los niveles donde está, que está demasiado barato a poco más de 4 bolívares, es probable que la inflación pueda volver a elevarse. Lo que sí me parece que va a ocurrir es que se van a repetir los niveles de hiperinflación para el año 2022”.
– La medicina Giordani –
Sobre el dólar paralelo, explica que el Banco Central ha venido inyectando divisas para mantener artificialmente bajo el tipo de cambio, por lo cual está ocurriendo la paradoja de que la producción nacional que compite con las importaciones, está liquidada, no tiene vida, justamente porque el producto importado entra barato a ese tipo de cambio estable.
“El Banco Central está aplicando la misma medicina de Giordani del año del 2008 en adelante, que fue tratar de estabilizar el tipo de cambio para bajar la inflación. Entonces lo que ocurrió es que la inflación se quedaba elevada y la producción nacional no podía competir con las importaciones, que es lo que está sucediendo en este momento”, analiza el experto.
Afirma que no ve grandes cambios en la política cambiaria para el año 2022.
En este sentido, Guerra indica que va a seguir la tónica que tiene ahora, lo va a ser posible –asegura-hasta tanto el Banco Central cuente con reservas para tener la estabilidad del tipo de cambio. Pero si por alguna circunstancia el gasto en bolívares del fisco empezase a aumentar, o porque suba la entrada divisas y el Banco Central monetiza ese gasto, o porque el Banco Central financia el fisco, hasta ahí va a llegar el tipo de cambio.
“De manera tal que yo no veo que se pueda mantener de manera creíble la estabilidad del dólar para el año 2022”, lanza una perla.
– Mercado petrolero «caliente»-
José Guerra pone la lupa sobre nuestro principal producto de sustento, el petróleo: “Este año ha sido extraordinario para el mercado petrolero por dos razones, porque la pandemia ha cedido y la economía se está reactivando y, evidentemente, hay una mayor demanda de petróleo. Y también porque los países de la OPEP no han suministrado la cantidad de petróleo que requiere el mercado. Esto ha llevado a que los precios suban».
«Para el año 2022, los analistas coinciden en que el mercado petrolero va a seguir caliente porque, a pesar de que se habla de estanflación de la economía mundial, es decir, crecimiento bajo o estancamiento con alta inflación, la mayoría de los analistas se inclina a pensar que el precio del petróleo se va a mantener los niveles que está en el 2021”, ofrece un panorama alentador.
Venezuela no ha dejado de exportar petróleo, pone en claro, sino que exporta menos crudo y otras cosas ahora como licores, algún tipo de carne, algunas frutas, etcétera. Pero esto –garantiza- contribuye de manera muy pequeña con el flujo de divisas.
“No se tienen informes, no se tiene información del mundo de las exportaciones. El Banco Central dejó de publicar la cifra, pero Venezuela va a seguir exportando petróleo y creo que han encontrado la manera de, digamos, evitar las sanciones usando tanqueros de Irán y básicamente comercializando petróleo en el mar, a través de traders, o utilizando los puertos en Singapur, en la propia China, en Irán y Turquía”, da cuenta de los malabares por los caminos verdes del negocio petrolero venezolano.
-Sin ingresos, sube la pobreza –
Sobre el tema de la pobreza dice que eso ya es el resultado, obviamente, de una economía que tiene cinco años que no crece con hiperinflación. “No hay forma de que no aumente la pobreza. Cualquier cifra que saque el Gobierno -que no la ha sacado- sobre la pobreza y que refleje un estancamiento del nivel o una caída, es falsa”, indica el portavoz.
¿Por qué? Porque el índice de pobreza se levanta básicamente con ingresos. “Si el ingreso cae, porque cae la economía y se derrumba, además, porque hay hiperinflación, no hay manera de que la pobreza pueda bajar. El único antídoto para que la pobreza se reduzca de manera sustancial, es que la economía crezca, genere más ingresos y al mismo tiempo los niveles de precios sean bajos y la inflación ceda de manera tal que el ingreso se pueda recuperar”, habla claro y raspao.
“Bueno, vamos a ser el país con el récord de inflación más elevada otra vez en el 2022. Seguiremos como un país igualmente más empobrecido y probablemente el que crezca menos. Toda la región se está recuperando en el 2021”.
Todos los países –informa- tienen inflaciones bajas o relativamente bajas. Los lugares de mayor inflación y de crecimiento más lento son Argentina y Venezuela, en el contexto latinoamericano. Y casualmente comparten prácticamente la misma política económica.
-El mini boom de los bodegones seguirá –
Banca y Negocios consultó a Guerra sobre el apogeo de hipermercados, grandes tiendas de electrodomésticos, y hasta hipermercados de Navidad. Esto fue lo que nos dijo:
“El auge de los retails va a seguir en el 2022 sin ninguna duda. Y la razón es que estos negocios están para satisfacer una demanda que no encuentra respuesta de otra manera. Este es prácticamente el caso que mencioné anteriormente de un tipo de cambio llamado sobrevaluado; es decir, que el bolívar tiene más poder de compra externamente que internamente, porque la inflación interna es muy elevada y eso crea una ilusión de progreso, de que hay bienes, que los hay, pero el problema es la accesibilidad”.
Relata que una encuesta que hizo el OVF para Caracas, en el municipio Libertador, indica que apenas un 22 o 25% de la población accede a ese tipo de hipermercado, “con ese tipo de estructura comercial jamás la economía se va a recuperar porque está dejando por fuera prácticamente el 80% de los consumidores”.
-El ajuste macro de facto se mantendrá –
Sobre la recuperación económica: “Estamos estimando hasta el segundo semestre, una caída de la economía de 2%. Hay analistas que está dando crecimiento. El caso de Credit Suisse”.
Y se detiene en lo que es un punto de inflexión: “Lo que sí es claro para mí es que aquella tasa contracción de la economía de 20 a 25% no podía seguir. La economía no podía seguir cayendo porque la base de comparación había mermado mucho. Pero ahora, en este momento, no me atrevo a decir que va a haber crecimiento. Hay que esperar. El Banco Central no publica las cifras desde el año 2015. Entonces hay una especie irregularidad estadística en Venezuela, que la ha ido llenando parcialmente del Observatorio Venezolano Finanzas”, enfatiza José Guerra.
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Dice que el Gobierno aplicó un ajuste macroeconómico contractivo en los hechos. Entonces se hace evidente una caída muy importante del gasto público en términos reales de compra. Ha estabilizado el tipo de cambio y ha liberado los precios de los productos, aunque mantiene la ficción del control con inspecciones y sanciones.
Los precios –remarca Guerra- están liberados en Venezuela. “Sale uno que otro fiscal a controlar los precios o la economía. Eso es un ajuste brutal de la economía que se ha reflejado en una caída significativa del ingreso de los venezolanos. Eso va a seguir, porque el Gobierno optó por tener los anaqueles llenos, aunque la gente no compre lo suficiente, porque no tiene ingreso, antes de tener anaqueles vacíos, con gente haciendo cola con plata que no puede, no tiene poder de compra”.
El economista José Guerra remata comentando que en el contexto de la economía mundial, Venezuela es un país paria, un país que no cuenta, no tiene ninguna significación ni internacional ni regional. Nadie toma en cuenta Argentina y Venezuela, es una economía prácticamente que ha dejado de ser significativa, inclusive el punto de vista petrolero.
“Y eso no se puede recuperar o no se puede solventar de un año para otro. Porque una economía que ha perdido 70% o más del PIB en desde 2014, hasta el 2021, es una economía que no tiene nada que ofrecer en el mundo, ni siquiera en petróleo, que de producir 3.5 millones de barriles en el año 98, con la llegada de Chávez se están produciendo 600.000 barriles. Prácticamente una economía que no tiene nada que aportar ni cuenta para el mundo de las economías emergentes que están progresando o que ya han estabilizado y están creciendo después de la pandemia”, un mohín lastimero le atenaza el rostro.
-Alejandro Grisanti: 193% de inflación en 2022 –
En su trinchera, Alejandro Grisanti es doctor en Economía por la Universidad de Pennsylvania. Entre 2000 y 2004 fue economista jefe del Banco de Venezuela, cuando pertenecía al holding español Santander. Además fue analista jefe para Barclays Capital.
Grisanti se va por la calle del medio: “La inflación este año -hasta septiembre-, la que hemos calculado, presenta una sustancial reducción con respecto al año pasado. Entonces, para tener las inflaciones en perspectiva, el año pasado la inflación cerró en 2.961%. Estoy hablando de 2020, inflación de 2.961%, esa inflación ha venido cediendo, ha venido reduciéndose y estamos proyectando 799% de inflación. Una cifra de 800% para este año que podría reducirse de cara al 2022 en 192 o 193%”.
El economista piensa que este es un gobierno invadido por el pragmatismo, es decir, por pragmatismo no necesariamente por convicción, ha hecho un ajuste muy fuerte en lo económico. Ha venido reduciendo de manera muy fuerte el gasto. Ya no se ven obras de infraestructura ni obras de ningún tipo, se ha venido dando una reducción fuerte del personal que trabaja en el sector público, puesto que muchos se han ido del país y eso ha provocado que se haya cerrado ese déficit fiscal.
“Tienes una menor creación de dinero inorgánico y es lo que ha producido esta desaceleración de precios», precisa.
Echa mano de la chanza para contar que en Ecoanalítica “lo que decimos siempre es que el tipo de cambio no baja, sino que se agacha para coger impulso”. Cuenta que siendo muy conservadores, piensa que el tipo de cambio va a cerrar por lo menos en 6 bolívares por dólar.
-«Los precios se van a triplicar» –
Por más que el Gobierno esté inyectando divisas, por más que el gobierno esté intentando ser mucho más pragmático en su política monetaria y dejar ese dogmatismo que caracterizó los gobiernos de Chávez y Maduro en los primeros 20 años, “nosotros pensamos que el tipo de cambio el cierre va a ser de 6 bolívares por dólar. Y de 16.25 bolívares para el cierre del año que viene, es decir, seis bolívares este año y que debería multiplicarse casi por 3 para el cierre el año que viene. Eso se debe principalmente a que los precios se van a triplicar”, un gesto de asombro se le instala en la faz.
Grisanti saca sus cuentas: De aquí a finales de año -con la elección regional- y dado que en Venezuela siempre hay una concentración fuerte de gastos en la segunda quincena de octubre, y durante todo noviembre y diciembre es cuando se pagan prestaciones, cuando se pagan aguinaldos, es cuando van muchos bolívares a ese torrente monetario de la economía venezolana.
“Esos bolívares, por supuesto, van buscando más divisas y eso es lo que lo que los economistas llamamos ‘estacionalmente’, estos son meses, octubre, noviembre y diciembre, de presión sobre el dólar. Y por consiguiente, esperamos que a pesar de que han venido vendiendo divisas y lograron reducirlo, bajarlo un poco, nosotros pensamos que este va a volver a saltar con fuerza de cara a los últimos dos meses del año”.
Grisanti está en línea con ese pensamiento según el cual se está dando una confluencia de factores, en este último trimestre del año, que está impulsando al alza el precio petrolero, y ven los principales marcadores, el Brent y el WTI en alrededor de 90 dólares el barril; y podría promediar en ese orden durante todo el año que viene.
-El gran salto –
“Es decir, vemos un promedio de 90 dólares el barril, lo cual es casi un 30% superior a los 70 dólares el barril que estuvimos viendo en el 2021. Eso, por supuesto, te produce un incremento importante de las exportaciones petroleras que, en 2021, veíamos en 6.491 millones de dólares y las vemos saltando a 11.055 millones de dólares. Fíjate que es un salto del 70,3%, no solo por vía precio, sino también algo de incremento de producción y también algo de normalización de la vía de descuento”, se detiene en las holgadas concesiones que ha tenido que hacer el gobierno de Maduro para poder vender petróleo.
Indica que este año 2021, por todo el tema internacional, el petróleo venezolano se ha estado vendiendo a altísimos descuentos para para poder ser colocado durante toda la pandemia. El mundo estuvo, digamos, con excedentes petroleros importantes. Eso hizo que el petróleo venezolano tuviera que venderse con mayores descuentos y, por consiguiente, el salto que deberíamos ver en exportaciones petroleras de cara al año que viene, tanto por producción como por precio, es importante.
-Punto de inflexión –
Grisanti se refiere al punto de las exportaciones versus las importaciones. “Dentro de la balanza comercial, las actividades ilícitas o entre ilícitas y no reportadas, porque la comercialización de oro no necesariamente es ilícito, pero la forma artesanal y, digamos, al margen de la ley que se viene haciendo, sí podría serlo, pues habría que por lo menos regularizarlo o formalizarlo, pero efectivamente, las actividades ilícitas y las remesas, que también son importantes, cada vez están teniendo un mayor impacto dentro de la balanza de pagos”.
Grisanti no ve un rebote muy grande de importaciones de cara al año que viene. “Nosotros vemos las importaciones saltando más bien en un 15% de un nivel de cercano de 8.000 millones de dólares este año a 9.000 millones de dólares, de cara al 2022. Y básicamente es que todavía los venezolanos no van a tener, digamos, ese poder adquisitivo para poder consumir productos importados y van a verse limitados en esa capacidad de consumo de muchos de los rubros que se van a estar estableciendo”.
“El escenario que estamos proyectando -y yo creo que hay acuerdo entre los economistas- es que entre este año y el que viene se está produciendo un punto de inflexión. Es decir, que esas grandes caídas del Producto Interno Bruto (PIB), que es lo que te dispara los niveles de pobreza extrema y pobreza en general, parece haberse detenido y que en algún momento entre este año y el que viene arrancó el crecimiento”, da una buena noticia, que no obstante, no está exenta de sus bemoles.
Este es un crecimiento –precisa- que va a ser muy lento en revertir los niveles de pobreza que tiene Venezuela. “Nosotros más bien lo que estamos viendo es que, mientras no se produzca un cambio político, es casi una estabilización en la miseria. Es decir, una Venezuela que puede tener algo de crecimiento económico, incluso un número que puede oírse como impresionante, un crecimiento económico de 5% a lo mejor para el año que viene, pero que ese 5% va a ser muy lento para revertir el desastre, el inmenso daño, la inmensa ruptura social que se ha producido en los últimos ocho años del gobierno de Maduro”, se refiere al profundo proceso de devastación registrado en los últimos años.
-42 años perdidos –
El economista Alejandro Grisanti ofrece un cálculo que deja a cualquiera con la quijada en el suelo: “Nos va a llevar 33 años, a una tasa de crecimiento del 5% anual, el lograr revertir la destrucción de Maduro de los últimos 8 años, es decir, la destrucción que se dio entre el 2013 y el 2021. Si Venezuela creciera una tasa del 5%, que es -más o menos- el promedio que la mayoría de los economistas está estimando para 2022, el crecimiento venezolano para el año que viene debe mantenerse por los próximos 33 años. Venezuela en 2054 va a tener el mismo nivel, el mismo tamaño del PIB que tenía en el 2012”.
En consecuencia, Maduro va a haber logrado que se hayan perdido 42 años de crecimiento económico. En este caso, 33 años en 5% anual no es un crecimiento sencillo. “Hay que echarle pichón, como se dice en venezolano. Esta cifra de verdad es desgarradora: por cada año que Maduro ha estado en el poder, Venezuela y los venezolanos vamos a necesitar por lo menos de cuatro años para reconstruir lo que Maduro hasta ahora ha destruido”, echa de menos el economista.
Ahora bien, cómo estaremos en 2022 con respecto a los demás países de la región? Grisanti ofrece su lectura: “Haití es el país más pobre de la región. El éxodo de los venezolanos, es un éxodo de venezolanos preparados, con niveles de educación que los hacen competitivos, que se vienen insertando y, por consiguiente, con un nivel de remesas importante para sus familias en Venezuela. Nosotros seguimos pensando que la pobreza en Venezuela va a estar entre Nicaragua y Haití. Es decir, vamos a estar un poco mejor que Haití, pero quizás en términos de PIB por habitante vamos a estar por debajo Nicaragua».
Y añade: «Eso es muy triste porque estamos hablando de nuevo de las dos economías más pequeñas, más pobres de la región. Y es impresionante que Venezuela, habiendo sido una de las economías más ricas en la época de los 70, inclusive más rica que Japón hacia finales de los 70 en términos de PIB per cápita, hoy seamos una economía tan empobrecida”.
-El espejismo –
Pusimos a Grisanti sobre el escritorio las obras de construcción que pueden verse hacia el Este de Caracas, como una especie de espejismo de prosperidad. “Hay una cosa que es bien importante, y es que la realidad del país no puede ser Las Mercedes, la Francisco Miranda, Altamira, la Castellana. Eso sí está dentro de la estrategia política del chavismo. Cuando el chavismo decide dejar sin luz a toda Venezuela para que Caracas tenga luz, es un poco eso. Es crear esa sensación de progreso, de estabilidad o quizás de crecimiento económico en Venezuela. Yo creo que la invitación a muchos venezolanos, o a muchos analistas, es ver un poco lo que está pasando en el país y estar claros en que ese progreso no está permeando a las diferentes capas sociales y es un poco lo que nos demuestra la encuesta ENCOVI”.
-Desigualdad multiestructural –
Alejandro pasa una radiografía al país que tenemos hoy desde el ojo de la economía: “Venezuela cada vez se mueve más en una desigualdad multiestructural, es decir, cada vez Venezuela se hace más desigual dependiendo de dónde vives. Si vives en Caracas tienes más acceso a servicios públicos, puedes tener acceso a lujos. Si vives en alguna zona de Caracas, tienes acceso a agua, pero si vives en las zonas pobres de Caracas, posiblemente no tienes acceso a agua, porque ese acceso discriminado de los servicios públicos se produce en un supuesto gobierno de izquierda, porque la clase media -la gente que vive en Las Mercedes y la Francisco Miranda- reciben no diría que constantemente agua, pero recibe mucho más agua y una mejor o menos mala calidad de servicios públicos que al resto del país”.
Y remata el continuo de sus ideas: “Esta es una pregunta que hay que hacerle a un gobierno de izquierda. Pero esa desigualdad multifactorial depende también si está el sector público o privado. Si estás en sector público, estás en la Venezuela de Maduro. Muchísimo peor que si estás trabajando en el sector privado. Los niveles de salarios del sector privado hoy son casi 20 veces los niveles de salario del sector público y por eso, de alguna manera, mucha gente ha dejado el sector público en Venezuela y ha salido del país o se ha buscado algún tipo de trabajo en el sector privado”.
“Nuestro escenario 2022 es un escenario con más de lo mismo, de estabilización de la miseria, la estabilización de la pobreza en la que se ha vivido un gobierno o un régimen que va a seguir sentado en la mesa de México por necesidad, pero con avances muy, muy lentos, puesto que no quiere poner en riesgo nada. En la medida que nosotros no reinstitucionalicemos al país, habrá muy pocos avances para reinsertar a Venezuela a la comunidad internacional, en que el gobierno de Maduro sea totalmente reconocido por la comunidad internacional y, por consiguiente, tenga acceso a los a los órganos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo”, da el tiro de gracia.
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