La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirar tropas de su país del norte de Siria provocó el lunes protestas e indignación entre sus aliados republicanos, que pidieron revertir ese «error».
El senador Lindsey Graham, uno de los republicanos más cercanos a Donald Trump, pidió «revocar la decisión» del presidente.
Graham, presidente del poderoso Comité Judicial del Senado y uno de los partidarios más francos de Trump en el Capitolio, describió la medida como un «desastre en ciernes» que «garantiza el resurgimiento» del Estado Islámico (EI) y sería una «mancha en el honor de Estados Unidos por abandonar a los kurdos».
«Si este plan», que abre la puerta a una ofensiva turca contra los kurdos, «sigue adelante se presentará una resolución del Senado oponiéndose y solicitando la revocación de esta decisión. Espero que reciba un fuerte apoyo bipartidista», dijo el congresista republicano en un tuit.
El senador republicano Marco Rubio, por su parte, calificó la decisión del mandatario como un «grave error» que tendrá repercusiones más allá de Siria.
«Confirmará la visión de Irán sobre este gobierno y los alentará entonces a una escalada de ataques hostiles que a su vez pueden disparar una más amplia y peligrosa guerra regional», escribió en su cuenta de Twitter.
La ex embajadora de Trump en la ONU, Nikki Haley, temiendo el efecto que esta decisión pueda tener en los kurdos, dijo que ellos fueron «determinantes en el combate» de los estadounidenses contra el EI en Siria. «Nosotros debemos defender siempre a nuestros aliados si esperamos que ellos nos defiendan», escribió en un tuit. «Dejarlos morir es un grave error».
La salida de Estados Unidos de posiciones clave a lo largo de la frontera de Siria, anunciada el domingo por la noche, efectivamente abandona a los kurdos, principales aliados de Washington en la larga batalla contra el EI.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), la milicia liderada por los kurdos que controla gran parte del noreste de Siria, dijeron el lunes en un comunicado que «fuerzas estadounidenses se retiraban de las zonas fronterizas con Turquía».
El domingo, la Casa Blanca dijo en comunicado acerca de una llamada entre Trump y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que Ankara «pondrá pronto en marcha su largamente planeada operación en el norte del Siria», y que las fuerzas estadounidenses «ya no apoyarán ni se involucrarán en la operación».
– Me voy, pero… –
Sin embargo, en un intento por matizar lo que ha sido una decisión explosiva y con evidente cariz defensivo frente al ataque del Congreso, de cara a su electorado, Trump amenazó al gobierno turco con «destruir su economía» si se «pasa de la raya» en Siria, lo que sugiere que la estrategia cambia de la presión militar por una salida del conflicto kurdo, a una presión financiera en la que pocos en Washington parecen creer.