Trump — que está por detrás de su rival demócrata, Joe Biden, en los sondeos nacionales y rezagado en varios estados clave — se mostró confiado en lograr una victoria sorpresiva, como en 2016.
Para atizar a su base electoral, apareció por sorpresa en la convención republicana de Charlotte, Carolina del Norte, justo después de que los delegados lo confirmaran como candidato y agitó una acusación que defiende desde hace semanas de que el voto por correo puede albergar fraude.
«Van a usar la COVID para robar la elección», afirmó. «La única forma en la que pueden privarnos de la victoria es mediante una elección amañada», afirmó ante los delegados del partido.
Los republicanos abrieron la convención en Charlotte, Carolina del Norte, con la votación de cerca de 300 delegados que representan a los 50 estados del país, que, como estaba previsto, confirmaron la candidatura del mandatario para las presidenciales de noviembre.
«Esta es la elección más importante de la historia de nuestro país», dijo Trump al inicio de un largo discurso en el que repasó sus años en la Casa Blanca.
Deseoso de marcar diferencias con su rival demócrata, que permaneció recluido en su residencia en Delaware durante el cónclave demócrata la semana pasada debido a la pandemia de covid-19, Trump se desplazó hasta Charlotte.
«Hicimos esto por respeto a Carolina del Norte y creo que van a recordar esto el 3 de noviembre», afirmó Trump.
Adicto a la provocación, mientras los presentes gritaban la consigna «cuatro años más», el mandatario replicó: «Si quieren volverlos locos, digan ’12 años más'».
– Un asunto de familia –
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, quien repite como compañero de fórmula de Trump en los comicios, tomó la palabra durante la votación para abogar por la reelección.
«La semana pasada escuché que la democracia estaba en juego» pero «nosotros sabemos que lo que está en juego es la economía; la ley y el orden es lo que está en juego», señaló el vicepresidente en referencia al mantra repetido por los demócratas en su convención.
En el programa de la convención republicana tienen especial preponderancia los familiares de Trump. Su esposa Melania y sus cuatro hijos adultos figuran entre quienes tomarán la palabra: Donald Jr., Eric, Tiffany e Ivanka.
El principal objetivo de los republicanos es defender la gestión del 45° presidente de Estados Unidos, que en medio de la crisis ya no puede contar con lo que su campaña presentaba como su principal activo y eventual carta de triunfo: la buena salud de la economía.
Antes de la pandemia, el desempleo se ubicaba en 3,5%, pero ahora está por encima del 10%.
Trump, que promete una convención «optimista y positiva», destacó en su discurso el nombramiento de dos jueces conservadores en la Corte Suprema durante su gobierno.
Su principal mensaje es que la economía se recuperará pronto y que la crisis tendrá una forma de V, con una recuperación espectacular.
Pero no se despegó del tono sombrío, advirtiendo en su discurso que si gana Biden, «el sueño americano va a estar muerto».
– Los límites entre el gobierno y la campaña –
La convención también se aseguró la presencia de varios oradores afroamericanos, incluido Tim Scott, el único senador republicano negro, en un intento de llegar a una comunidad mayoritariamente hostil al partido de Trump.
Desde Oriente Medio, donde se encuentra de visita oficial, se espera que el secretario de Estado, Mike Pompeo, evoque los avances diplomáticos registrados durante el gobierno, una intervención inusual para este tipo de eventos.
El jueves, con un discurso desde los jardines de la Casa Blanca, el mandatario cerrará la convención tras haber intervenido en cada una de las cuatro jornadas, cuando habitualmente los candidatos sólo se dirigen al público en el acto de clausura.
La utilización de este escenario genera polémica debido a que rompe la tradición de separar los actos de gobierno y de la campaña.