La aparición de nuevos casos de coronavirus en Corea del Sur, en Irán, así como en hospitales y prisiones en China, aumenta la preocupación sobre la propagación de la epidemia que ya ha causado más de 2.200 muertos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pide ahora a la comunidad internacional «atacar fuerte» y sin demora este virus que ha contagiado a más de 75.000 personas en China y 1.100 en otras partes del mundo.
El número de nuevos casos diarios en China, que había caído durante cuatro días consecutivos, creció y se eleva ahora al menos a 889 frente a los 673 la víspera, anunció el viernes la Comisión Nacional de Salud.
Otro motivo de preocupación son las decenas de contagios anunciados en dos hospitales de Pekín, y más de 500 en prisiones del país, de los cuales al menos 200 en un solo centro penitenciario.
China había establecido sin embargo una cuarentena de facto para decenas de millones de personas en la provincia de Hubei (centro) y en su capital Wuhan –epicentro de la epidemia–, y muchos chinos siguen confinados en sus casas en otros lugares del país debido a las medidas de contención.
Varios países prohibieron además la entrada de viajeros provenientes de China y numerosas compañías aéreas suspendieron sus vuelos al país.
Estas restricciones no han impedido en cambio la aparición de nuevos casos fuera de China continental (Hong Kong y Macao), con 11 fallecimientos hasta ahora.
– Secta cristiana –
Las autoridades surcoreanas anunciaron el viernes 100 nuevos casos de contagio de coronavirus, elevando a 204 el número total en el país.
De estos, más de 80 son seguidores de la «Iglesia de Jesús Shincheonji», una secta cristiana situada en la ciudad de Daegu (sureste).
Una mujer de 61 años, que no sabía que había contraído la neumonía viral, los contagió asistiendo a los oficios religiosos.
El alcalde de la ciudad de Daegu, de 2,5 millones de habitantes, pidió a la población quedarse en casa. El viernes, un gran número de vecinos se protegía con mascarillas de cualquier posible contagio.
El jueves, Irán confirmó por su parte tres nuevos casos, al días siguiente del anuncio de la muerte de dos ancianos en la ciudad de Qom (150 km al sur de Teherán).
Ante la preocupación, el vecino Irak ahora prohíbe a sus ciudadanos viajar a la República Islámica y a los iraníes entrar a su territorio.
– «Muy peligroso» –
En Japón, la polémica aumentaba el viernes en torno al crucero «Diamond Princess», atracado en cuarentena en el puerto de Yokohama, a las afueras de Tokio, desde principios de febrero y que sigue siendo el principal foco de infección fuera de China.
Dos pasajeros australianos, que al desembarcar dieron negativo en los análisis hechos por las autoridades sanitarias japonesas, acaban de ser declarados como contagiados a su regreso a Australia.
Sin embargo, esta semana, cientos de pasajeros de este barco fueron autorizados a desembarcar tras haber sido sometidos a análisis. Muchos volvieron a sus países de origen, donde se les volvió a poner en cuarentena.
El contagio de los australianos ha despertado interrogantes sobre los procedimientos de las autoridades japonesas a bordo del buque.
Japón había anunciado el jueves la muerte de dos pasajeros octogenarios portadores del virus que habían sido hospitalizados.
Este repunte de nuevos casos, llevó el jueves al director de la OMS a lanzar un llamado a la movilización.
«Es el momento de atacar el virus ahora que aún es manejable», abogó Tedros Adhanom Ghebreyesus. «Si no atacamos fuerte ahora […], podríamos estar ante un grave problema».
«Este virus es muy peligroso. Es el enemigo público número uno y no está siendo tratado como tal», dijo.
– Cárceles afectadas –
China continental anunció el viernes otras 118 muertes acaecidas en las últimas 24 horas, un alza estable respecto a la víspera, lo que sitúa el balance nacional en 2.236 muertos.
Ante el riesgo de contagio, varios países siguen evacuando a sus ciudadanos.
Un tercer avión fletado por Francia despegó el viernes por la mañana de Wuhan con 28 franceses a bordo y 36 ciudadanos de otros países de la Unión Europea, informó una fuente diplomática a la AFP.
En Pekín, donde la situación parecía bajo control, las autoridades anunciaron 36 casos en el hospital Fuxing, y uno en el hospital de la Universidad, una persona ingresada que fue contagiada por dos allegados que le visitaban.
En especial preocupa el caso de las cárceles: las autoridades locales anunciaron del contagio de 200 detenidos y siete guardias en Jining en la provincia de Shandong (este), y de 34 casos en une establecimiento de Zhejiang (este).
En Hubei, foco de la epidemia, se registraron 271 contagios en prisiones, indicaron responsables provinciales.
Si bien muchos chinos volvieron al trabajo esta semana, el país sigue medio paralizado con numerosos habitantes en sus casas y la mayoría de comercios, restaurantes y escuelas cerradas.