A su vez, 12 aviones militares norcoreanos volaron en formación el jueves en un aparente ejercicio, informaron las fuerzas armadas de Corea del Sur, que anunciaron el desplazamiento de 30 cazas como respuesta.
Ocho cazas y cuatro bombarderos «efectuaron el vuelo en formación al norte del límite aéreo intercoreano (y) se cree que realizaron ejercicios de tiro aire-tierra», indicó el Estado Mayor Conjunto de Seúl.
En paralelo a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU por el lanzamiento de un misil norcoreano el martes que sobrevoló Japón, Pyongyang acusó a Washington y Seúl de escalar la tensión militar en la zona.
Su ministerio de Relaciones Exteriores dijo que sus misiles eran «simplemente medidas de represalia del Ejército Popular Coreano a las maniobras conjuntas de Corea del Sur y Estados Unidos que escalan las tensiones militares en la península de Corea».
En menos de dos semanas, el aislado régimen de Kim Jong Un disparó seis proyectiles. El del martes, además de provocar órdenes de evacuación en Japón, marcó un récord de distancia en la historia del arsenal norcoreano.
En tanto, Estados Unidos y Corea del Sur efectuaron el jueves un «ejercicio de defensa de misiles» en aguas aledañas a la península coreana, con la participación de un destructor del grupo de ataque del portaaviones estadounidense USS Ronald Reagan, informaron las fuerzas armadas de Seúl.
Con ello «esperan afianzar más la capacidad operativa» para «responder a las provocaciones balísticas norcoreanas», agregaron los militares surcoreanos.
El jueves temprano, el ejército surcoreano informó de que había detectado dos misiles balísticos de corto alcance lanzados desde la zona de Pyongyang hacia el mar del Este, también conocido como mar de Japón.
«Nuestro ejército ha reforzado la monitorización y la vigilancia y mantiene su máxima preparación en coordinación con Estados Unidos», dijo en un comunicado el Estado Mayor Conjunto de Seúl.
El primer misil recorrió 350 kilómetros y alcanzó una altura máxima de 80 kilómetros, mientras que el segundo recorrió 800 kilómetros de distancia a 60 km de altitud.
El servicio de guardacostas de Japón confirmó la detección de dos posibles misiles balísticos y el primer ministro del país, Fumio Kishida, aseguró que esta serie reciente de disparos era «inaceptable».
«Los repetidos lanzamientos de misiles de Corea del Norte no pueden tolerarse», afirmó el ministro de Defensa, Yasukazu Hamada. «No podemos obviar la significante mejora de su tecnología de misiles».
La tarde del jueves, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, habló por teléfono con Fumio Kishida, y ambos coincidieron en que deben detenerse las «insensatas provocaciones» de Pyongyang.
Los dos dirigentes coincidieron también en la necesidad de «enviar un mensaje a Corea del Norte de que las provocaciones tienen consecuencias», indicó la presidencia surcoreana.
– División en la ONU –
Analistas y autoridades occidentales apuntan que el misil del martes fue un Hwasong-12 que probablemente recorrió la máxima distancia alcanzada nunca por un proyectil norcoreano.
Estados Unidos convocó una reunión en el Consejo de Seguridad de la ONU en la que China, benefactor económico y aliado de Pyongyang, culpó a Washington de provocar los ensayos militares norcoreanos.
El embajador adjunto de China en la ONU, Geng Shuang, aseguró que los recientes lanzamientos estaban «estrechamente vinculados» con los ejercicios militares realizados en la región por Estados Unidos y sus aliados. Geng acusó a Washington de «envenenar el entorno de seguridad regional».
En las últimas semanas, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón han incrementado sus ensayos militares conjuntos, incluyendo unas maniobras navales a gran escala y unos ejercicios antisubmarinos.
«La RPDC (siglas oficiales de Corea del Norte, ndlr) ve que Estados Unidos plantea una seria amenaza a la estabilidad de la situación en la península de Corea y en su vecindad redesplegando el portaviones», criticó el ministerio norcoreano en su comunicado.
El país liderado por Kim Jong Un ha desplegado este año un número récord de ensayos armamentísticos y recientemente revisó su ley para declarar «irreversible» su estatus de potencia nuclear.
Este cambio cierra en la práctica cualquier posibilidad de negociar el fin del programa atómico del país, objeto de sanciones de la ONU.
La embajadora estadounidense en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, pidió «fortalecer» las sanciones existentes contra Corea del Norte, algo que China y Rusia vetaron en mayo.
El Consejo de Seguridad lleva meses dividido sobre cómo responder a las acciones de Pyongyang. Rusia y China se muestran empáticas con el régimen, mientras el resto de miembros piden un mayor castigo.
Los analistas aseguran que Corea del Norte aprovecha este bloqueo para probar armas más avanzadas, mientras Washington y Seúl advierten que el régimen prepara un nuevo ensayo nuclear, el primero desde 2017.