La red que prometía no ser «solo otra G» en la publicidad de Ericsson dejó a muchos clientes preguntándose qué están pagando exactamente y ha vuelto a ser un tema central de la reunión anual del sector de la telefonía, el Congreso Mundial del Móvil (Mobile World Congress, MWC) que se celebra estos días en Barcelona.
Los organizadores del evento aseguraron que el 5G estaba «abriendo valor sin explotar para todos los actores en todo el ecosistema» y «redefiniendo cómo se conecta el mundo».
Pero la excitación llegó también con una dosis de realidad por parte de Christel Heydemann, jefa de la red francesa Orange.
Los operadores están en peligro, afirmó en el MWC, porque «las grandes inversiones en redes de casi 600.000 millones de euros (639.500 millones de dólares) en Europa en la última década resultaron difíciles de monetizar».
«Y los consumidores siempre esperan pagar menos y obtener más», añadió.
Pero los operadores no son los únicos que podrían estar lamentando su gran apuesta.
Ericsson, que proporciona equipamiento para las redes 5G, acaba de despedir a 8.500 personas después de que cayeran sus beneficios.
«El 5G decepcionó casi a todo el mundo, proveedores de servicio y consumidores, y no consiguió entusiasmar a las empresas», afirmó a la AFP Dario Talmesio, de la consultora Omdia.
El fantasma del 4G
El 5G, según explica Talmesio, nunca fue realmente una propuesta para los consumidores, ya que resulta mucho más apropiada para empresas y usos industriales.
Pero no era fácil convencer a las compañías de telecomunicaciones de que invirtieran miles de millones solo para mejorar la conectividad de industrias y puertos, o para ayudar a desarrollar servicios médicos de alta tecnología.
Así que se rodeó al 5G de un marketing que calificaba todo, incluso las pequeñas mejoras, como importantes innovaciones.
Los beneficios del 5G siguen siendo, sin embargo, muy poco claros para los usuarios comunes de teléfonos celulares.
En una encuesta realizada el año pasado, miles de consumidores estadounidenses aseguraron que estaban interesados en el 5G, pero cuando se les preguntaba más sobre lo que suponía, tenían pocas nociones de los beneficios que acarreaba.
La mayoría de los servicios más citados estaban ya disponibles con el 4G, de acuerdo con este sondeo realizado entre 10.000 consumidores estadounidenses por la compañía de software israelí ironSource.
Los resultados resumen dos de los principales problemas del 5G: el 4G es suficientemente bueno para la mayoría de gente, y la terminología del 5G es, en general, muy difícil de comprender.
Sin límite
Pese a todo, criticar el 5G resulta impensable para gran parte de la industria.
En este sentido, el vicepresidente de Ericsson, Fredrik Jejdling, negó que la pobre aceptación del 5G fuera uno de los motivos de los despidos masivos en la compañía.
Jejdling explicó, por el contrario, que el grupo necesitaba «ajustar» sus «niveles de inversión a la demanda del mercado».
Ericsson dedicó un gran espacio en el MWC a las innovaciones 5G e insistió en que ni la innovación ni la investigación se verían comprometidas.
«Es una plataforma para la innovación. Si no lo haces, no sabes lo que te estás perdiendo», afirmó Jejdling.
Frederique Liaigre, que dirige las operaciones comerciales de Verizon en Francia y otros países europeos, comparte el entusiasmo de Jejdling, y asegura que no hay límites en el potencial del 5G.
Verizon fue de los primeros en ofrecer 5G a sus clientes en Estados Unidos, y Liaigre admite que el aspecto comercial está apenas arrancando.
Pero se refiere a sus proyectos -como proporcionar una red privada de 5G al puerto de Southampton en el Reino Unido para mejorar su seguridad y la gestión de la cadena de suministro- como si fueran tan atractivos como los autos sin conductor o las tostadoras que hablan.
«Las capacidades transformadoras de esta tecnología son realmente increíbles», aseguró.
Si el consumidor medio llegará a estar alguna vez tan entusiasmado por el 5G todavía está por ver.
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