Cada año, ministros y altos funcionarios de países miembros de la OMS acuden a Ginebra durante una semana para participar en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), el órgano decisorio de esta agencia de la ONU.
A causa de la pandemia, la AMS se celebrará por Internet y durante solo dos días, el 18 y 19 de mayo.
El debate se centrará únicamente en el nuevo coronavirus, con la esperanza que se pueda celebrar más tarde una reunión en Ginebra.
A pesar de la escalada de tensiones entre Washington y Pekín, los países esperan adoptar la próxima semana por consenso una resolución auspiciada por la UE.
«La negociación de la resolución fue ardua, extremadamente disputada», dijo la embajadora suiza Nora Kronig, directora de la división de Asuntos Internacionales de la Oficina Federal de Salud Pública.
«Uno de los desafíos es que es casi imposible negociar de manera virtual. Esto complica la construcción del consenso en pequeños grupos», explicó a la AFP.
Tras varios días de consultas, los diplomáticos lograron sin embargo ponerse de acuerdo.
«Se llegó a un acuerdo informal para adoptar la resolución por consenso. Será un resultado importante porque la OMS será el primer foro mundial en ponerse de acuerdo de manera unánime en el texto», indicó una fuente diplomática europea, asegurando que se tratarán los temas «difíciles», incluso el origen del virus y la reforma de la OMS, que reclama Estados Unidos.
Washington, que acusa a Pekín de haber ocultado la importancia de la epidemia, está en conflicto con la OMS, acusada por el presidente estadounidense Donald Trump de haberse «equivocado» en la gestión de la pandemia al seguir la posición china.
El mandatario también decidió suspender la contribución de Estados Unidos a la OMS.
«No se evitó ningún tema» en la resolución, incluso «continuar reformando la OMS y sus capacidades, que se revelaron insuficientes para prevenir una crisis de esta amplitud», aseguró la misma fuente europea a la AFP.
– Riesgo de fracaso –
Gaëlle Krikorian, responsable de la campaña de Médicos Sin Fronteras para el acceso a los medicamentos, se felicitó del «esfuerzo» de los Estados para organizar una respuesta colectiva, subrayando que la resolución «necesita un acceso universal, lo más rápido posible y justo a los productos sanitarios que permiten combatir el virus».
«Pero la cuestión clave sigue siendo ¿cómo hacerlo?», dijo a la AFP, criticando también que «países como Estados Unidos o Suiza intentaron hacer desaparecer del texto la mención de hecho que la vacuna sea reconocida como un bien público mundial».
Aunque la resolución fue negociada por adelantado para facilitar la fluidez de los debates, numerosos observadores siguen siendo prudentes, inquietos por las posibles sorpresas.
«Naturalmente estoy preocupado por la politización de la AMS y el riesgo de fracaso», dijo a la AFP Gian Luca Burci, exconsejero jurídico en la OMS y profesor de derecho internacional en el Instituto de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo en Ginebra.
Aunque Estados Unidos y China tienen otros temas de conflicto, como la reforma de la OMS, Taiwán o el acceso a las vacunas, la cuestión central es el origen del virus.
Estados Unidos reclama una investigación sobre ello, igual que Australia, y sospecha que China escondió un accidente de laboratorio que habría provocado la pandemia.
Washington acusa ahora a China de intentar piratear la investigación estadounidense sobre la vacuna, en plena tensión americano-europea sobre una futura vacuna.
Donald Trump amenazó el jueves con «cortar cualquier relación» con Pekín.
En paralelo, el gobierno estadounidense cree que la OMS pasó por alto una alerta precoz de Taiwán sobre la gravedad del coronavirus, algo que la agencia de la ONU desmiente.
Además, Estados Unidos, con el apoyo de otros países, pidió a la OMS que «invité a Taiwán» a la AMS, pese a la oposición de China.
Pero Taiwán fue excluido de la OMS, donde hasta 2016 tenía un estatuto de observador, el año de la llegada al poder de Tsai Ing-wen, que rechaza reconocer el principio de la unidad de la isla y de la China continental dentro de un mismo país.