El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reavivó la tormenta política que amenaza su presidencia luego de insistir en que tiene derecho a utilizar información «sucia» de sus oponentes, provista por gobiernos extranjeros, sin informar al FBI.
En una entrevista emitida por la cadena ABC el miércoles por la noche, Trump dijo que volvería a aceptar información sensible de un oponente ofrecida por un país como Rusia.
«No hay nada malo con escuchar», respondió Trump cuando se le preguntó qué haría si recibiera una oferta de esa naturaleza de parte de Rusia o China. El presidente dio a entender que «tal vez» avisaría al FBI si «considerara que algo está mal».
Cuando el entrevistador de la ABC, George Stephanopoulos, señaló que el director del FBI, Christopher Wray, dijo recientemente que cualquier tipo de injerencia extranjera en una elección estadounidense debía ser denunciada, Trump respondió: «el director del FBI se equivoca».
Las declaraciones de Trump alimentaron un torrente de críticas con calificativos como «vergonzoso», «chocante» y «un error». La condena llegó del sector de los Demócratas favorables a iniciar un proceso de destitución o «impeachment», pero también de su propio partido y entre aliados cercanos.
«Todos en este país deberíamos estar completamente horrorizados», dijo la líder demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi.
El senador Lindsey Graham, un republicano que en general se mantiene alineado con Trump, dijo que el mandatario había cometido «un error».
– ¡Ridículo! –
Luego de la emisión de la entrevista en la cadena ABC y la lluvia de críticas que le cayó, Trump se defendió el jueves en su cuenta de Twitter.
«¿Llamar al FBI para hablar de estos llamados y reuniones? ¡Qué ridículo! Nadie confiaría nunca más en mí», escribió Trump.
«Mis respuestas completas nunca aparecen en los medios de comunicación de Noticias Falsas. Deliberadamente dejan afuera las partes importantes», remarcó.
La Casa Blanca también declaró en defensa del presidente y se refirió al ahora cuestionado informe de 2016 compilado por Christopher Steele, ex agente de inteligencia británico, que fue en su momento utilizado por los Demócratas.
En ese informe, financiado por una firma legal vinculada a la campaña de Hillary Clinton y al órgano que gobierna al partido Demócrata, Steele presentó información de fuentes rusas.
«La hipocresía aquí no conoce límites», dijo Hogan Gidley, portavoz de la Casa Blanca, y desestimó las críticas al presidente como «absolutamente ridículas».
– Riesgo de impeachment –
Según la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, el equipo de Trump mantuvo numerosos contactos con Rusia, pero en su conjunto esos contactos no configuraban prueba de una conspiración con Moscú.
Sin embargo, los Demócratas alegan que el comportamiento del presidente resulta lo suficientemente sospechoso como para arrancar una investigación todavía más profunda. Una minoría nada silenciosa aboga incluso por el inicio de un proceso de destitución.
La entrevista con Trump se emitió el mismo día en que suhijo mayor, Donald Trump Jr, testificó a puertas cerradas ante un comité del Senado liderado por los republicanos sobre sus contactos con Rusia.
En particular, el comité pretendía ahondar en declaraciones anteriores de Trump Jr sobre una reunión en la Trump Tower en junio de 2016, donde estuvieron presentes el yerno del presidente, Jared Kushner, el entonces jefe de campaña, Paul Manafort, y una abogada rusa que ofreció información «sucia» sobre Hillary Clinton.
Aunque Trump se declaró victorioso tras la divulgación parcial del informe de Mueller, sus comentarios en ABC han reavivado la polémica, justo en el momento cuando se apresta a dar comienzo a su campaña por la reelección.
El próximo martes, Trump tiene previsto reunirse con sus seguidores en el estado de Florida, en un acto que significará el comienzo oficial de la carrera hacia un segundo mandato.
El congresista Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes y uno de los más acérrimos oponentes de Trump, dijo que los comentarios del presidente sobre su disposición a aceptar ayuda de un gobierno extranjero eran equivalentes a un «abandono del deber».
«La campaña de Trump buscó ese tipo de ayuda en 2016, y su candidato acaba de decir que quieren más de eso mismo para 2020. Le corresponde al Congreso poner un fin a esto», dijo.