Trump posterga su discurso anual ante el Congreso por parálisis presupuestaria en EEUU
La parálisis política en Washington obligó al presidente Donald Trump a postergar sin fecha determinada su discurso sobre el Estado de la Unión, sin que se vislumbre una salida al «shutdown» más largo de la historia del país.
«Haré el discurso cuando el shutdown termine. No busco otro lugar para el discurso del Estado de la Unión porque no hay otro lugar que pueda competir con la historia, la tradición y la importancia de la Cámara de Representantes», tuiteó el mandatario la noche del miércoles.
Según Trump, ese «gran» discurso, que estaba previsto originalmente para el próximo martes, tendrá lugar «en un futuro próximo».
De esa manera, se agudiza el pulso entre el exmagnate inmobiliario y la jefa de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, quien había vetado la intervención anual del presidente en el Congreso debido a la parálisis presupuestaria.
Los demócratas y republicanos están en un punto muerto en las negociaciones sobre el presupuesto federal debido la insistencia de Trump de erigir un muro en la frontera con México, que los opositores se niegan a financiar.
Sin acuerdo, los presupuestos de algunas agencias están bloqueados desde el 22 de diciembre, lo que afecta directamente a centenares de miles de empleados públicos, aunque ya comienza a repercutir en la economía.
El jueves pasarán por el Senado dos proyectos para intentar poner un fin, cada uno de maneras distintas, al bloqueo, sin que Trump ni la oposición se muestren listos para ceder en sus posiciones.
En una breve carta, Pelosi dijo que la Cámara de Representantes «no autorizaría» el discurso presidencial mientras no se abrieran las dependencias federales afectadas por la parálisis presupuestaria.
«El discurso del Estado de la Unión fue cancelado por Nancy Pelosi porque no quiere escuchar la verdad» sobre la seguridad fronteriza, dijo más temprano Trump a los periodistas.
Una propuesta lanzada por los republicanos incluye una financiación del gobierno hasta septiembre, con una partida para construir un muro y también un compromiso para proteger de la deportación a cerca de un millón de inmigrantes a los cuales el gobierno de Trump les había cancelado un fuero que los amparaba.
Para ser aprobado, este texto necesita 60 votos en el Senado, donde los republicanos tienen 53 de los 100 escaños. Después debe pasar por la Cámara de Representantes donde el Partido Demócrata es mayoría.
La oposición también tiene una propuesta para salir de la parálisis que contempla dar financiamiento al gobierno hasta el 8 de febrero, sin dar fondos para un muro mientras se relanza el debate sobre la seguridad fronteriza.
Trump se niega a firmar cualquier ley presupuestaria que no incluya una partida de 5.700 millones de dólares para erigir una barrera en la frontera con México.
«Construye un muro y el crimen va a bajar», dijo el miércoles en un tuit.
«¡Queremos de una vez por todas poner fin a crímenes evitables y a las drogas! Seguridad fronteriza y muro. Sin dudas», agregó Trump.
El muro es una de las promesas centrales de la campaña de Trump pero los demócratas se oponen por considerar que esta construcción es «inmoral», costosa e ineficaz.
– «Dañina» para la economía –
El sábado Trump ofreció dar un estatuto de protección a los «dreamers», jóvenes que entraron a Estados Unidos de forma ilegal cuando eran niños acompañando a sus padres, y a los beneficiarios de programas de protección temporal (TPS).
Pero Pelosi rechazó la oferta incluso antes de que Trump la pusiera oficialmente sobre la mesa.
Esta oferta tampoco cayó bien en el ala más derechista del partido republicano, que acusó a Trump de querer darle una amnistía a una gran cantidad de personas que residente ilegalmente en el país.
Cerca de 800.000 funcionarios están en permiso sin goce de sueldo o están obligados a trabajar sin paga. En áreas sensibles como el Departamento de Seguridad Interna, el de Transporte o el Departamento de Estado, el personal fue recortado al mínimo.
El martes, Pelosi visitó un comedor popular instalado en el centro de Washington por el cocinero español José Andrés para asistir a los funcionarios afectados por el cierre.
Esta situación es «dañina» para la economía, dijo este miércoles Jamie Dimon, presidente de JP Morgan Chase.
«Se ve que la confianza de los consumidores está cayendo debido a esto, debido al comercio, por todo el ruido en el mundo generado por el populismo», dijo a la cadena CNBC.
La parálisis presupuestaria afecta directamente a 0,5% de los trabajadores estadounidenses, pero a medida que avanza el tiempo sin soluciones a la vista, también ha afectado la confianza de la mitad de los consumidores, según una encuesta realizada por la Universidad de Michigan.
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