Twitter suspendió la cuenta de Remigio Ceballos

Este miércoles el comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), Remigio Ceballos, denunció que la red social Twitter suspendió su cuenta.

Pese a que Ceballose no explicó  los motivos de la cancelación de su cuenta, realizó la denuncia a través de dicha red social, al anunciar la creación de un nuevo usuario.

«Los invitó a SEGUIRME! Continúo la batalla comunicacional por la verdad de la patria, el pueblo libertario y nuestra gloriosa FANB desde la red social Twitter, tras el bloqueo de mi cuenta oficial @ceballosichaso», dijo el comandante en un mensaje desde su nuevo usuario.

Asimismo, el Gobierno condenó bla medida de Twitter, ya que el ministro para la Comunicación e Información, Freddy Ñáñez, consideró la suspensión como una «guerra» contra el país.

«Twitter censura a nuestro comandante estratégico de la FANB @CeballosIChaso1 porque es un hombre de ideas. No queda duda: esta guerra contra nuestra patria tiene su teatro de operaciones en las redes sociales. Los invitó a seguirlo por su nueva cuenta: ¡aquí nadie se cansa!», expresó el también presidente del canal del Estado Venezolana de Televisión.

Anteriormente, el Gobierno ha denunciado el bloqueo de cuentas de Twitter a cuentas oficiales como la de la vicepresidenta Ejecutiva Delcy Rodríguez.

Sin embargo, Twitter no ha sido la única red que ha bloqueado cuentas oficiales de funcionarios del Gobierno, ya que en marzo el presidente Nicolás Maduro también denunció que Facebook había bloqueado su usuario por un mes.

Para entonces, Facebook explicó que lo había bloqueado por haber «violado su política contra la desinformación sobre el Covid-19».

Además la compañía de Mark Zuckenberg borró un video que el primer mandatario había publicado «por violar sus políticas contra la desinformación sobre la Covid-19 que pueda poner a la gente en riesgo de sufrir daños».

El Jefe de Estado promocionaba en el video, el uso del Carvativir, el antiviral extraído del tomillo que Maduro ordenó dar a los pacientes con Covid-19 como tratamiento complementario, pese a que no se habían realizado pruebas de su eficacia y seguridad contra la enfermedad.