Un año después: La marca Credit Suisse se desvanece y UBS es el segundo mayor banco europeo
Credit Suisse quedó en marzo del pasado año al borde de la quiebra tras años de malas decisiones en sus negocios de inversión, con decenas de millones de euros en pérdidas por su participación en firmas colapsadas como Greensill y Archegos.
Doce meses después del terremoto financiero que supuso la adquisición de Credit Suisse por UBS, todavía se viven las secuelas de una crisis que puso en juego el prestigio de todo el sector bancario de Suiza, mientras la primera de estas entidades desaparece progresivamente y la segunda se consolida como gigante bancario nacional en solitario y segundo de Europa.
En la noche del domingo 19 de marzo de 2023, tras una semana de continuas caídas en Bolsa de Credit Suisse que ni siquiera las promesas de crédito del Gobierno suizo lograban frenar, UBS aceptaba finalmente comprar por unos 3.100 millones de euros, un 60% por debajo de su valor en Bolsa, a su principal rival local.
La adquisición de emergencia, que supuso la mayor fusión bancaria mundial desde la crisis financiera de 2008, se completó oficialmente en junio del pasado año, pero el proceso de absorción continúa y debería culminar a finales de este año o principios de 2025 en el fin de Credit Suisse como marca, tras 168 años de historia.
El gran beneficiado de esta operación, no exenta de riesgos, ha sido UBS, que pasó de ser el cuarto mayor banco europeo por capitalización de mercado al segundo a finales de 2023, con unos activos por valor de unos 91.000 millones de euros, sólo por detrás de HSBC y superando al Santander y a BNP Paribas.
Líder global en gestión de fortunas
Y su dominio ya no es sólo continental, sino global, en el sector de la gestión de grandes fortunas, dado que ya antes de la crisis UBS era líder mundial y en segundo lugar se encontraba Credit Suisse.
Entre ambos gestionaban activos de este tipo por valor de unos 3,4 billones de euros, más del doble que principales competidores en el negocio como Morgan Stanley o Bank of America.
UBS es un gigante con un valor de mercado calculado en 1,56 billones de euros, lo que duplica el PIB de la propia Suiza, algo que ha llegado a sembrar dudas en el país centroeuropeo ante el excesivo predominio de UBS en un sector clave para la economía nacional.
Pero para UBS adquirir Credit Suisse fue un riesgo que sólo aceptó tomar por petición expresa del Gobierno suizo para salvar otro banco sistémico, y a cambio de garantías y apoyos financieros por más de 269.000 millones de euros, aunque finalmente el banco de Zúrich renunció a ellos meses después para recuperar independencia.
«Estabilizamos las carteras de clientes de Credit Suisse y logramos rentabilidad subyacente, lo que nos permitió devolver el extraordinario apoyo crediticio y finalizar voluntariamente el acuerdo de protección garantizado por el Gobierno suizo», señalaba el mes pasado el consejero delegado de UBS Sergio Ermotti.
Efectos para el país
La Asociación de Banqueros de Suiza (SBA) analizó esta semana la situación del sector un año después de la crisis de Credit Suisse y concluyó que tras ella se ha regresado a la estabilidad, a la vista de los beneficios netos anuales conseguidos por UBS y otros bancos del país.
No obstante, la banca suiza «está comprometida a aprender lecciones de la crisis, asegurando el acceso a los mercados exteriores y fortaleciendo las medidas para evitar el blanqueo de dinero», aseguró al respecto el presidente de la asociación, Marcel Rohner.
Credit Suisse quedó en marzo del pasado año al borde de la quiebra tras años de malas decisiones en sus negocios de inversión, con decenas de millones de euros en pérdidas por su participación en firmas colapsadas como Greensill y Archegos y multas en tribunales dentro y fuera de Suiza por participar en redes de blanqueo.
En octubre de 2022 intentó enderezar el rumbo con una ambiciosa reestructuración que convertía a la banca nacional saudí en su principal accionista, pero el anuncio en ésta de que no iba a inyectar más liquidez, sumado al contagio por la caída en EEUU del Silicon Valley Bank (SVB), precipitó el fin de Credit Suisse.
A nivel europeo, como en Suiza, los analistas subrayan que el sector bancario ha logrado recuperarse del golpe que supuso la caída de Credit Suisse, que en su día también causó importantes pérdidas bursátiles en entidades de la talla de Deutsche Bank.
El índice bancario europeo STOXX ha subido de forma continua los últimos cinco meses y está en su nivel máximo desde 2019, mientras varios grandes bancos continentales han aumentado en doble dígito su valor en bolsa, empezando por la propia UBS, que en los últimos 12 meses vio crecer el valor de sus participaciones bursátiles un 60%.
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