Un mundo sin petróleo: ¿Paraíso o pesadilla?

En una cuenta atrás que no se detiene, la humanidad se echa las manos a la cabeza cada vez que el IPCC publica un nuevo informe sobre el cambio climático o se produce una catástrofe natural.

Por su parte, gobiernos, organizaciones y grandes empresarios reniegan públicamente de las energías fósiles y muestran su compromiso con esta lucha, al tiempo que piden a la OPEP que aumente su producción de petróleo para recudir así el precio de los combustibles.

Frente a semejantes contradicciones, las esperanzas de un futuro sin compañías extrayendo petróleo parecen evaporarse. Pero si ese futuro fuera posible, ¿acabaría siendo como vivir en el paraíso o en una pesadilla?

Sí todas las compañías se pusiera de acuerdo y dejaran de bombear petróleo mañana mismo, habría que esperar a que se acabaran las reservas existentes para conocer la magnitud total del cambio. Sin embargo, incluso antes de que se agotasen, esta decisión se haría sentir en los precios de todo: móviles, ordenadores, productos manufacturados, plásticos, alimentos, medicinas y un largo etc, señala un comentario publicado en el medio especializado El Economista.

Con el tiempo, el ritmo de consumo actual sería insostenible y la vida a escala mundial terminaría por paralizarse, señalan varios expertos de la industria petrolera consultados por Yahoo! Finance.

Hasta llegar a ese momento, coinciden, la sociedad tendría que hacer frente a situaciones de gran tensión y violencia. Además, los países con industrias dependientes del petróleo se verían inmersos en una grave depresión, lo que al final se terminaría repitiendo en todas las economías del mundo.

Aunque, por ahora, son solo hipótesis, lo cierto es que la sociedad moderna sigue dependiendo de los combustibles fósiles. Por ello, y para que las peores proyecciones no se acaben convirtiendo en realidad, la transición hacia una economía basada en energías renovables debería producirse de manera gradual, pero contundente.