La venta de alimentos en dólares en algunas tiendas estatales de Cuba desató una demanda por el billete estadounidense en el mercado informal que debilitó a la moneda local, el CUC, que ya tiene muerte anunciada pero aún vive en las billeteras.
Los cubanos están en busca de dólares y de euros, que desde el 20 de julio pueden depositar en el banco y, con su tarjeta de débito, acudir a una de las 72 tiendas dispuestas para la venta de productos alimenticios y de aseo y comprar en divisas.
En grupos de WhatsApp dedicados al comercio informal de divisas, el dólar llegó a venderse esta semana entre 1,25 CUC y 1,50 CUC, cuando la tasa en casas de cambio oficiales, que actualmente no cuentan con dólares, es de 0,97 CUC (peso cubano convertible).
Ante la especulación, y como si fuese una bolsa de comercio regulada, el administrador de uno de esos grupos suspendió las operaciones temporalmente.
«La idea es que funcione este grupo, que te pueda ayudar y no confundir», escribió el administrador, apodado Kraven.
La divisa estadounidense comenzó a escasear incluso antes de la pandemia, con las restricciones de viajes a la isla aplicadas por la administración de Donald Trump a sus ciudadanos.
Pero con el cierre de fronteras por la covid-19, Cuba se quedó sin turismo, un motor vital para su economía y para el ingreso de dólares, encareciendo más el billete verde en la isla.
Los dólares que quedan están en poder de miles de cubanos que reciben remesas de familiares en el exterior o que atesoraron esta moneda en los últimos años. Su circulación formal había sido suspendida en el 2004, hasta este mes de julio cuando se restableció para circulación bancarizada.
Con el coronavirus bajo control, Cuba busca captar divisas para enfrentar la crisis generada por la pandemia, sumada al endurecimiento del embargo de Washington, que le dificulta las operaciones comerciales.
En un país de 11,2 millones de habitantes con un salario promedio de 40 dólares, el gobierno quiere aprovechar la capacidad adquisitiva de un sector de la población que recibe remesas o que tiene ingresos del sector privado, y que especialistas calculan en un 30% de la población.
Ya desde 2019 en Cuba se venden en dólares algunos electrodomésticos. Al ver la alta demanda, el gobierno retiró este mes el 10% de gravamen que tenía el dólar desde 2004 para compras, para estimular el consumo.
Con las divisas recaudadas espera mantener la oferta de alimentos en un país que importa casi la totalidad de lo que consume.
La mayoría de tiendas del país continuará vendiendo en las monedas tradicionales CUP (24 CUP hacen un dólar) y CUC, pese al «costo tremendo» que ello significa, dijo el presidente Miguel Díaz-Canel, pues estas operaciones son financiadas por el Estado.
-¿Fin del CUC?-
Como parte de las reformas a su economía de corte soviético, Cuba planea desde 2011 terminar su dualidad monetaria, eliminando el CUC y dejando el CUP, pero aún sin fecha de aplicación.
Es un proceso complejo porque no se trata de eliminar solo un billete sino también tasas de cambio preferenciales.
Mientras un ciudadano necesita 24 CUP para comprar 1 CUC, varias empresas estatales tienen la tasa de 1 CUP para 1 CUC, cálculos que el propio gobierno reconoce que distorsionan la economía.
Para el economista cubano de la Universidad Javeriana de Colombia, Pavel Vidal, factores estructurales presionan para la devaluación del CUC. El gobierno ha mantenido congelada la tasa de cambio.
Para Vidal, Cuba está «redolarizando» su economía en 2020.
«Este es el momento ideal para desaparecer el CUC, o es un buen momento para que el CUP, que es la moneda para el pago de salarios, tenga una mayor coherencia» en su tasa de cambio, considera el economista Omar Everleny Pérez, ex director del Centro para el Estudio de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana.